Humillante derrota de la derecha soberanista en Italia
En la segunda vuelta de elecciones municipales, la centroizquierda conquistó Roma y Turín y arrasó en casi todas las ciudades en pugna; triunfo del expremier, Enrico Letta, nuevo líder del Partido Democrático
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ROMA.- En una “nueva ola” que cambió dramáticamente el panorama político de Italia, en la segunda vuelta de las elecciones municipales parciales que se celebraron ayer y hoy en Italia, marcadas por una de las afluencias más bajas de todos los tiempos (43,93%) la centroizquierda obtuvo un triunfo que superó todas las expectativas.
Después de haber triunfado hace dos semanas en Milán, Nápoles y Boloña, no solo conquistó Roma y Turín, ciudades clave hasta ahora en manos de Virginia Raggi y Chiara Appendino, dos alcaldesas del Movimiento Cinco Estrellas, partido anti-sistema en vías de desaparición, sino que ganó, además, en la gran mayoría de las otras 63 ciudades en pugna, en una avalancha que le propinó un golpe durísimo a la derecha soberanista.
Para Matteo Salvini, líder de la Liga y Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, se trató de una sonora humillación. Y fue un gran triunfo para el ex premier, Enrico Letta, nueva cabeza del Partido Democrático (PD), de centroizquierda. En lo que muchos analistas consideran un verdadero milagro Letta, que fue llamado de urgencia hace seis meses para reemplazar a Nicola Zingaretti como secretario general, logró resucitar un partido que se estaba hundiendo en una crisis interna demoledora y para muchos sin retorno.
“Es un triunfo que celebro sin triunfalismos”, dijo Letta, el gran ganador de esta cita electoral, que en una conferencia de prensa admitió que, aunque la centroizquierda no logró ganar en Trieste, en general su victoria fue imponente, muy superior a las mejores expectativas, ya que logró ganar casi en todos lados y hasta en ciudades tradicionalmente vinculadas a la derecha como Varese, en el norte y Latina, ciudad cercana a Roma.
Después de una catastrófica gestión de Raggi, marcada por una creciente suciedad, caos en la recolección de la basura y la reciente aparición incluso de jabalíes por las calles de algunos barrios, en esta capital el exministro de Economía, Roberto Gualtieri, del PD, le ganó con el 60,1% de los votos al candidato de derecha, Enrico Michetti, que obtuvo el 39,9. “Trabajaremos para limpiar la ciudad”, prometió Gualtieri, que admitió que tenía por delante un desafío inmenso.
En Turín, en un resultado que Letta consideró “extraordinario”, Stefano Lo Russo (59,23%) superó a Paolo Damilano (40,77). En una pulseada más peleada, en tanto, el empresario Roberto Di Piazza (51,29), de centroderecha, le ganó a Francesco Russo (48,71) y fue reelecto alcalde de Trieste, una ciudad portuaria en el centro hoy de nuevas manifestaciones contra el pase sanitario, en las que también hubo enfrentamientos con la policía.
Participación bajísima
Al margen de una virtual resurrección del PD, partido hasta hace poco desconectado con los votantes y devorado por sus luchas internas, la votación causó enorme preocupación por una participación históricamente baja. Ya en la primera vuelta, hace dos semanas, había sorprendido una afluencia a nivel nacional del 52,67%, pero sorprendió aún más la de la segunda vuelta, aún más baja, del 43,93%. La baja participación tuvo lugar sobre todo en las periferias, lo cual marcó el enorme escepticismo de las clases más golpeadas por la crisis económica brutal que provocó la pandemia en Italia.
La elección tuvo lugar en un clima enrarecido y tenso, después de una multitudinaria manifestación que hubo el sábado en Roma “contra todos los fascismos”, convocada por los principales sindicatos del país después del ataque sufrido por la sede de la CGIL una semana antes, por el que quedaron arrestados líderes de agrupaciones de extrema derecha.
En su discurso de la victoria Letta, en efecto, al contar que había estado durante meses recorriendo el país, subrayó que había notado una enorme expectativa de la gente por el fondo extraordinario de dinero que la Unión Europea decidió otorgarle a Italia, uno de los países más golpeados, para volver a ponerse de pie. Y advirtió que, si no se gastan bien estos fondos, esto podría llegar a volverse un búmeran el día de mañana.
Letta también disparó munición gruesa contra Salvini y Meloni, al subrayar que su derecha soberanista ya no es la misma que tenía como figura aglutinadora de la coalición al expremier Silvio Berlusconi, cuyo partido, Forza Italia (en baja), es miembro del Partido Popular Europeo, una fuerza europeísta. En este marco, recordó que tanto Meloni como Salvini son aliados en el exterior de partidos de extrema derecha como Vox en España, el de Marine Le Pen en Francia o el de Viktor Orban en Hungría, todos anti-europeístas.
Letta también denunció la conferencia de prensa “surrealista” que dio momentos antes Salvini, que negó la derrota evidente en estas elecciones, al calcular que la derecha contabilizaba más alcaldías.
“Con este resultado tan arrollador podríamos tener interés en ir a elecciones (anticipadas), porque en el Parlamento el PD está subrepresentado. Pero en cambio yo digo que este voto refuerza el gobierno de (Mario) Draghi y al gobierno le pedimos seguir adelante”, dijo asimismo Letta, que consideró que si el PD ganó como nunca antes es porque se mantuvo unido. Y, además, porque “pagó la coherencia de la posición del PD” sobre el “green-pass”, el polémico pase sanitario, cuya ampliación a todos los trabajadores, impulsada por Draghi y en vigencia desde el viernes último, nunca fue digerida por la derecha soberanista.
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