"Hay más torturas y desaparecidos que en tiempos de Mubarak"
Las ONG egipcias piden a las potencias que levanten la voz contra la represión del régimen
"La tortura y las desapariciones son hoy mucho más frecuentes en Egipto que en tiempos del dictador Hosni Mubarak. Y Occidente deja las manos libres al gobierno con la excusa de que está luchando contra Estado Islámico (EI)", denuncia a LA NACION Hossam Bohgat, director de la principal organización local de derechos humanos.
Los abusos en Egipto están llegando a límites insospechados, como el caso del joven Mahmoud Hussein, de 20 años, que logró la libertad recientemente luego de dos años de cárcel, acusado de llevar puesta una remera que decía "Por una nación sin tortura".
Desde la caída del gobierno elegido democráticamente de los Hermanos Musulmanes, en 2013, y el ascenso al poder de Al-Sisi, aumentó constantemente la amenaza de los jihadistas sobre Egipto, especialmente en el Sinaí y desde la permeable frontera con Libia.
Bohgat, director de la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales (EIPR, según sus siglas en inglés), coincidió en diálogo telefónico con LA NACION en que "frente a la volatilidad de la situación en Siria, Irak y Libia, las potencias occidentales ven el régimen de Al-Sisi como un mal menor".
El director de EIPR sufrió en carne propia las frecuentes acusaciones kafkianas del gobierno cuando se presentó en febrero pasado en el aeropuerto de El Cairo para embarcarse en un vuelo hacia Ammán, la capital jordana.
Al llegar al control de pasaportes le pidieron que aguardase un momento a un costado. Luego lo trasladaron a una oficina de seguridad y le anunciaron que había una prohibición de viaje en su contra y que no le podían informar el motivo. Conocedor del sistema de secretos con que se maneja la justicia egipcia, Bohgat no preguntó nada más y volvió a su casa.
Semanas más tarde, sólo a través de la prensa oficial, supo que desde hace cinco años el gobierno tiene abierto un proceso contra su ONG y otras cinco organizaciones de derechos humanos que reciben ayuda del exterior por "dañar la seguridad nacional". Aunque él nunca tuvo oportunidad de conocer en persona las acusaciones ni pudo efectuar un descargo, la Corte Suprema deberá pronunciarse sobre esta acusación el próximo 23 de mayo.
Y no es la primera vez que Bohgat, que también trabaja como periodista free lance, tiene problemas con el régimen. En noviembre pasado estuvo tres días detenido con los ojos vendados en una instalación militar secreta luego de publicar un artículo sobre un fallido complot militar contra el gobierno. En la prisión, con los ojos tapados, escuchó a presos de otras celdas que le dijeron que llevaban varios meses detenidos sin proceso en su contra. "En noviembre me salvó el rápido apoyo internacional que recibí. Incluso el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió al gobierno mi liberación. Por eso necesitamos que ahora las potencias levanten su voz contra lo que está ocurriendo en Egipto", dijo.
Heba Morayef, otra activista de derechos humanos conocida internacionalmente desde los tiempos de Mubarak, advirtió a LA NACION que es imposible dar cifras confiables sobre el número de desapariciones o muertes. "Un dato que podemos dar es que, según el comité para la protección de periodistas (CPJ, según sus siglas en inglés), Egipto es hoy el segundo país con mayor cantidad de periodistas desaparecidos, detrás de China."
Morayef concluyó: "Desde el golpe de 2013 cualquier forma de disenso es criminalizada y tenemos una innumerable cantidad de denuncias de desapariciones, torturas y muertes. Es real que el islamismo avanza, pero el gobierno lo usa como excusa para aplastar toda oposición".
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