¿Hamas es ISIS? Los puntos en común y las diferencias de los grupos jihadistas más allá de las atrocidades y la propaganda
A pesar de que Netanyahu busca vincular a ambas organizaciones terroristas, no hay pruebas concretas de nexos entre ellas; sin embargo, el grupo extremista palestino pareció inspirarse en la estrategia de comunicación de Estado Islámico antes y durante el asalto del 7 de octubre
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Un piloto prendido fuego en una jaula, decapitaciones grabadas en alta resolución, ejecuciones en masa. El horror del “califato” instaurado por Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en 2014 dejó imágenes difíciles de olvidar y que no pasaron desapercibidas en ningún rincón del mundo. Algo parecido sucedió con el ataque de Hamas contra Israel del pasado 7 de octubre: civiles muertos adentro de sus autos, kibutz masacrados y niños muertos protagonizaron un nuevo set de imágenes escalofriantes frente a las cuales es imposible no conmoverse. Y, en muchos casos, difundidas por los propios grupos terroristas para sembrar terror y sumar seguidores, en una estrategia novedosa para la organización extremista palestina.
Por este nivel de brutalidad es que desde aquel sábado trágico el gobierno de Israel y varios medios israelíes comparan a ISIS con Hamas, al tiempo que en las redes sociales circulan imágenes y relatos del horror junto al hashtag “Hamas es ISIS”.
La comparación no es nueva. En 2014, el año en que ISIS irrumpió en la escena global, y poco después de que el grupo publicara el infame video de la decapitación del periodista estadounidense James Foley, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya había afirmado que “Hamas es ISIS” y que “son ramas del mismo árbol”.
“Al igual que las fuerzas de la civilización se unieron para derrotar al ISIS, las fuerzas de la civilización deben apoyar a Israel para derrotar a Hamas”, clamó Netanyahu esta vez, después del ataque que dejó 1400 muertos en su país, especialmente en las zonas vecinas de la Franja de Gaza, donde gobierna Hamas y desde donde ejecutó el ataque. Este es, de hecho, el principal motivo detrás de la campaña que busca equiparar a las dos agrupaciones terroristas: conseguir respaldo para su ofensiva, así como Estados Unidos logró armar una amplia coalición para despojar a Estado Islámico de su territorio en Siria e Irak, además de decapitar a su cúpula, diezmar a sus filas y golpear su popularidad.
“Just as Isis was crushed, so too will Hamas be crushed”
— BBC News (World) (@BBCWorld) October 12, 2023
Israel PM Benjamin Netanyahu says "this is a time" where "we must stand tall, proud and united against evil"https://t.co/4WOkv5Uh9r pic.twitter.com/Qcz5f7Dxk1
Más allá de que la unidad detrás de la lucha contra Hamas no tiene el mismo alcance que esa experiencia, hay un punto en común entre las ofensivas contra ISIS y el grupo palestino: como señala el veterano estadounidense David French en el New York Times, Estado Islámico desalentó la evacuación de civiles en Mosul, Irak, igual que sucedió con el grupo palestino en Gaza en los últimos días pese al mensaje de Israel para que los civiles abandonaran el norte de la Franja. El resultado en Mosul fue “posiblemente la batalla urbana más grande y mortífera desde el final de la Segunda Guerra Mundial”, con más de 10.000 civiles muertos en una cruzada que duró nueve meses. La ofensiva israelí todavía no comenzó.
Puntos en común y diferencias
Para poner en perspectiva la idea de que “Hamas es ISIS”, es necesario en primer lugar entender sus puntos en común y sus principales diferencias.
Hamas e ISIS son dos organizaciones extremistas sunnitas (la rama mayoritaria y ortodoxa del islam) que utilizan la violencia (a través de la jihad, o guerra santa) para instalar un estado bajo el régimen de la sharia (la ley islámica).
“Hamas no solo es como ISIS, sino que en algunos aspectos es incluso peor que él. Ambas organizaciones son extremadamente crueles y utilizan métodos de operación similares, como masacre de civiles, secuestros, violaciones, quema viva de personas, decapitaciones y más”, dijo a LA NACION Lorena Atiyas-Lvovsky, subdirectora de investigación del Instituto Internacional de Contraterrorismo (ICT) de la Universidad de Reichman, en Israel.
“Desde el día de su fundación, Hamas declaró que trabaja para destruir al Estado y al pueblo judíos”, mientras que la Jihad Global (en referencia principalmente a Al-Qaeda y Estado Islámico) “también hizo llamamientos similares”, según Atiyas-Lvovsky.
Ely Karmon, también investigador del ICT, marcó el vínculo con Al-Qaeda, grupo de cuya filial en Irak luego nació ISIS. Ese vínculo tiene un nombre: Abdullah Azzam, un palestino especializado en la ley islámica que participó en la resistencia contra Israel y fue uno de los cerebros de la creación de la organización comandada por Osama ben Laden. El especialista considera además que Hamas “se comportó como ISIS aun antes de ISIS”, en referencia a las atrocidades cometidas contra miembros del partido palestino Al-Fatah en sus enfrentamientos de 2007, siete años antes del nacimiento del califato.
Las diferencias entre Hamas e ISIS son más bien de corte doctrinal.
La llamada jihad global –a través de Al-Qaeda, aunque con argumentos que calzarían también a ISIS- siempre cuestionó los medios de Hamas para llegar al poder que mantienen con mano dura al día de hoy: específicamente, participar de las elecciones, una herramienta secular. Es que Hamas surgió bajo el ala de los Hermanos Musulmanes, un grupo fundamentalista que participa de la política en Egipto.
