Harry y Meghan: el príncipe William responde por primera vez a la explosiva entrevista
El duque de Cambridge negó que sean una familia racista; dijo no haber hablado con su hermano tras las acusaciones del domingo pero agregó que lo hará
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LONDRES.- “No somos en absoluto una familia racista”, dijo el príncipe William, segundo en la línea de sucesión al trono británico, respondiendo a los periodistas al margen de un evento público en Londres sobre las acusaciones de su hermano Harry y su cuñada, Meghan Markle, en la entrevista con Oprah Winfrey.
El duque de Cambridge agregó no haber hablado con Harry todavía tras la entrevista, pero agregó que lo hará.
Entre otros temas, los duques de Sussex abordaron el racismo, la salud mental y el tratamiento que les han dado los medios de comunicación y otros miembros de la familia real británica.
Una de las revelaciones más impactantes de la entrevista fueron las conversaciones sobre supuestas “preocupaciones” por el color de la piel del hijo de los duques, Archie. Winfrey matizó horas más tarde que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, hablaron nunca con la pareja sobre el color de la piel del bebé.
La acusación provocó una grave crisis en la monarquía de un país donde la fuerza del movimiento Black Lives Matter llevó recientemente a revisar la historia colonial y su relación con la trata de esclavos.
Ahora el tema está bajo la mirada de todo el planeta, en especial en Estados Unidos donde la pareja vive desde su estrepitosa salida de la monarquía hace un año, y en la Commonwealth, un conjunto multirracial de más de 50 países en los cinco continentes unidos por sus lazos históricos con la corona británica.
En este contexto, la realeza lanzó una respuesta que, pese a su tono conciliador, dejó claro que estas acusaciones no serían aceptadas sin discusión.
Si su padre y heredero al trono, el príncipe Carlos, de 72 años, había respondido únicamente con una risa nerviosa el martes cuando le preguntaron al respecto durante una visita a una iglesia africana de Londres convertida en centro de vacunación contra el covid-19, Guillermo fue más locuaz.
“No somos una familia racista en absoluto”, aseguró el segundo en la línea sucesoria al trono británico, de 38 años, mientras recorría una escuela de un barrio multirracial del este de la capital.
La respuesta de la reina
Isabel II, de 94 años, había respondido el martes que “toda la familia se entristece al conocer lo difícil que han sido los últimos años para Enrique y Meghan”.
La monarca aseguró también tomarse “muy en serio” las acusaciones de racismo y se comprometió a que sean tratadas “por la familia en privado”, pero dejó claro que “los recuerdos pueden variar” en función de las personas.
Esta cuidadosa elección de las palabras “sugiere que la familia no está de acuerdo con todo lo que han dicho los duques de Sussex”, subrayaba el periódico conservador The Daily Telegraph, mientras otros interpretaban que ya se había identificado a quién hizo el comentario sobre el color de piel y que el concernido rebatía la acusación.
La emisión de Oprah Winfrey, que recordó a una chocante entrevista concedida en 1995 a la BBC por la madre de Enrique y Guillermo, la princesa Diana, en que reveló desde su bulimia hasta las infidelidades en su matrimonio, provocó un escándalo de iguales o mayores proporciones.
En opinión del experto constitucional Robert Hazell, de University College London, esto “sólo se convertiría en una crisis para la institución si los sondeos empezaran a mostrar que ha caído significativamente el apoyo a la monarquía” en el Reino Unido.
Pero de momento en Australia, país miembro de la Commonwealth, el exprimer ministro Malcolm Turnbull ya afirmó que estas acusaciones deberían allanar el camino para que celebrar otro referéndum sobre el fin de la monarquía en ese país, donde Isabel II es aún jefa de Estado.
Ola expansiva
Entretanto, la ola expansiva de la entrevista sigue afectando al mundo de los medios británicos. Tras la renuncia obligada de ITV y el talk-show Good Morning Britain del controvertido presentador Piers Morgan –que había dicho no creer “ni una sola palabra” de la duquesa, desencadenando un choque en directo con su colega Alex Beresford, de padre negro– en las últimas horas también cayó Ian Murray, director general de la Sociedad de Editores, que agrupa a los editores de diarios británicos.
Murray había definido como “inaceptables”, en un comunicado oficial de la Sociedad, las palabras de Harry contra el sensacionalismo de algunos diarios populares británicos.
La reacción fue criticada y finalmente Murray tuvo que renunciar, afirmando que se va para que la Sociedad de Editores “pueda reconstruir su reputación”.
”Aunque no estoy de cuerdo con quien dice que ese comunicado apuntaba a defender el racismo, reconozco que hubiera debido ser mucho más claro en condenar la intolerancia” de ciertos medios, admitió.
Agencias ANSA y DPA
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