Hasta la victoria, pero con Airbnb
Ernesto Vega aún cree en la revolución y el futuro lo entusiasma
LA HABANA.- Ernesto ha vivido todo. Fue un joven revolucionario, estudió filosofía en Moscú en los 70 y trabajó con Raúl Castro en el Ministerio de las Fuerzas Armadas. Ya retirado, administra su casa particular, ubicada en La Habana Vieja.
"Cuba es una democracia", sentencia, durante un diálogo con LA NACION. "Yo estoy convencido de que la democracia nuestra es superior, incluso", agrega.
Ernesto Cardosa Vega tiene 70 años, la mayoría de ellos vividos en Cuba. Elogia a Raúl y Fidel Castro, y al Che Guevara, un "modelo de hombre".
"Lo recuerdo como uno de los hombres más brillantes, más dignos. Uno de los hombres del futuro. Es una lástima que lo hayan asesinado tan joven. El Che era un crisol de virtudes", sostiene.
Para Ernesto, Cuba es un proyecto alternativo de sociedad, aunque no es la que él y sus compañeros ambicionaban de jóvenes, "ni con mucho". Defiende la revolución y a los Castro -que otros en la isla en el exilio rechazan- y vive este momento con entusiasmo. Espera que mejoren las relaciones y se levante el bloqueo. "El socialismo ahora está abocado a nuevas circunstancias y por eso se está actualizando el modelo económico, y toda la sociedad", explica.
Ernesto rechaza las críticas. "En Cuba se respetan los derechos humanos esenciales. No hay país que los cumpla mejor que Cuba, es mi opinión muy personal. Salud, educación, tranquilidad ciudadana", enumera. "La democracia es un término muy socorrido. Se utiliza en el interés de la clase que quiera decir los términos de la democracia, cómo se aplica, quiénes participan, quiénes deciden", afirma.
Ernesto describe a Fidel como un hombre muy honesto y a su hermano, Raúl, como un hombre muy inteligente. "La autoridad histórica que tienen Fidel y Raúl, realmente, no la va a tener nadie", sentencia. ¿Y los disidentes? "Son personas, en su inmensa mayoría, oportunistas, que utilizan eso porque reciben dinero", responde.
"Yo como pueblo confío en Estados Unidos, y pienso que respetando la soberanía nuestra, los principios nuestros, la propia idiosincracia nuestra, podemos convivir de manera civilizada", evalúa.
Ernesto ya se benefició por la apertura: su casa particular se puede reservar en Airbnb.