Harry, Meghan y el fracaso de su aventura en Hollywood
El duque y la duquesa de Sussex llegaron a Hollywood hace tres años con todo el estrellato de la realeza y un verdadero furor en streaming, pero desde entonces cosecharon más bochazos y cancelaciones que programas realizados
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LOS ÁNGELES.- Cuando habían pasado casi dos años desde su salida del Reino Unido, el príncipe Harry y Meghan Markle empezaron a trabajar en un proyecto que pudiera transformarlos de exmiembros de la realeza en poderosos jugadores de Hollywood.
Como siempre habían sido objeto de interminables chismes y rumores, la pareja se sentía más que calificada para abordar el espinoso tema de la mala información en un documental, con el que esperaban consolidarse como productores creativos serios y así dejar atrás su reputación de exiliados de la Casa de Windsor que intercambian trapitos sucios familiares por flashes y atención del público.
El equipo de trabajo de Archwell, la empresa productora que abrió la pareja en Los Ángeles, tenía muchas preguntas para “H” y “M”, como llaman los empleados al duque y la duquesa de Sussex. ¿El proyecto sobre la mala información sería una película o una serie? ¿Ya tenían pensado el presentador del programa? ¿Sería un abordaje histórico o contemporáneo? ¿Harry y Meghan iban a aparecer? ¿Meghan estaba dispuesta a compartir ante las cámaras su amarga experiencia con los tabloides británicos? Y en caso contrario, ¿alguien vería el programa?
Según fuentes internas de Archwell, la pareja tenía pocas respuestas, y el documental sobre la mala información pronto corrió el mismo destino de varios otros proyectos de Archewell: el olvido.
La incursión hollywoodense de Harry y Meghan parece haber resultado en fiasco. Se instalaron hace tres años en el Sur de California con sus títulos de duque y duquesa y planes de capitalizar el momento de furor del streaming, un negocio lleno de dinero y ávido de figuras con estrellato que atrajeran a nuevos suscriptores. Pero los megacontratos que firmaron a continuación —100 millones de dólares con Netflix, 20 millones con Spotify— terminaron en más cancelaciones y bochazos que en productos terminados.
La pareja demostró que sabe capitalizar su historia personal. El libro de memorias de Harry, Desde la sombra, se convirtió en un best-seller, y el documental de seis capítulos producido por Netflix sobre su ruptura con la familia real fue muy visto por el público. Dejando eso de lado, la pareja no ha logrado ir más allá de su propia historia de vida.
El cementerio de proyectos que esperaban producir incluye un programa infantil de animación llamado “Pearl” que fue cancelado por Netflix, y al menos dos ideas para televisión que el servicio de streaming bochó durante el último año, según fuentes familiarizadas con los proyectos de los Sussex, y agregan que es poco probable que Netflix renueve el contrato con la pareja, que vence en 2025.
Del acuerdo con Spotify salió “Archetypes”, un podcast sobre los estereotipos que pesan sobre las mujeres. Se habló de una segunda temporada, pero la idea fue archivada, y Spotify y la pareja acaban de anunciar su desvinculación.
Las personas del medio que han trabajado con la pareja dicen que la aventura californiana de los Sussex se vio afectada por su inexperiencia como productores y por sus dificultades para encontrar material y proyectos consistentes con su marca, sumado a problemas más allá de su control, como el reciente recorte de inversiones en la industria del entretenimiento.
“Las empresas nuevas suelen hacer cambios durante su fase startup, y no somos la excepción”, dice la vocera de Archewell. “Estamos mejor equipados, más enfocados y con más energía que nunca”. Y agregó que recientemente la compañía contrató a una nueva jefa de contenidos de guión, la actriz y productora Tracy Ryerson.
Un vocero de Netflix dice que la compañía valora su asociación con Archewell y señala que Harry & Meghan fue el documental más visto en su estreno. “Seguiremos trabajando juntos en varios proyectos”.
Archewell y Spotify anunciaron su desvinculación a través de un comunicado conjunto donde dicen que se separaron “de mutua acuerdo” y que están “orgullosos de la serie de podcast que hicimos juntos”.
Cuando llegaron a sus acuerdos con Netflix y Spotify, en 2020, los servicios de streaming estaban en auge y los ejecutivos no dudaban en pagar lo que fuese para generar contenidos y satisfacer la insaciable demanda del público. La pandemia confinó a los voraces suscriptores en sus casas, pero también interrumpió la producción de proyectos en sus primeras etapas de desarrollo, incluidos algunos proyectos de los Sussex.
Hoy el furor del streaming ya pasó, dando lugar a una etapa de crecimiento más lento y también de incertidumbre. Tanto Netflix como Spotify han cancelado proyectos y películas para reducir costos, y fuentes internas dicen que ambas empresas se quedaron bastante decepcionadas por la falta de productividad de los Sussex.
