Horror en Siria: denuncian 1400 muertes por un feroz ataque con armas químicas
Los rebeldes acusaron al régimen de Bashar al-Assad de perpetrar la peor ofensiva con gas letal de los últimos 25 años; el gobierno reconoció que realizó una de sus embestidas más cruentas, pero desmintió el uso de armamento ilegal
DAMASCO.– La oposición siria acusó ayer al régimen del presidente Bashar al-Assad de lanzar gas venenoso contra cientos de personas en la periferia de Damasco y causar más de 1400 muertos, muchos de ellos niños y bebes, en lo que, de confirmarse, sería la mayor masacre ocurrida en más de dos años de revueltas árabes y en el peor ataque con armas químicas en el mundo en décadas.
Pese a que el gobierno desmintió categóricamente el uso de gas tóxico en su lucha contra los rebeldes, el ataque de ayer a la madrugada provocó una fuerte condena de la comunidad internacional, que exigió que se facilite "el acceso inmediato y sin trabas" de un grupo de expertos de las Naciones Unidas (ONU) al lugar de los hechos para verificar su autenticidad.
Llamativamente, el ataque coincidió con la visita a Siria de un equipo de 20 miembros de la ONU especializado en armas químicas, que llegó al país el lunes pasado para investigar tres lugares en los que presuntamente ocurrieron bombardeos con armas químicas en el último año.
El ataque de ayer comenzó antes del amanecer, cuando el régimen lanzó una lluvia de cohetes con gas letal sobre los barrios de Ein Tarma, Zamalka y Jobar, al este de la capital, mientras sus residentes dormían, según denunciaron activistas. Todos los suburbios atacados son feudos opositores.
Por la forma en que murieron las víctimas, médicos locales señalaron que el régimen habría usado gas sarín, una sustancia que causa la contracción de las pupilas y la aparición de espuma en los labios. Una enfermera en la instalación médica de Douma, Bayan Baker, en tanto, detalló: "Muchas de las víctimas mortales eran mujeres y niños, que llegaron con los típicos síntomas de las víctimas de gas nervioso".
Varias fotos y videos distribuidos por rebeldes para apoyar sus acusaciones mostraron impactantes y desgarradoras imágenes de decenas de personas exánimes en el suelo de hospitales, entre ellos numerosos niños, sin sangre ni heridas aparentes, y con espuma en la boca (ver aparte).
Distintos grupos opositores citaron diversas cifras de muertos, que variaban desde unas 500 hasta más de 1400 víctimas mortales.
Si la causa de las muertes y el alcance del ataque se confirmaran, sería el más mortífero desde que el líder iraquí Saddam Hussein lanzó gas letal a miles de kurdos en el pueblo de Halabja, en 1988.
"Ésta no es la primera vez que el régimen usa armas químicas. Pero constituye un significativo punto de inflexión en las operaciones del gobierno, ya que esta vez su uso fue para aniquilación más que para terrorismo", denunció en una conferencia de prensa, desde Estambul, George Sabra, líder de la opositora Coalición Nacional Siria.
Al-Assad preside uno de los pocos países que no participa del tratado internacional que prohíbe las armas químicas, y las naciones occidentales creen que posee almacenes no declarados de gas mostaza, gas sarín y el agente nervioso VX.
"El régimen sirio se mofa de la ONU y de las grandes potencias con este ataque", agregó Sabra, que denunció, a la vez, la pasividad de la comunidad internacional frente a la guerra civil que desangra al país desde hace más de dos años: "Nos mata las Naciones Unidas, mediante su pasividad; nos mata Estados Unidos, por su falta de apoyo; nos matan los países que se llaman libres; nos matan los países árabes, que deberían ayudarnos; nos matan nuestros amigos", tronó Sabra.
El régimen sirio, por su parte, confirmó que en la madrugada de ayer realizó el "ataque más masivo desde el inicio del conflicto", que abarcó varias zonas de los suburbios de Damasco, pero negó que se hayan utilizado armas químicas.
"Estas acusaciones son nulas, sin valor y completamente infundadas", afirmó el ejército, en un comunicado difundido por la televisión estatal. "Esas alegaciones de los grupos terroristas sólo son un intento desesperado por esconder sus fracasos en el terreno", añadió el texto.
Las denuncias de uso de armas químicas son "ilógicas y fabricadas, y buscan alterar el trabajo de los inspectores de la ONU", señaló el ministro de Información, Omran Zoabi.
El régimen agregó que el ataque con gas es una puesta en escena de los rebeldes para concitar el apoyo del mundo y que los muertos y heridos no mostraban las heridas propias de un ataque con proyectiles.
Si bien la ofensiva motivó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en Nueva York, y varias condenas de líderes mundiales (ver Pág. 4), las divisiones entre las principales potencias complican los esfuerzos internacionales por poner fin a dos años y medio de guerra civil, que ya se cobró más de 100.000 muertos.
Del editor: cómo sigue.
Agencias AP, AFP, DPA, EFE y Reuters
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