Hostel en la playa, amor por los animales y una familia soñada: la vida de la pareja que murió aplastada en Brasil

La noticia de una familia que murió tras el derrumbe de un acantilado en Pipa, Brasil, estremeció a todos. No solo por el trágico accidente, sino por los proyectos que planeaban. Esta pareja, con su bebé y su perro soñaba reabrir su alojamiento, tenía un gran amor por los animales y disfrutaba la vida en familia.

Stella Souza, de 33 años; su marido, Hugo Pereira, de 32, y su bebé de siete meses, Sol, murieron aplastados tras derrumbarse un acantilado en la playa de Pipa, en el estado de Río Grande do Norte. Según informó el sitio G1, Pereira era conocido por haber viajado en 2016 por todo el país en una combi junto a su perra Brisa, que también fue víctima del accidente.

Esta pareja era dueña de un alojamiento llamado Brisa, en honor a su mascota, que había cerrado sus puertas a causa de la pandemia del coronavirus. Según una publicación de la cuenta del lugar, en julio informaron que interrumpían su actividad, pero que tenían planeado retomar pronto.

"Es un poco desafiante para nosotros poder mantener el proyecto en marcha, pero gracias a Dios estamos de pie y muy firmes en el propósito. La familia unida, el bebé creciendo muy sano y todo atendido con mucho cariño", escribió la pareja.

Y anunció: "Estaremos de regreso en diciembre, planearemos una celebración muy linda y hasta entonces estaremos trabajando a puerta cerrada para mejorar nuestra estructura y adaptarnos a todo lo que está sucediendo. Máximo respeto a todas las familias y personas afectadas, nuestros sentimientos más sinceros. Pipa es uno de los lugares más bellos del mundo, con las playas y paisajes más bellos, pero entendemos que aún no es el momento de reabrir. Hemos optado por proteger a los que viven aquí y luego, con tranquilidad y seguridad en el momento adecuado, volveremos con amor. Un abrazo fraterno".

Hugo había dejado su trabajo como coordinador de proyectos internacionales tras ocho años en una gran empresa. En una publicación en su cuenta de Facebook en octubre, contó que desde entonces viajó por cinco continentes y 24 estados brasileños. "Hacía cosas que nunca había pensado en hacer, trabajaba en los platos, limpiando; trabajaba como voluntario, andando por el monte. Almorcé en la iglesia, no almorcé, almorcé en el restaurante de lujo. Dormí en la calle, dormí en la playa, en la carpa, en la casa abandonada, en la plaza, en el aeropuerto, durante años viví en el auto", había posteado el hombre sobre el momento en que viajaba junto a su perra, Brisa.

La familia murió tras derrumbarse un acantilado en la playa de Pipa, a unos 85 kilómetros de Natal. Según se pudo reconstruir, pasaban allí el día cerca del acantilado, que repentinamente se desprendió. Los lugareños explicaron a los medios que el desprendimiento de rocas de los acantilados tiene lugar porque la marea los erosiona y ese fenómeno ocasiona que la base se ahueque, por lo que la parte superior es vulnerable a colapsar.

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