Hovhannes Virabyan, embajador de Armenia en la Argentina: “No queremos un segundo genocidio”
En una entrevista con LA NACION, el representante diplomático alertó sobre los riesgos de una nueva guerra con Azerbaiyán
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Armenia es un república joven habitada por un pueblo milenario. El 21 de septiembre cumple apenas 32 años de independencia, más de tres décadas que han estado marcadas por guerras y amenazas. Y este año no es la excepción.
“Nuestra vida independiente empezó con muchos problemas, pero también con muchos logros y somos un miembro de la comunidad internacional democrático y libre”, dijo el embajador armenio ante la Argentina, Hovhannes Virabyan, en una entrevista con LA NACION en la sede diplomática.
En línea con el discurso oficial, el diplomático advirtió sobre el riesgo de que el país enfrente una cuarta guerra con Azerbaiyán por el enclave de Nagorno Karabaj. Tras la derrota militar que sufrió Armenia en la última guerra, en 2020, se había acordado garantizar el acceso a este territorio de mayoría armenia pero oficialmente en territorio azerí. Pero en los últimos meses la dictadura de Ilhem Aliyev bloqueó el acceso y dejó aislados a sus 120.000 habitantes, una decisión fuertemente condenada en la comunidad internacional, que le ha valido acusaciones de querer llevar adelante una limpieza étnica.
“No queremos un segundo genocidio”, alertó el embajador.
El gobierno armenio busca respaldo internacional para evitar una escalada y ha mostrado más cercanía con Occidente a medida que Rusia, aliado histórico de Armenia y que tras la guerra de 2020 había acordado garantizar la seguridad, se desentiende del conflicto. Esta semana empezó una serie de ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos que fueron calificados como “inamistosos” por Moscú.
–¿Cómo está la situación hoy en Nagorno Karabaj?
–Es crítica, muy cerca de una catástrofe humanitaria. Algunos expertos lo definen como un genocidio, otros como limpieza étnica, pero es una tragedia. Es una catástrofe que hoy día muera gente de hambre en Nagorno Karabaj porque una dictadura así lo decidió. No queremos tener dos genocidios en el mismo siglo. Azerbaiyán quiere este territorio sin su población, por eso hicieron este bloqueo ilegal. Y digo ilegal porque firmamos un acuerdo de paz después de la guerra de 2020 que lanzó Azerbaiyán que tenía que estar garantizado el libre movimiento por este corredor que se llama Lachín, que en realidad es una carretera que conecta Nagorno Karabaj con Armenia y con el resto del mundo. Las fuerzas de paz de Rusia tenían que ser garantes de este acuerdo en el que hay firmas del presidente de Azerbaiyán, del presidente de Rusia y del primer ministro de Armenia. Pero como vemos desde el año pasado, desde diciembre esta carretera está cerrada y no hay alimentos ni medicamentos y está cortado Internet, el gas, la electricidad para hacer la vida imposible para esta gente que vive ahí desde hace 1000 años, mientras que Azerbaiyán es un país que existe desde hace 100 años.
–Tuve la oportunidad de visitar Armenia en los últimos meses y la sensación generalizada es que es un país que está preparándose para una posible guerra. ¿Qué probabilidades hay de que efectivamente estalle una guerra y y de qué manera piensa que podría evitarse?
–Desgraciadamente durante toda nuestra historia nos estamos preparando para una guerra. Armenia, por lo menos en los últimos mil años, nunca empezó una guerra, siempre fue defendiendo sus intereses, su tierra, su pueblo, su vida. Y teniendo vecinos como tenemos estamos esperando cada día una provocación. Azerbaiyán también ha invadido territorio internacionalmente reconocido como territorio soberano de Armenia, y eso es también un problema. Armenia no quiere escalar la situación. Nosotros seguimos creyendo en la diplomacia, tratamos de involucrar diferentes mecanismos internacionales y diferentes países que están al tanto. Quiero destacar que Armenia nunca pide a ningún país apoyar su posición, Armenia lo que pide es que apoyen el derecho internacional y los documentos firmados, nada más. Pero desgraciadamente no siempre le importa a todo el mundo un conflicto que está muy lejos y no los toca directamente. Armenia hace todo lo posible en negociaciones para arreglar sus relaciones, no solo con Azerbaiyán sino también con Turquía, porque no es un gran secreto que ellos son aliados y actúan juntos. Nuestro objetivo no es seguir ese conflicto, nuestro objetivo es tener una paz negociada y duradera, respetando a todas las partes. Porque Armenia lo primero que necesita es paz para desarrollar su país, eso es lo que queremos y ojalá un día se llegue a esta paz y a la normalización con nuestros vecinos.
