Harto de la corrupción, el país volvió a salir a la calle con un clamor: "Elecciones directas ya"
En las principales ciudades del país hubo marchas para pedir la renuncia de Temer y el adelantamiento de los comicios
SAN PABLO.- En medio del caos y de la confusión política que reinan en el país después de que el presidente Michel Temer quedó involucrado en un escándalo por haber avalado sobornos millonarios, lo único que está claro para los brasileños son dos cosas: que quieren que Temer renuncie a su cargo y que se convoque a elecciones directas.
Leonardo Gonçales es estudiante, tiene 19 años y es uno de los cientos que participaron de la protesta contra Temer convocada ayer frente al Museo de Arte de San Pablo (MASP), en la avenida Paulista, una de las principales de esta ciudad. Decidió salir a manifestarse después de que escuchó la conferencia de prensa donde el presidente dijo que no iba a renunciar. "El pueblo en la calle es lo que va a forzar la renuncia de Temer, hoy en día es difícil tener esperanzas, pero necesitamos elecciones directas para que nos gobierne alguien con legitimidad", dice a LA NACION, mientras levanta la voz, en medio de los gritos de "fuera Temer".
Las elecciones presidenciales en Brasil están previstas para octubre de 2018, motivo por el cual la solución que pide Leonardo, al igual que gran parte de la población, requeriría realizar un cambio en la Constitución. Por ahora, si Temer dejara de ser el presidente, es el Congreso el que elegiría al candidato para reemplazarlo.
"Pensar en que el Congreso puede llegar a ser el que elija el reemplazante de Temer me da terror, somos nosotros los que tenemos que elegir. Estamos en un momento límite, la gente está saliendo a la calle y los diputados y senadores van a tener que poner como prioridad el futuro de Brasil y aprobar la propuesta de enmienda que está en el Congreso para poder convocar a elecciones este año, tiene que haber un acuerdo político por el bien del país", dice Margarite Lemos, profesora, de 47 años, en medio de la multitud. Su marido, Gilberto Moreira, de 54 años, se repara de la lluvia bajo un poncho de agua y se lamenta, con la cabeza gacha debajo de una capucha transparente. "La salida es la elección directa, pero no va a suceder, hay un proceso muy doloroso por delante todavía, la situación del país está muy mal."
En un shopping a unas pocas cuadras del MASP, el farmacéutico Claudio Gabriel, de 39 años, habla con LA NACION sin sacar los ojos de la pantalla de su computadora. Dice que perdió la esperanza y que está cansado de tanta corrupción. "Tengo que trabajar, la situación está muy mal, las ventas de mi negocio están cayendo entre dos y tres por ciento cada mes", se disculpa. "(Temer) debería haber renunciado, si de verdad piensa en el pueblo brasileño tiene que dar un paso al costado, tenemos que elegir por quién queremos ser gobernados, yo nunca participé de una manifestación, pero lo haría para pedir elecciones directas", comenta.
"La situación de Brasil está cada día peor, creo que lo mejor para el país es que Temer renuncie y que nos ahorre todo el sufrimiento. Y que haya elecciones directas. El pueblo votó a [la ex presidenta] Dilma Rousseff y ellos decidieron sacarla, tiene que gobernarnos alguien con legitimidad y que no esté involucrado en casos de corrupción, cosa que me parece muy difícil porque todos metieron la mano en la lata", dice a LA NACION Fabio Paes, un vendedor de Bela Vista, de 50 años.
Fabiola Pessoa, una analista de recursos humanos de 32 años que está parada en la boca del subte Trianon-MASP está indignada. "Me da vergüenza haber nacido en este país, me siento estafada, el presidente dice que no renuncia porque piensa en los brasileños, en la economía, pero debería haber dado un paso al costado, hoy [por ayer] la Bolsa se derrumbó y el dólar se disparó. Tenemos que tener un presidente elegido por el pueblo, porque en definitiva, en la última elección nadie votó por Temer, votaron por Dilma. Quiero una reforma política y elecciones ya."
En medio de la multitud que cortó la avenida Paulista y marcha bajo una intensa lluvia, la empleada pública Tatiana de Oliveira e Silva, de 37 años, se refugia bajo un enorme paraguas rojo y cuenta que salió de trabajar y decidió ir directo a la manifestación en la Paulista, que anteayer hizo lo mismo y que tiene planes de participar en la protesta del próximo domingo. "Tenemos que salir a la calle, eso va a hacer que Temer renuncie definitivamente. Con esta crisis llegamos al fondo del pozo y lo único que nos sacará de allí son las elecciones directas. Tengo la esperanza de que los políticos van a pensar por primera vez en el bien de Brasil y van a conciliar una salida a la crisis con elecciones directas, un Congreso corrupto como lo es el nuestro no está en condiciones de elegir al próximo presidente, de lo contrario, seguiremos aquí en la calle."