Hoy, ballottage: Perú define entre dos modelos antagónicos y desencantado con la clase política
Con un país que encabeza la mayor tasa de muertes por coronavirus del mundo, los peruanos se dirigen a las urnas este domingo
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El maestro de escuela rural o la administradora de empresas. El sindicalista de izquierda o la dirigente de derecha. El hombre de tierra adentro o la mujer de la capital. Los peruanos –en momentos en que se profundiza la crisis sanitaria por la pandemia– decidirán este domingo entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori quién será el nuevo presidente, dos rivales con proyectos antagónicos para el país.
Castillo encabeza levemente las encuestas con promesas centradas en una mayor participación del Estado en la vida económica. Fujimori lo sigue a muy corta distancia y afirmada en el ideario de derecha heredado de su padre y mentor, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Ninguno de los dos llega a esta instancia montado en una ola de entusiasmo popular, precisamente, sino más bien pidiendo permiso en un contexto crítico del país, donde los políticos suscitan más rechazos que adhesiones.
Castillo obtuvo solo el 19% de los votos en la primera vuelta, a principios de abril, contra el 13% de Fujimori, que pasó con lo justo, delante del abigarrado pelotón de otra media docena de candidatos.
“No estamos ante una elección a favor de dos candidatos. Estamos ante una elección entre dos ‘antis’. Si ganara el temor económico, ganará Keiko Fujimori. Si se impusiera el temor autoritario, político, ganará Castillo”, dijo a LA NACION el politólogo peruano Carlos Meléndez, analista de la Universidad Diego Portales de Chile.
Castillo fue perdiendo la enorme ventaja en los sondeos que le daban más de diez puntos tras las elecciones de abril. La firma Ipsos le dio en el último sondeo el 51,1% de la intención de voto contra el 48,9% de su rival, en línea con otras consultoras, todas las cuales tienen a Castillo adelante, pero en empate técnico.
Fujimori, que acortó la distancia que la separaba de Castillo a marchas forzadas, busca coronar una remontada épica y dar el zarpazo luego de dos intentos presidenciales frustrados, en 2011 y 2016.
Quien gane estas elecciones enfrentará una situación especialmente dramática por el Covid-19, que ya dejó más de 1,9 millones de casos y más de 185.800 muertos.
Las autoridades debieron corregir la semana pasada la cifra de decesos, la más altas del mundo en relación a los habitantes, tras haber registrado erróneamente un número tres veces menor.
Dos millones de peruanos perdieron sus empleos durante la pandemia y tres millones pasaron a ser pobres, por lo que ahora un tercio de los 33 millones de habitantes vive en la pobreza, según datos oficiales, aunque en este caso también las cifras podrían estar subvaluadas.
Entrelazado con esas crisis, los peruanos no ganan para sustos en la montaña rusa en que se convirtió el país durante el actual período presidencial, que terminó siendo, bien mirado, un período multipresidencial.
Desde 2016, cuando asumió el economista liberal Pedro Pablo Kuczynski, Perú conoció cuatro jefes de Estado, algunos tan efímeros que duraron solo unos días.
Sin experiencia
Será la primera apuesta presidencial de Castillo, que carece de experiencia previa en la función pública y basa su fogueo en sus días como dirigente del poderoso sindicato de maestros, un gremio que demostró su fuerza cuando paralizó el país durante un extendido reclamo en 2017.
Con claras posiciones de izquierda, Castillo promueve un rol fortalecido del Estado en la economía, pero advirtió que no busca eliminar la empresa privada ni la inversión extranjera. Según su discurso, las “riquezas [naturales] deben nacionalizarse, con nuevas reglas de impuestos y regalías que son muy necesarias”.
Querido pueblo Peruano mañana es un día muy importante, donde decidiremos dignificar el país; esperaremos los resultados en la ciudad de Lima.
— Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe) June 5, 2021
Keiko fue primera dama durante el gobierno de su padre y heredó su legado de derecha tras su caída y desaparición de la escena pública. Años después entró al Congreso y desde ahí, como líder de la principal fuerza del recinto, ejerció una acción demoledora contra el presidente Kuczynski, arrinconado y forzado a renunciar en 2018.
Fujimori, considerada como “populista de derecha” en las elecciones pasadas, pasó a ser esta vez la favorita de los sectores dominantes, que ya no la consideran una dirigente populista sino un “mal menor” contra los temidos desafueros de Castillo.
“Esta ha sido una campaña en la cual el establishment se ha dado cuenta de que está a punto de perder su posición de dominio. Por eso todos han salido a apoyar a Keiko Fujimori”, dijo Meléndez, sorprendido de que a pesar de todo ese apoyo no haya liderado los sondeos.
“Además, Castillo es un novato político, es su primera campaña electoral, y es invitado a un partido político, Perú Libre, del cual conoce muy poco”, añadió el analista, para quien el resultado de esta elección presidencial, que se anuncia muy ajustada, es una moneda al aire.
Solo quiero decirles: GRACIAS!!! 🇵🇪 pic.twitter.com/hyrhSw4JmZ
— Keiko Fujimori (@KeikoFujimori) June 5, 2021
Pese a sus marcadas diferencias en materia económica, los dos tienen una mirada conservadora de la sociedad, rechazando las doctrinas progresistas y liberales. Los dos son antiaborto, defienden la familia tradicional, no dan importancia a los derechos de la comunidad LGTBI y rechazan el enfoque de género en la educación.
Los dos rivales también compartirán las mismas limitaciones en caso de acceder al poder. Ninguno podrá desplegar la agenda que ofrece como solución a los problemas de fondo del país si no se sienta a negociar con un Congreso fragmentado, y siempre díscolo, donde no habrá un partido dominante y especialista en tumbar presidentes.
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