–El Estado de Armenia oficialmente reconoce a Nagorno Karabaj como territorio azerí, pero cuando uno habla con armenios, e incluso se puede ver en mapas colgados en escuelas de Ereván, pareciera que la población considera que es parte irrenunciable de Armenia, un poco como muchos argentinos ven a las Malvinas. ¿Cómo se resuelva esta contradicción?
–Primero quiero destacar que el conflicto de Nagorno Karabaj o cualquier conflicto no tiene nada que ver con Malvinas. Todo conflicto es diferente. Solo hay una similitud y es que el Reino Unido dice que no existe ningún conflicto y el tema está cerrado, y lo mismo hace Azerbaiyán, dice que no existe ningún conflicto, pone a 120.000 personas debajo de la alfombra y dice nos olvidamos de eso, no existe ningún conflicto, es nuestro territorio y hacemos lo que queremos hacer. Es lo único que conecta esos dos conflictos. Nuestros colegas azeríes siempre tratan en diferentes países de vender la imagen de Armenia que está en contra del principio de integridad territorial, pero eso es una manipulación porque Armenia cuando entró a la ONU reconoció la integridad territorial de todos los países. Lo que estamos diciendo es que este conflicto nunca fue una disputa territorial, hemos tratado de salvar vidas. Es un conflicto de derechos humanos, lo que hace Armenia es tratar de defender los derechos humanos de nuestros hermanos y hermanas que ahora son 120.000 pero antes eran mucho más en esta región. Armenia es un país que respeta el derecho internacional, pero esperamos que también se nos respete a nosotros, porque hasta el momento no hemos escuchado decir a Azerbaiyán que respeta la integridad territorial de Armenia. No podemos siempre nosotros declarar cosas y de la otra parte de conflicto solo ver escaladas. No podemos negociar bajo las armas, eso es inaceptable.
–Armenia empezó esta semana ejercicios militares con Estados Unidos, algo que llamó la atención por la dependencia histórica que tenía en defensa con Rusia. ¿Esto forma parte de un realineamiento más amplio en el sistema a alianzas del país?
–Es una pregunta interesante, pero quiero mencionar que Armenia nunca limitó su cooperación sólo con Rusia en diferentes áreas. Sí, Rusia fue y es un aliado muy importante para nosotros, vital, pero el regulador del conflicto de Nagorno Karabaj fue el grupo de Minsk, que tenía como copresidentes a Rusia, Estados Unidos y Francia. Desde hace 30 años estamos negociando con esos tres países. Si en un momento Rusia y otros miembros de este grupo rompieron sus relaciones, nosotros no somos culpables de eso, nosotros seguimos trabajando con todos. Estos ejercicios militares eran parte de operaciones de paz en las que Armenia está participado en diferentes países. No es la primera vez que pasa esto, pero sí estoy de acuerdo que coincidió con un momento en el que hay un alto riesgo de que en cualquier momento pueda empezar una guerra porque Azerbaiyán acercó parte de su poder militar a la frontera con Armenia. En este momento coincidió, pero con eso no rechazamos la cooperación con Rusia de ninguna manera.
–Pero en este contexto en el que Rusia no está garantizando el acuerdo de paz ni la seguridad de Armenia como antes, analizan como han hecho otros países que formaron parte de la órbita soviética otro tipo de cooperación, como acercarse a la OTAN?
–Armenia no quiere acercarse o alejarse de ningún lado. Armenia está donde está. Nuestras necesidades también están donde está Armenia y entendemos perfectamente que Rusia está ocupada con otras regiones, vamos a decir con la guerra en Ucrania. Tiene un deber porque está el acuerdo de paz, pero por supuesto que nadie va a hacer nuestro trabajo. No esperamos que Rusia o cualquier otro país nos va a salvar de nuestra situación. No, el primer país que tiene que hacer cosas somos nosotros, pero hay países que tienen obligaciones, así que sería bueno que las cumplan.
