Histórico encuentro del Papa y el imán de Al Azhar
Destacaron el compromiso de sus religiones por la paz y el rechazo de la violencia y el terrorismo
ROMA.- "El mensaje es el encuentro". Fueron las palabras con las que Francisco resumió hoy la histórica reunión que tuvo con el imán de Al Azhar, prestigiosa universidad de El Cairo, Egipto, considerada "el Vaticano del Islam sunnita", luego de diez años de relaciones congeladas tras el "incidente" de Ratisbona, de 2006.
El imán de Al Azhar, que llegó al Vaticano acompañado por una delegación de ocho personas, mantuvo con el Papa un "cordial" cara a cara de treinta minutos, según informó el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede. "Las dos autoridades han destacado el gran significado de este nuevo encuentro en el marco del diálogo entre la Iglesia católica y el Islam", indicó Lombardi. "Además, conversaron principalmente sobre el tema del compromiso común de las autoridades y de los fieles de la grandes religiones por la paz en el mundo, el rechazo de la violencia y del terrorismo, la situación de los cristianos en el contexto de los conflictos y de las tensiones en Medio Oriente y su protección", agregó.
Al final del encuentro, en el que los dos líderes espirituales se dieron un apretón de manos y se abrazaron -imagen que vale mil palabras-, Francisco le obsequió al imán su encíclica Laudato Sí, sobre el cuidado de la casa común, y un medallón de la paz, en el que hay grabado un olivo que nace desde una roca, dos regalos clásicos. "El mensaje es el encuentro", dijo entonces Francisco, resumiendo la importancia en sí de la reunión, que fue la primera del máximo líder del catolicismo con el máximo líder del Islam sunnita, confesión que profesa el 85% de los musulmanes (el 22% son shíitas).
Después del encuentro con el Papa, que tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el gran imán de Al Azhar se reunió junto a su delegación con el cardenal francés Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y su secretario, monseñor Ayuso Guixot.
En un mundo marcado por guerras, terrorismo y el auge del grupo fundamentalista Estado Islámico, que usa la violencia en nombre del Islam, la reunión es considerada más que importante, y otro éxito "diplomático" de Francisco. En otro fiel reflejo de la cultura del diálogo y del encuentro que impulsa en un momento en el cual pareciera haber en el planeta plagdo de conflictos una "Tercera Guerra Mundial en pedazos", el Papa en febrero pasado se convirtió en el primer Pontífice que se reúne con el Patriarca ortodoxo de Moscú, en el aeropuerto de La Habana.
La máxima institución sunnita había cortado relaciones con el Vaticano en septiembre de 2006, después de que Benedicto XVI, papa emérito, en un discurso en Ratisbona relacionó el Islam con la violencia, desatando furiosas protestas en todo el mundo musulmán.
Mucha agua pasó debajo del puente desde entonces. Más allá de los intentos de calmar las aguas de Benedicto XVI, que aseguró haber sido malinterpretado, la tensión fue decreciendo en el pontificado de Francisco, que desde sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires trabajó por el diálogo interreligioso y que al ser electo al trono de Pedro enseguida manifestó la importancia de avanzar por esa vía. No pasó desapercibido en el mundo musulmán, en efecto, que enviara un mensaje a los "hermanos" musulmanes al comienzo del ayuno del Ramadán, ni que, en su viaje a Tierra Santa, de mayo de 2014, decidiera incluir en su séquito a dos amigos argentinos: el rabino Abraham Skorka y el dirigente islámico Omar Abboud.
Justamente Abboud es una de las personas que trabajó detrás de bastidores, en colaboración con el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, para que se concretara el encuentro de hoy.
"La idea de diálogo con una gran religión monoteista como es el Islam sunnita, la mayoritaria, es indispensable en este momento, y no sólo para la cuestión de Medio Oriente. Es una señal fuerte, sobre todo cuando la islamofobia, tanto en Europa, como Estados Unidos y otras partes del mundo, no es un dato menor", dijo a La Nación Abboud, en diálogo telefónico. "Al Azhar es la universidad más influyente del mundo islámico, que envía imanes a todos los países del mundo, que a su vez bajan línea, lo cual es más que trascendente", agregó.
En otro dato importante, el imán de Al Azhar viajará mañana a París, ciudad sacudida en noviembre del año pasado por cruentos atentados terroristas.
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