Igor Boyco: “Los ucranianos debemos mantenernos unidos en esta guerra porque es nuestra división lo que esperan los rusos”
El rector del seminario greco-católico del Espíritu Santo de Lviv, al oeste de Ucrania, admite que la moral está baja en su país, pero dice que el pueblo sigue resistiendo
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ROMA.- No ve paz en el corto plazo, admite que en Ucrania la gente está cansada de la guerra, con la moral baja después del avance ruso y el fracaso de una contraofensiva que ilusionó pero que nunca ocurrió. Sin embargo, como los demás ucranianos, Igor Boyco no baja los brazos
En una entrevista con LA NACION en esta capital, Boyco, rector del seminario greco-católico del Espíritu Santo de Lviv, al oeste de Ucrania, describió la situación actual, a dos años de la invasión a gran escala a su país por parte de Rusia. De 48 años, con estudios en diversas universidades pontificias de Roma en filosofía, teología, teología moral y experto en bioética, Boyco habló del presidente Volodimir Zelensky y destacó algo fundamental: los ucranianos “debemos mantenernos unidos en esta guerra porque es nuestra división lo que esperan los rusos”.
-¿Cómo describe la situación hoy?
-Son dos años de guerra, pero en verdad la guerra comenzó en 2014. Pero los rusos entraron y quisieron invadir toda Ucrania en 2022, hace dos años, pensando que sería algo relámpago y fácil, algo que no ocurrió. Pero hoy está lleno de madres que perdieron a sus hijos, de viudas, de mujeres que perdieron a sus esposos. Son muchos los muertos. Prácticamente hablamos de una generación de jóvenes de entre 30 y 40 años. Jóvenes que tenían sus empresas, sus familias, que habían estudiado en el exterior, que tenían una vida normal, pero que estaban muy preocupados por sus familias, por sus hijos y que quisieron ir al frente para proteger su tierra.
-¿Cómo es la moral después de tanta muerte, destrucción y una situación de estancamiento en el frente e incluso con avance de los rusos?
-La gente está cansada, pero no está desanimada y es importante. Es lógico el cansancio, la preocupación, también hay miedo y seguramente esa contraofensiva de la que se hablaba, que nunca ocurrió, más la reciente caída de Avdíivka -otra localidad del Donbass- tiraron la moral abajo. Pero todavía existe el espíritu de resiliencia y esto se ve a través del voluntariado. Antes de la guerra el voluntariado prácticamente no existía. Los ancianos, las mujeres, las mamás, los niños, los jóvenes hacen de todo para apoyar a los que están en el frente. Por ejemplo, veo cosas increíbles, como niños pequeños, de 5 o 7 años, que por la calle se ponen a vender libros, o dibujos, cuadernos, lapiceras. Cuando les pregunto por qué lo hacen, contestan: “Queremos ayudar a nuestros soldados, mi papá está en el frente”… Es decir, todo el pueblo está unido y resiste
-Paradójicamente, la guerra logró esa unión que antes no existía…
-Exacto. Siempre recordamos que cuando había elecciones presidenciales Ucrania siempre estaba dividida entre una parte occidental, pro-europea, mientras que la parte oriental, que siempre estuvo más bajo influencia rusa, prorrusa. Pero ahora todo cambió y se nota en ciudades como Kharkiv o Kherson. Se ha vuelto a despertar la conciencia nacional de un pueblo, de una nación que tiene su idioma y también muchas personas que antes hablaban ruso ahora ya no quiere hablarlo y pasan al ucraniano, por lo que, en estas condiciones de guerra, ha habido un cambio enorme.
-Ucrania tiene una población mucho más pequeña que la de Rusia (44 millones antes de la invasión), por lo que las pérdidas en comparación a la de Rusia (144 millones) son mucho más grandes proporcionalmente.
-Sí. Tenemos conciencia de esta debilidad, tenemos conciencia del hecho de que los rusos son más fuertes, más potentes numéricamente. Pero al mismo tiempo casi todos están convencidos de que si perdemos esta guerra vamos a ser esclavos de los rusos por otros diez, veinte, cien años. Y nosotros tenemos memoria de lo que significa ser esclavos de Rusia porque nos acordamos lo que fue vivir bajo la Unión Soviética. Por ejemplo, mi abuelo a los 21 años vio cómo un soldado ruso la mataba a su mamá… Cuando era chico me contaba estas historias y yo no podía creer que hubiera sido posible. Pero ahora todos entendemos que fue así, hay guerra y recordamos el régimen comunista de la Unión Soviética que llevaba a la gente a Siberia porque era ucraniana. Ahora Putin cree que Ucrania no tiene que existir y el pueblo ucraniano, tampoco.
