Hubo una quinta víctima argentina el 11 de Septiembre
Guillermo Chalcoff, que murió en la Torre Norte, había obtenido la ciudadanía estadounidense
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Su nombre no figura en la placa del consulado en Nueva York que recuerda a las cuatro víctimas argentinas de los ataques del 11 de Septiembre. Según los registros estadísticos, William Chalcoff es uno de los casi 2700 norteamericanos que murieron ese día; para sus familiares, Guillermo Alejandro Chalcoff es el quinto argentino que murió la mañana que cambió la historia.
Nacido y criado en Barrio Norte, Guillermo había obtenido la ciudadanía norteamericana un año antes del atentado a las Torres Gemelas, cuando tenía 41 años. Por esa razón, nunca se lo ha nombrado entre las bajas argentinas, ni ha sido homenajeado por las autoridades locales.
Se había ido a vivir a Estados Unidos a mediados de los años ochenta junto con su esposa, Mabel, y forma parte de ese grupo de desafortunados que aparece ante cada nueva tragedia: los que no debían estar pero estuvieron.
"El estaba ese día y a esa hora de casualidad, ya que no era empleado de la empresa que funcionaba allí. Era presidente de Accutek Information Systems, una empresa contratista independiente de la consultora Marsh & McLennan, que tenía su oficina en uno de los últimos pisos de la Torre Norte", relató a LA NACION su hermana, Mariana Chalcoff.
"Mi hermano estaba hablando con Mabel por celular cuando la conversación quedó interrumpida", precisó Mariana. "Por este motivo, fue una de las primeras víctimas que se pudo identificar."
Guillermo y Mariana sufrieron de muy chicos la muerte de su madre. Vivieron con su padre y su segunda esposa en Ayacucho y Santa Fe, hasta que él se casó con Mabel, cuando tenía apenas 23 años.
"De adolescente, era muy tímido e introvertido. Le encantaban las matemáticas; se pasaba horas leyendo libros sobre ciencias exactas; esa era su pasión", señaló Mariana, arquitecta de 46 años.
"Recuerdo que cuando hizo el servicio militar, en City Bell, su capitán de regimiento lo nombró secretario privado. Fue porque se destacaba por su preparación e inteligencia", cuenta la hermana de Guillermo, medalla de oro en el colegio Sarmiento y graduado en ciencias exactas.
Poco después de casarse, Guillermo y Mabel se fueron a vivir a Estados Unidos por motivos laborales. Allí tuvieron a Eric y Brian, que ahora tienen 20 y 14 años, y siguen viviendo en Nueva York.
"Hoy, a la luz de los hechos, diría que sus hijos fueron la razón de su vida y su manera de reparar la tristeza de su infancia -afirma su hermana-. Estaba feliz y orgulloso de haber armado una familia."
La mañana del 11 de septiembre de 2001, Mariana vio por televisión cómo se derrumbaban las torres sin saber que su hermano había quedado atrapado allí adentro.
"Me enteré a la madrugada del día siguiente. Nunca pensé que aquella imagen del avión chocando contra la Torre Norte tuviera algo que ver conmigo", recordó. "A esa imagen que vi durante todo el día jamás la asocié con mi hermano, producto de mi negación", añadió.
Desde hace ocho años, Mariana sigue buscándole un sentido a la muerte de su hermano, un fanático de los Beatles que, según recuerda ella, tenía una inteligencia brillante y un humor agudo.
"Muchas veces, cuando hablo de cómo murió mi hermano, me sigue sorprendiendo la reacción de quien me escucha -afirma-. Para mí, significa la pérdida de mi hermano y un hecho histórico; para quien me escucha, sólo tiene que ver con un hecho histórico, pero que también lo ha marcado."
“Cuando se realizan homenajes por otros atentados, como el de la AMIA, el de la embajada de Israel o el de Atocha, en España, me hermano con todas y cada una de sus víctimas, porque, en definitiva, mi hermano fue víctima de cuestiones políticas”, concluye Mariana.
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