El regimiento de paracaidistas de la Guardia 331 sufrió grandes pérdidas el comienzo de la guerra
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Una de las fuerzas de combate de élite de Rusia, el regimiento de paracaidistas de la Guardia 331, regresó a Ucrania tras sufrir grandes pérdidas al comienzo de la guerra. Mientras los medios de comunicación estatales hablan sobre el heroísmo de la unidad, en la ciudad donde tiene su base el regimiento el apoyo a los combatientes parece menos claro.
En el campo de batalla del Donbass un vehículo blindado se acerca a toda velocidad a un hospital de campaña con varios hombres malheridos. “El tanque [ucraniano] nos estaba disparando”, explica uno de los paracaidistas rusos, mientras le curan las heridas”... “primero cerca de nosotros, luego directamente hacia nosotros”.
Estos atisbos de la sangrienta realidad de esta guerra son escasos en el canal oficial Rossiya a principios de junio. Y el reconocimiento del precio que está pagando el Ejército es cada vez más escaso.
Algo más de las imágenes que veíamos nos llamó la atención: que los soldados fueron identificados en las redes sociales rusas como pertenecientes al regimiento de paracaidistas de la Guardia 331, una unidad de la que tuvimos conocimiento a principios de abril.
En marzo, el regimiento 331, que hasta poco antes de la invasión tenía su base en Kostroma, 300 kilómetros al noreste de Moscú, sufrió grandes pérdidas durante el frustrado avance sobre Kiev.
Durante los combates del 11 al 14 de marzo fueron golpeados repetidamente por la artillería ucraniana mientras intentaban entrar en la ciudad de Bucha, escenario de horribles crímenes contra la población civil local. Entre los muertos en los combates de mediados de marzo se encontraba el coronel Sergei Sukharev, comandante del regimiento 331, varios otros oficiales y decenas de hombres.
Muchos de los soldados fueron catalogados como “desaparecidos”, es decir, que murieron en circunstancias tales como la explosión de vehículos blindados, en las que era imposible recuperar sus cuerpos. Pero los muros conmemorativos de la red social rusa V’Kontakte, similar a Facebook, dan una buena idea de las víctimas mortales confirmadas y de la angustiada reacción de la población.
¿Héroes o víctimas?
Al observar los medios de comunicación locales de Kostroma tras estas pérdidas iniciales, parece que las autoridades rusas empezaron a estar preocupadas por dejar al público en la oscuridad sobre lo que ocurría con el 331. En mayo, enviaron a un grupo de antiguos oficiales a hablar con los paracaidistas, que volvieron para tranquilizar al público en un canal de televisión local.
“Queríamos comprobarlo por nosotros mismos”, dijo al entrevistador el coronel Nikolai Mayorov, comandante retirado del regimiento. “Estábamos convencidos de que su estado de ánimo era bueno”.
Y como dirigiéndose a los ciudadanos desconcertados con el propósito de esta guerra, Mayorov añadió: “Ellos saben lo que hacen, saben por qué lo hacen”.
En las ceremonias oficiales se puede ver cómo una calle lleva el nombre del coronel Sukharev ,hay una escuela que conmemora a Danil Turapov, un paracaidista muerto en la misma batalla, o se recaudan fondos para enviar paquetes de consuelo a los soldados. Es evidente que los familiares de los soldados sienten un fuerte vínculo común, pero esto no es tan así entre la comunidad en general.
El vídeo de un concierto organizado por los familiares de los miembros del regimiento 331, con motivo del Día de la Victoria que se celebra anualmente en Rusia el 9 de mayo, muestra una exuberante interpretación de canciones patrióticas en un parque público de Kostroma. Pero los planos generales revelan que casi nadie está mirando.
La ambivalencia o incluso la hostilidad hacia la guerra en Ucrania también está presente.
Un residente de Kostroma, que había estado sondeando las reacciones a las pérdidas de hombres de la ciudad en Ucrania, dijo: “Lo siento por cada uno de estos chicos, pero no los considero héroes, sino víctimas”.
A partir de la información rusa y de otras fuentes de información abiertas, es posible rastrear lo que ocurrió con los paracaidistas después de su desafortunado ataque a Kiev. El regimiento 331, al igual que otros miles de tropas rusas en esa parte del norte de Ucrania, fue retirado hacia la vecina Bielorrusia a finales de marzo.
A principios de abril, se filmó cómo cargaban sus vehículos en vagones de ferrocarril en Baranovichi (Bielorrusia), desde donde los trasladaron unos 1.000 kilómetros hasta Belgorod, una ciudad rusa fronteriza con el este de Ucrania. Esto formaba parte del desplazamiento hacia el Donbass, en el este de Ucrania.
