Hasta ahora relegadas, las mujeres avanzan en la política japonesa
Por primera vez, la oposición estará liderada por una diputada; le sigue al triunfo inédito de una gobernadora en Tokio, en julio
La parlamentaria japonesa Rehno Murata cosechó ayer una doble victoria. Tras ser electa nueva líder del Partido Democrático de Japón, se convirtió en la primera mujer al frente de la oposición en un país con una baja presencia femenina en la política.
Ex modelo y periodista de 48 años, se impuso en la carrera por el liderazgo de su partido al superar por un amplio margen (casi el 60% de los votos) a los otros dos aspirantes: el ex ministro de Asuntos Exteriores, Seiji Maehara, y el diputado Yuichiro Tamaki.
Murata será la tercera mujer en dos meses que asume un puesto de alto perfil en la política japonesa. En julio, Tokio eligió a su primera mujer gobernadora, Yuriko Koike, y el mes pasado, el primer ministro Shinzo Abe nombró a Tomomi Inada ministra de Defensa.
El triunfo de Murata es percibido como un gran paso en la pelea por el posicionamiento de la mujer en Japón, que cuenta con uno de los peores registros a la hora de contabilizar la participación femenina en política.
Apenas 45 de los 475 escaños de la Cámara baja japonesa están ocupados por mujeres, lo que supone un 9,5 % de representación femenina parlamentaria, según un estudio publicado por la Unión Interparlamentaria Internacional.
Abe, en cuyo gabinete sólo participan tres ministras frente a 16 ministros, se había comprometido a que las mujeres ocupen el 30% de los puestos de gestión en 2020, aunque el año pasado se vio obligado a admitir que no alcanzará a cumplir ese objetivo.
Como líder opositora, Murata encabezará la oposición al primer ministro, que "mantiene su popularidad a pesar de las dificultades que refleja la economía para recuperar su crecimiento y su nueva política de seguridad, que roza los rígidos límites constitucionales", comentó Seán Golden, profesor de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La victoria de Murata, ex ministra de Renovación de 2010 a 2012 y cuya labor parlamentaria empezó una década atrás, "no se debe confundir con el inicio de una nueva era de dominación femenina, aunque es un antecedente", apuntó Mari Miura, profesora de ciencias políticas en la Universidad Sofía de Tokio.
Aún así, con tres mujeres en posiciones que podrían considerarse los primeros escalones en la carrera hacia la oficina del primer ministro, Miura opina que "es un momento notable para Japón, aunque aún está muy por detrás de países como Corea del Sur, Gran Bretaña y Alemania, que ya eligieron a mujeres líderes en sus gobiernos".
Murata debió sortear también los prejuicios por su herencia taiwanesa. A pesar de haber nacido en Japón y ser hija de madre japonesa y de padre taiwanés, fue considerada ciudadana de Taiwán porque la ley sólo reconocía a hijos de padres japoneses.
Recién cuando cumplió 17 años, con el cambio de la ley, Murata pudo gestionar la ciudadanía japonesa, aunque sin renunciar a la taiwanesa, lo que le ha valido muchas críticas.
Renho alcanza la conducción de su partido, que aún no pudo recuperarse tras su cuestionada gestión entre 2009 y 2012, con la tragedia de Fukushima de 2011 aún fresca en la memoria de los japoneses.
"Mientras que la mayoría de los políticos japoneses tienden a ser impasibles y sin brillo, Murata es diferente: ella tiene personalidad", afirmó Justin Worland en el perfil que le dedicó pocos días atrás a Murata en la revista Time.
Renho Mutara
Líder del partido democrático
Votación: Con casi el 60% de los votos, se impuso en la carrera por el liderazgo sobre el ex canciller Seiji Maehara, y el diputado Yuichiro Tamaki
Antecedentes: Ex modelo y periodista, de 48 años, fue ministra de Renovación Administrativa entre 2010 y 2012 y parlamentaria por diez años
Ascensos femeninos: En los últimos dos meses otras dos mujeres alcanzaron puestos de alto perfil en la política nipona: la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, y la ministra de Defensa, Tomomi Inada
Baja participación: Japón cuenta con bajas tasas de participación femenina en política. Apenas 45 de los 475 escaños de la Cámara baja nipona están ocupados por mujeres, esto es 9,5% de representación femenina
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