-¿Cómo impacta la guerra en la vida del seminario?
-Hay 150 seminaristas y, como todos los demás, están preocupados, tienen miedo, algunos tienen a veces pánico porque tienen a sus padres en el frente. Tenemos un seminarista que desde hace once meses perdió el contacto con su papá, es decir, no sabe si está vivo o está muerto, si fue tomado prisionero, o qué. No se sabe nada de él. Otros seminaristas han perdido a amigos en la guerra, hay otro que fue al ejército y después de dos semanas fue herido gravemente, ahora está en un hospital de Dnipro… Todos escuchan las noticias y esto causa temor y el cuerpo reacciona físicamente a todo esto. Pero, pese a todo, debemos seguir adelante y tenemos la oración, el estudio, hacemos voluntariado y no podemos rendirnos…
-¿Después de dos años de guerra, el presidente Volodimir Zelensky sigue siendo popular?
-Para mí, sí, pero es mi opinión, no la de todos. Hay gente descontenta y hay un dicho en nuestra tierra que dice “nunca nació nadie que puede hacer contentos a todos”. Personalmente siempre digo que no sé si, de haber estado en el lugar del presidente, habría sido capaz de liderar el país como él y hacer todo lo que hizo. Él no se escapó al principio, cuando hubiera podido, ya que fue invitado a hacerlo, puso un límite y mantuvo en alto el prestigio de nuestro país. Todo el mundo aplaudió el coraje de nuestro presidente. Ahora vemos que no hay éxitos militares, hay muchas pérdidas, que no todos nos ayudan porque está la guerra entre Israel y Hamas, Rusia sigue su ofensiva y hay quien quizás piensa que hay que cambiar de presidente. Pero yo no pienso así, mi opinión es que debemos mantenernos unidos en esta guerra porque es nuestra división lo que esperan los rusos. Cambiar el presidente en plena guerra no creo que jugaría a nuestro favor, sino que debilitaría al pueblo ucraniano.
-¿Cómo interpreta el hecho de que Zelensky haya echado al general Valery Zaluzhny, figura muy popular y excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas?
-Desde que fue destituido lo que vi en redes sociales fueron solamente palabras de agradecimiento a este gran hombre, este gran general, que hizo de todo para tratar de conducir esta guerra de modo tal que hubiera la menor cantidad posible de bajas, es decir, sin arriesgar la vida de sus soldados en el frente. No fue de esos generales a los que no le importan sus hombres. Quizás a veces cometió errores, pero ¿quién no los comete? Hay opiniones diversas, se habla también de que él puede hacer carrera política, pero no creo que esto haya sido un motivo de su salida. Veremos que hará el general que lo ha reemplazado…
-¿Puede haber paz en el corto plazo?
-No veo paz en el corto plazo, no. No estoy de acuerdo con quienes dicen que tenemos que cederles a los rusos los territorios tomados del Donbass, Kherson, Crimea, así termina la guerra, porque si aceptamos quiere decir que hacemos una tregua, no la paz. Significaría una tregua de X tiempo -un año, dos, cinco-, pero no sería una paz de largo plazo porque los rusos siempre van a querer avanzar. Lo mejor para nosotros es la posibilidad de obtener las armas necesarias para poder echar de nuestros territorios a los rusos, que, de todos modos, seguirán siendo nuestros vecinos. En este sentido, alguien debe garantizar que Rusia no invada en el futuro a Ucrania. Es decir, deben escribirse reglas, un tratado, para que ellos entiendan que hay límites, que ya no es posible hacer ciertas cosas.
-¿Hay preocupación ante las elecciones de Estados Unidos de fin de año, en las que podría ganar Donald Trump, que tiene una posición distinta de Joe Biden?
-Para nosotros es importante el respaldo de Estados Unidos, así como es importante el respaldo de Europa porque solos no podemos, más allá del coraje demostrado por nuestros jóvenes en el frente. Sin la ayuda de Estados Unidos no podremos hacer nada y es verdad, hay cierta preocupación ante estas elecciones, aunque yo pienso que gane el que gane, de todos modos, no deberá olvidar a Ucrania.
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