Después de un período de descanso, el 331 volvió a entrar en acción durante los combates de abril cerca de Izyum, en el este de Ucrania. Tras semanas sin nuevas bajas, empezamos a ver nuevas entradas en los muros conmemorativos de las redes sociales.
A finales de mayo, la atención rusa se había desplazado unos 100 kilómetros al sureste, hacia Popasna, donde las fuerzas invasoras empezaron a avanzar contra los defensores ucranianos.
Es en las batallas en ese rincón de Lugansk que se han librado durante las últimas semanas, en las que el 331 se ha implicado una vez más y en las que se tomaron las notables imágenes de sus hombres, mostradas por el canal de televisión estatal Rossiya.
El vehículo de combate aerotransportado, o para usar las iniciales rusas, BMD, que aparece en esa grabación ha sido embadurnado con tantos símbolos y letras que se ha convertido en una especie de retablo del 331 y su sombría experiencia colectiva.
Las tropas que participaron en la ofensiva principal hacia Kiev pintaron una V blanca en los laterales de sus vehículos, y el regimiento de Kostroma otro trazo de pintura que parece como si le hubieran colocado un signo de exclamación al triángulo invertido, que es una marca estándar y un número de serie de tres dígitos. Cargados en los vagones de plataforma tras su regreso a Bielorrusia a finales de marzo, así es como estaban marcados los BMD.
Pero los soldados siguieron añadiendo pintura y, quizás, sus oficiales lo toleraron porque pensaron que podría mantener la moral alta. Uno de los mismos vehículos de combate que vimos en un vagón de plataforma a principios de abril en Bielorrusia había añadido este mes en Lugansk una “Z” pintada, símbolo favorito del Kremlin para la guerra, las palabras “Kostroma” y “amigo combatiente” en sus laterales. Encima de los otros símbolos, el verde original casi ha desaparecido.
En cuanto al costo humano de esta larga lucha, nuestro recuento de muertes verificadas en el regimiento ha pasado de 39 a principios de abril a 62 en la actualidad. Teniendo en cuenta el número de soldados desaparecidos y algunos nombres que no se han publicado, el número real de bajas es significativamente mayor y podría llegar a 120.
Si se añaden los heridos en una proporción de tres a uno, es probable que el total de bajas se sitúe entre 400 y 500. Esto es aproximadamente la mitad de los efectivos con los que el regimiento 331 habría entrado en Ucrania en febrero.
El impacto en Kostroma es algo mayor porque el regimiento 1065 de Artillería Aerotransportada, también de esa ciudad, ha estado luchando junto al 331 en Ucrania, y también ha sufrido bajas.
Los medios locales han comprobado que más de 80 soldados de Kostroma han muerto en los meses transcurridos desde finales de febrero, lo que se compara con los 56 que murieron durante los nueve años de guerra de la Unión Soviética en Afganistán.
La BBC ha verificado hasta ahora la muerte de 62 soldados del regimiento de paracaidistas 331: Klim Abramov, teniente primero Rustem Akhmedyanov, Viktor Baranchikov, Oleg Bedoshvili, capitán Yurii Borisov, teniente primero Ilya Chernyshev, cabo Yuri Degtaryov, Konstantin Dobrynin, Sasha Dolkin, Maksim Dubov, Sargento Sergei Duganov, Sargento Andrey Dunayev, Kiril Fedoseyev, Artur Imangulov, Teniente Yury Inkin, Maksim Ivanov, teniente Nikolai Kirkin, Andrey Kovalevsky, mayor Sergei Krylov, Utemes Kuanshpekov, Artem Kuprichenko, Stanislav Kutelev, Sergey Lebedev, cabo Yanosh Leonov, sargento Alexander Limonov, Snr WO Sergei Lobachyo, Nikita Lomakin, Pavel Makarov, Artem Makhov, cabo Ivan Mamzurin, cabo Ilya Martynenko, Oleg Melnikov, comandante Vadim Netuzhilov, sargento Aleksandr Nikitin, Alexey Ostanin, teniente Lev Ovchinnikov, Maksim Ovchinnikov, cabo Leonid Panteleyev, mayor Oleg Patskalyev, sargento Stanislav Petrutik, cabo Zakhar Polevschikov, sargento Roman Pomelov, Dmitry Prokopov, Snr WO Pavel Rudenko, teniente senior Alexander Shalygin, Aleksey Shevelev, Egor Shukhov, coronel Sergei Sukharev, mayor Evgeny Sulokhin, Maxim Svetlenko, teniente primero Nikolai Symov, Daniil Titov, Maxim Trokai, Danil Turapov, Ivan Turyev, teniente primero Andrei Vashkov, sargento Maxim Vorotyntsev, capitán Alexei Vyshegorodtsev, Alexei Yelimov, cabo Artem Yergin, sargento Ravshan Zhakbaev, cabo Danila Zudkov.
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