Impotente, humillada y comparada con una planta de lechuga, Liz Truss camina por la cuerda floja
La primera ministra británica intenta mantenerse en el puesto mientras su partido está dividido en cuanto a la decisión de reemplazarla a poco más de un mes de haber asumido en el cargo
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LONDRES.- Impotente, humillada, calificada de primera ministra “fantasma” y comparada con una planta de lechuga, esta no ha sido una buena semana para Liz Truss. La primera ministra británica intenta hacer equilibrio por una cuerda floja y hoy se esforzaba por recuperar poder, después que sus planes económicos fueron destrozados y repudiados por su nuevo jefe del Tesoro, Jeremy Hunt, al que se vio obligada a designar para evitar el colapso total de los mercados financieros.
Truss continúa en funciones por ahora, en gran medida porque su Partido Conservador está dividido y no sabe cómo reemplazarla.
En un intento de proyectar una imagen de normalidad, Truss presidió hoy una reunión de gabinete y se reunió con legisladores de distintas facciones conservadoras para decirles que su permanencia en el puesto es garantía de estabilidad, a pesar de que se ha visto obligada a echar por la borda prácticamente todo el programa con que la eligieron líder del partido hace apenas un mes y medio.
Humillada, pero desafiante, Truss reconoció que “se cometieron errores”, pidió disculpas, y aseguró que “quería actuar, pero para ayudar a la gente con sus facturas de energía”.
No obstante, insistió en que encabezará a los conservadores hasta la próxima elección general. “Me quedo porque fui elegida para cumplir con este país”, dijo. “Y eso es lo que estoy decidida a hacer”.
Pocos lo creen. La animada prensa política británica, generalmente dividida, esta vez está unida en la opinión de que el gobierno de Truss está condenado. El tabloide The Sun, de línea conservadora, la calificó de “primera ministra fantasma” y dijo que “por el bien del país, no podemos seguir así”.
The Guardian, de tendencia centroizquierdista, comparó a los conservadores con una tripulación de amotinados: “Truss no ha abandonado a su partido. Pero parece que este la ha abandonado a ella”.
El seminario The Economist dijo que el tiempo que Truss controlaría el gobierno antes del “minipresupuesto” del 23 de septiembre que incendió los mercado tenía “más o menos la duración de una lechuga”. En la misma línea, el tabloide Daily Star publicó un video en vivo de la primera ministra junto a una planta de lechuga adornada con una peluca rubia, ojos y boca. Se hace una pregunta: “¿Puede Liz Truss durar más que esta lechuga?”.
Al principio, Truss trató de mantener el rumbo después que el paquete inicial de 45.000 millones de libras (50.000 millones de dólares) en recortes impositivos sin financiación espantó a los mercados, elevó las tasas de interés de préstamos e hipotecas y provocó la caída en picada de la libra. El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para proteger los fondos de pensión, acosados por la volatilidad del mercado de bonos.
Bajo la intensa presión política y económica, Truss despidió al secretario del Tesoro, su aliado Kwasi Kwarteng, para reemplazarlo por Jeremy Hunt, un veterano que estaba marginado desde 2019. Este eliminó casi todos los recortes impositivos junto con la política energética y la promesa de Truss de que habría recortes en el gasto público, y advirtió que aún se debían tomar “muchas decisiones difíciles”.
Agencias Reuters y AP
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