“Ok, ya tiraste tu bomba, ¿y ahora cómo sigue?” apunta Andrew Morton, histórico cronista de la familia real británica.
Los empleados y asociados de Archewell dicen que en la productora falta liderazgo y que sus fundadores parecen sorprendidos de la cantidad de trabajo que hace falta para llevar a término un producto de entretenimiento. La mayoría de las potenciales iniciativas, dicen, siguen el mismo patrón : gran idea, ejecución mediocre.
En mayo de 2022, renunciaron tanto el jefe de comunicaciones de Archewell como el jefe de comunicaciones de la fundación sin fines de lucro de la pareja, y en los meses siguientes los siguieron varios otros, incluido el jefe de audio de la empresa y Mandana Dayani, presidenta de toda la operación.
En marzo, Ben Browning, el productor de cine contratado para supervisar el contenido de Archewell, dejó la empresa para reincorporarse a su trabajo anterior. Detrás se fueron el jefe de marketing y el jefe de contenidos de guion.
Con bombos y platillos
Harry y Meghan desembarcaron en Hollywood como un objeto de fascinación transcontinental. Eran los primeros miembros de la realeza británica desde el rey Eduardo VIII que abandonaban sus deberes oficiales. Y tenían amigos entre las grandes estrellas norteamericanas, como Serena Williams y Oprah Winfrey, que ya en 2018 habían asistido a su boda en Londres.
Tras cerrar su lucrativo acuerdo con Netflix, la relación de la pareja con la compañía se vio reforzada por su amistad con Ted Sarandos, codirector ejecutivo de la empresa y vecino de los Sussex en Montecito, California.
Harry & Meghan, el documental en capítulos sobre la historia de amor de la pareja, fue el primer gran proyecto producido en el marco de ese acuerdo. El documental reflejaba momentos íntimos —Harry recordando el llanto de su madre, la princesa Diana, Meghan hablando de su aborto espontáneo— y ahondaba en el tema del colonialismo británico y del racismo que sufrió la pareja.
El documental también dio lugar a críticas contra los Sussex, como el momento en que Meghan dice que no esperaba tener que hacer una reverencia ante la reina.
Los empleados de Archewell sentían que el futuro de su acuerdo con Netflix dependía del éxito del documental, y el proyecto generó tensión dentro de la empresa. Harry y Meghan intervinieron en la edición de los capítulos, aunque en ocasiones no fueron escuchados, señalan personas involucradas en el proyecto.
Todo lo que vino después fue más difícil. Su segundo proyecto para Netflix, una docuserie llamada Live to Lead, sobre líderes y activistas mundiales, no logró entrar en la lista de los 10 programas más vistos de la emisora.
Y otras de las propuestas parecían réplicas de programas exitosos que ya estaban en Netflix, como una sitcom parecida a Emily in París pero en versión masculina y un programa familiar con personajes homosexuales muy parecido al popularísimo Heartstopper. Netflix los rechazó a ambos, según fuentes al tanto del acuerdo.
Las mismas fuentes dice que los ejecutivos de Netflix se han quejado de la baja productividad de Archewell y sienten que el éxito de Harry & Meghan es la única carta que la empresa tenía para mostrar.
Actualmente, Archewell tiene un proyecto a punto de completarse en Netflix: una serie documental sobre los Juegos Invictus, una competencia para veteranos con heridas de guerra que Harry fundó después de servir con el ejército británico en Afganistán.
Harry y Meghan también están desarrollando para Netflix un programa de televisión llamado Bad Manners basado en Miss Havisham, un personaje de la novela Grandes esperanzas, de Charles Dickens. Sería una precuela de la novela de Dickens donde la solitaria solterona es mostrada como una mujer fuerte que vive en una sociedad patriarcal, aunque todavía no se sabe si Netflix dará luz verde para avanzar con la producción.
Siguiente episodio
Para Harry y Meghan, la desaceleración general del negocio y la industria del streaming no podía llegar en peor momento, sobre todo porque después de la explosiva entrevista con Oprah Winfrey, el documento de Netflix, y el libro de memorias de Harry, la pareja se había propuesto dejar de hablar de la familia real.
Pero las revelaciones que hicieron en esos productos parecen haber terminado de ahondar el abismo entre el duque y su padre, el rey Carlos III. A la pareja le pidieron que levantara campamento de Frogmore Cottage, su residencia en Gran Bretaña, y aunque el rey invitó a los Sussex a su coronación, Harry asistió solo, se sentó en tercera fila, detrás de su hermano mayor, y de hecho solo permaneció fugazmente en el país.
Dada su actual distancia con la corona, el brillo que Harry y Meghan alguna vez le daban a los proyectos del mundo del espectáculo se está apagando.
Por Erich Schwartzel y Sarah Krouse
Traducción de Jaime Arrambide
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