–Armenia también mantiene una relación estratégica con Irán, ¿cómo se compatibiliza ese vínculo con la búsqueda de apoyo de Estados Unidos?
–Armenia siempre quiere tener relaciones buenas con todo el mundo, por lo menos relaciones normales. Irán es un vecino milenario de Armenia. Hubo guerras y momentos de amistad, pero cualquier país construye sus relaciones dependiendo de sus intereses nacionales. Si alguien ve en el mapa donde está Armenia es obvio que tiene que tener por lo menos relaciones normales con Irán porque es el único camino al mundo exterior, junto con Georgia. Tenemos cuatro vecinos: Azerbaiyán y Turquía con fronteras cerradas, Georgia e Irán. Armenia es el segundo país en el mundo que está interesado en la estabilidad y desarrollo de Georgia, porque nosotros dependemos mucho de esta vía hacia el mundo. Usamos los puertos de Georgia y también pasamos a Rusia vía Georgia por una región montañosa, pero cuando es invierno y pasa algo la carretera se cierra por semanas, a veces por meses, y por supuesto Irán toma una importancia vital para Armenia. Pero quiero destacar que Armenia durante estos 30 años respeta todas las sanciones que hay contra Irán. Es decir, Armenia hace negocios pero nunca vende tecnologías o armas, o al revés. Tenemos este entendimiento de parte del mundo occidental, primero Estados Unidos y la Unión Europea, que ellos no ven nada controversial en que Armenia tenga relaciones y haga negocios con Irán porque son cosas de primera necesidad y un tránsito al mundo árabe. Irán es un pueblo milenario vecino de Armenia, y en una misma familia hay muchas veces cosas que no compartimos con la misma opinión o las mismas decisiones.
–El presidente Alberto Fernández habló sobre el bloqueo a Nagorno Karabaj en el G-20 y el país también reconoció en el pasado el genocidio. ¿Armenia ve a la Argentina como un aliado?
–Primero vemos a la Argentina como un país que es defensor de los derechos humanos y líder en esa esfera. Eso no creo que depende de amistad o relaciones con Armenia, yo estoy seguro que si eso pasara en cualquier otra parte del mundo Argentina también lo condenaría. Por supuesto valoramos las relaciones con Argentina y las palabras del presidente Fernández significan mucho porque lo dijo ante otros líderes del mundo libre. Valoramos mucho también las declaraciones de expertos como Luis Moreno Ocampo, y de otras instituciones como la Cruz Roja que dicen lo mismo sobre la situación en Nagorno Karabaj. Hay varias declaraciones de países de la Unión Europea, el presidente de Francia está muy involucrado en este tema, también en la ONU dos veces hubo sesiones en el Consejo de Seguridad a pedido de Armenia por este tema y casi con unanimidad todos criticaron esta actitud de Azerbaiyán y llamaron a abrir el corredor de Lachín. En este momento no es un problema político sino humanitario, porque muere gente de hambre. Eso es inaceptable. Una vez más gracias a la Argentina por su posición firme y estable de defensor de los derechos humanos. Mejor prevenir que después condenar crímenes de lesa humanidad.
–No es ningún secreto que el ganador de las PASO, Javier Milei, tiene cercanía con Eduardo Eurnekian, que a su vez es un empresario de mucha influencia en Armenia y un gran benefactor. ¿Tuvieron contactos al respecto? ¿Lo ven como una oportunidad?
–Las elecciones son asuntos internos de la Argentina. Por supuesto yo tengo el honor de conocer a Eurnekian pero a Javier Milei, no. Eduardo Eurnekian es un gran empresario y gracias a sus inversiones en Armenia, la Argentina es uno de los líderes en inversiones directas en Armenia, así que lo valoramos mucho. Desde la embajada seguimos con mucho interés las elecciones argentinas pero estoy seguro de que con cualquier candidato que sea elegido vamos a seguir construyendo nuestras relaciones. Para nosotros la Argentina es un gran país, un gran amigo, porque cualquier armenio en cualquier parte del mundo está agradecido a la Argentina eternamente porque después del genocidio armenio en 1915 ha dado un hogar y se convirtió en la patria de casi 100.000 armenios, y eso es de verdad cercano a nuestros corazones. Argentina no solo es Messi, tango y Maradona para nosotros.
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