Hostigamientos y tensión en Cuba antes de la marcha convocada por la disidencia
El régimen prohibió la movilización de mañana y bloqueaba la casa del líder opositor Yunior García; le retiraron credenciales a la agencia EFE; presión de EE.UU.
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LA HABANA.– Cuatro meses después de una ola de protestas que sorprendió al régimen cubano, grupos de oposición convocaron para mañana a una marcha para exigir mayores libertades políticas y la liberación de presos políticos.
En guardia para no repetir las imágenes de julio pasado, el régimen prohibió la marcha al afirmar que forma parte de una campaña impulsada desde Estados Unidos. A lo largo del fin de semana, las autoridades aumentaron su hostigamiento a los líderes disidentes y también a la prensa internacional, con la quita de credenciales a miembros de la agencia EFE.
El presidente Miguel Díaz-Canel prometió ayer que “Cuba va a vivir en paz”, al rechazar el desafío del opositor Yunior García, que se encontraba sitiado en su casa por agentes de seguridad que buscaban impedir que se manifestara solo en La Habana. Con remera y pañuelo rojos, Díaz-Canel llegó al mediodía con su esposa, Liz Cuesta, al Parque Central, donde escuchó con entusiasmo música sentado en el suelo al lado de unos 70 estudiantes que apoyan al gobierno y habían acampado ahí desde el viernes.
El mitin del presidente se desarrolló mientras el opositor García estaba bloqueado en su casa, en el barrio obrero de La Coronela.
“Mi casa amaneció sitiada, está rodeado todo el edificio de agentes de la seguridad del Estado vestidos de civil haciéndose pasar por pueblo”, dijo García por la mañana en una transmisión por Facebook.
Los oficiales cubrieron con una bandera gigante, desde el techo, la ventana en la que García se asomaba con una rosa blanca en el tercer piso de su edificio, ante la mirada de muchos vecinos. “Estoy listo, como ven, vestido de blanco con una rosa blanca y cuando sea el momento saldré de mi casa”, dijo el dramaturgo, de 39 años.
García, fundador de Archipiélago, un grupo de reflexión política en Facebook, había llamado a una manifestación mañana en la capital del país y en seis provincias más, pero el temor a posibles actos de violencia lo llevó a decidir marchar por su cuenta un día antes.
Archipiélago, con más de 30.000 miembros dentro y fuera de Cuba, mantiene de todas formas el llamado para protestar hoy.
En ese contexto, Estados Unidos instó ayer a La Habana a permitir la manifestación opositora. “Pedimos al gobierno cubano que respete los derechos de los cubanos y les permita reunirse pacíficamente y hacer uso de sus voces sin temor a represalias o violencia por parte del gobierno”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, al solicitar que se mantenga “la conexión a internet” en la isla.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, replicó de inmediato en Twitter. El gobierno cubano rechaza “la intromisión” de Estados Unidos. “Defendemos el derecho a disfrutar en paz el camino a la normalidad y enfrentar sin injerencia los desafíos que tenemos por delante”, agregó.
La intimidación del régimen también llegó a la prensa internacional. Las autoridades retiraron anteayer las acreditaciones al equipo en La Habana de la agencia española EFE, según contó Atahualpa Amerise, jefe de redacción de la oficina, que cuenta con tres redactores, dos fotógrafos y un camarógrafo. En la mañana de ayer Amerise dijo en Twitter que devolvieron la acreditación a una redactora y al camarógrafo. Antes, la embajada de España había realizado “gestiones con las autoridades cubanas para que devuelvan las credenciales” y los periodistas “puedan realizar su trabajo”, dijeron fuentes diplomáticas en Madrid.
Reporteros Sin Fronteras denunció “un hecho gravísimo”.
Archipiélago denunció ayer que por lo menos seis coordinadores de las marchas de mañana eran retenidos por las autoridades, mientras el disidente Guillermo Fariñas permanecía detenido desde el viernes. La televisión estatal, que acusa a Yunior García de ser un agente financiado por Washington, lo señaló por asistir a un seminario en Madrid sobre el papel del Ejército en procesos de transición, y reveló envíos de pequeñas cantidades de dinero desde el extranjero.
La manifestación de mañana, declarada ilegal, se produce cuando Cuba reabre fronteras al turismo internacional, los niños vuelven a las aulas y La Habana celebra su 502° aniversario. Los manifestantes demandan la liberación de presos políticos, luego de las históricas manifestaciones del 11 de julio al grito de “Tenemos hambre” y “Libertad”, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1270 detenidos, de los cuales 658 aún están en prisión, según la ONG Cubalex.
Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, cree que los manifestantes quieren “llamar más atención internacional sobre la gravedad de la situación económica, política y de derechos humanos en Cuba”. Una reacción dura del gobierno implicaría sanciones más internacionales, consideró.
Vigilados y varios citados por la policía, los organizadores planearon la marcha utilizando internet móvil, que llegó a Cuba en 2018. Pero existe el temor de que el día de la marcha se interrumpa internet, como sucedió el 11 de julio.
Agencias AP, AFP y Reuters
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