Hans Zollner: "Nunca había pasado algo así en toda la historia del catolicismo"
El sacerdote jesuita alemán Hans Zollner, uno de los máximos especialistas en el tema de abusos del Vaticano, no tiene dudas: la renuncia en bloque del episcopado chileno, un hecho sin precedentes en la historia, abre un nuevo capítulo no solo para la Iglesia de Chile, sino también para el resto de la Iglesia universal. Teólogo y psicólogo, miembro de la Pontificia Comisión de Menores creada por Francisco y presidente del Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana, en diálogo con LA NACION Zollner destacó la enorme humildad demostrada en el caso chileno por Francisco.
-¿La presentación de la renuncia en bloque de los obispos chilenos es un hecho sin precedente?
-No hay nada parecido, seguramente es algo extraordinario, nunca había pasado algo así en la historia de la Iglesia.
-¿Qué significa para el Papa, que se jugaba su credibilidad a la hora de enfrentar el tema de los abusos?
-Significa que, como él escribió en la carta que le dio a los obispos el primer día, se trata de un gesto de toda la Iglesia local como tal, como "sistema" e institución, que se pone a disposición, con espíritu de humildad y obediencia. Los obispos siguen la inspiración del Santo Padre, que en la carta les dice que no solo la remoción de personas soluciona los problemas, sino que hay que ir al fondo y encontrar las raíces que los causaron: cómo fue posible que haya habido abusos durante tantos años y que se hayan encubierto y se haya actuado de modo tan negligente. Es una señal muy fuerte.
-¿Ahora qué podemos esperar?
-Habrá tiempo para reflexionar y después el Papa confirmará las renuncias de algunos y rechazará la de otros. Ha pasado algo similar a lo que sucede cada vez que muere un Pontífice: todos los jefes de dicasterio ponen a disposición sus cargos.
-¿Cree que será posible restaurar la confianza de la gente en la Iglesia chilena, la más desprestigiada de América Latina?
-Seguramente un gesto fuerte como el que hemos visto ayudará. Ahora ya no pueden decir que se trata solo de palabras: lo que ha pasado con los obispos creo que ha superado todas las expectativas, más no se podía esperar, es un hecho extraordinario, único. Claro que la confianza podrá recuperarse luego a través del compromiso y la perseverancia. Es el inicio de un capítulo nuevo, con repercusiones teológicas y eclesiológicas porque deja claro que las medidas para el ministerio de la Iglesia son la verdad, la honestidad y la atención a las personas, a la luz del Evangelio.
-¿El caso chileno también tendrá repercusiones en el resto de la Iglesia Católica?
-La Iglesia de Chile forma parte de la Iglesia Católica y este caso hará reflexionar a muchas personas sobre lo que significa ser sacerdotes u obispos y ser Iglesia: en primer lugar no es un poder, sino es un servicio al pueblo de Dios y que se debe actuar con coherencia viviendo lo que uno dice.
-¿Piensa que ahora terminarán las críticas a cómo manejó el Papa la cuestión de los abusos?
-Algunos que nunca están satisfechos seguirán criticando. Pero el Papa ha hecho gestos que nunca se han visto antes: admitió haberse equivocado, él le pidió perdón a las víctimas y tuvo el coraje no de remover a un obispo, sino de querer confrontarse con todos para ver las raíces de un sistema que producía abuso sexual, de conciencia y de poder. El Papa admite que tiene que aprender y esto lo ha dicho varias veces, también durante las reuniones con la Pontifica Comisión para la Tutela de Menores, lo cual es un gesto de humildad enorme.