Por eso, la participación de Hamas en las elecciones de 2006 en Gaza –en las que ganó- fue un quiebre. Al-Qaeda pasó de apoyar públicamente a Hamas a criticarlo.
“A finales de 2007, después de 12 declaraciones separadas criticando a Hamas, Osama ben Laden anunció que Hamas había ‘perdido su religión’, declaración que se reflejó en los combates entre militantes salafistas jihadistas alineados con Al Qaeda y combatientes de Hamas en las calles de Gaza”, dijo en un artículo en el Centro de Combate al Terrorismo (CTC) la especialista Mary Habeck.
La primacía de la causa palestina para Hamas también recibe cuestionamientos desde la jihad global, que tiene como uno de sus objetivos la búsqueda de una ummah (comunidad islámica global), más allá de las fronteras, con la importancia del vínculo entre musulmanes por sobre la identidad nacional.
Por último, los movimientos sunnitas cuestionan el vínculo de Hamas con Irán, gobernado por un régimen chiita, la otra rama del islam, a la que ISIS le declaró la guerra, aun frente a las reservas de Al-Qaeda, que prefería evitar los enfrentamientos tan violentos dentro de la comunidad musulmana.
¿Hay un nexo entre los dos grupos?
Mientras se hacían públicas las atrocidades cometidas el 7 de octubre, las fuerzas israelíes difundieron una foto que mostraba una bandera negra de ISIS en el kibutz Sufa tras una masacre, además de un folleto de entrenamiento de ISIS que habría tenido consigo un terrorista de Hamas.
An ISIS flag left behind by Hamas terrorists after the massacre#ISIS_HAMAS pic.twitter.com/X1692MTgZw
— Yosef Yisrael (@yosefyisrael25) October 12, 2023
Sin embargo, más allá de eso, no hay registros concluyentes de una actividad conjunta de ambos grupos; más bien, hubo un vínculo de rivalidad.
“La mejor muestra de la nula relación entre Hamas y Estado Islámico es que en el último boletín de Al Naba publicado por Estado Islámico el día 12 de octubre ni siquiera se mencionan los ataques ocurridos en Israel, cuando es más que frecuente que la organización terrorista se pronuncie a través de este medio de todo lo que acontece en el contexto internacional y que resulta especialmente relevante de cara a los intereses de la organización y de sus seguidores”, remarcó en un artículo en el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo su director, Carlos Igualada.
Por su parte, Atiyas-Lvovsky señaló que, durante su época de expansión, ISIS estableció una filial en Gaza, “que desafió particularmente a Hamas”, por lo que el grupo palestino extremista “invirtió muchos esfuerzos militares en eliminarlo”. También la filial de Estado Islámico en la península egipcia de Sinaí se enfrentó a Hamas.
Atiyas-Lvovsky, junto a colegas del CTI, analizó en un extenso artículo tanto la narrativa en su propaganda como los atentados de Estado Islámico y Al-Qaeda en relación a Israel y concluyeron que si bien suele haber “declaraciones favorables” a la cuestión palestina (aunque pocas) y un profundo antagonismo con el sionismo, “la retórica jihadista rara vez se traduce en ataques violentos contra objetivos israelíes y judíos”, especialmente por las complicaciones de operar dentro de Israel.
En relación a ISIS, el artículo destaca principalmente el reclutamiento de árabes israelíes como combatientes extranjeros de parte de Estado Islámico -durante su época dorada entre 2014 y 2015-, aunque en un número poco significativo. Y que, tras el anuncio del establecimiento del califato en junio de 2014, “hubo un notable aumento de la actividad antiisraelí por parte de los partidarios del Estado Islámico en el Sinaí y Gaza”, aunque siempre en una proporción menor en cantidad y letalidad que en otras zonas del mundo.
El peor año fue 2015, con ocho ataques perpetrados o inspirados por ISIS dentro de Israel y dos afuera del territorio. En octubre de ese año, el grupo salafista publicó un video en hebreo pidiendo la masacre de judíos y, en diciembre de ese año, el “califa”, Abu Bakr al-Baghdadi llamó a “convertir a Palestina en un cementerio para sus residentes judíos”. Los atentados y mensajes continuaron mientras duró el califato y comenzaron a ceder cuando ISIS perdió territorio. En 2022 se registró otro repunte de la actividad en Israel a la par de los mensajes para seguir atacando al “enemigo sionista”.
El mensaje más reciente de Estado Islámico vinculado al conflicto con Israel fue publicado el 2 de febrero de este año en la revista Al-Naba: era un llamado a los musulmanes de todo el mundo para que perpetraran ataques terroristas contra judíos utilizando todos los medios posibles.
Propaganda
Aunque los lazos no sean directos, la inspiración en Estado Islámico es evidente en cuanto a la estrategia de propaganda de Hamas. Si algo dejó ISIS con su brutal califato fue un nuevo paradigma de la comunicación terrorista: una narrativa tan pensada como las tácticas en el campo de batalla.
Hamas usó desde drones para grabar videos de sus entrenamientos hasta cámaras corporales como las GoPro para que los terroristas mostraran cada paso del asalto. Luego editó el material en videos cortos y efectivos, con música dramática y mensajes escritos que luego difundía a través de Telegram. Al estilo de ISIS.
Según una nota del Washigton Post, Hamas cuenta con una oficina de prensa y canaliza su material audiovisual en Al-Aqsa TV. Fue a través de ese canal que el lunes pasado el grupo difundió el primer video de una rehén cautiva en Gaza.
“Hamas ha compartido mensajes de Telegram diseñados para fortalecer la determinación de sus partidarios, agitar la ira antiisraelí en los países vecinos, defender la brutalidad de sus militantes e inducir simpatía hacia la difícil situación de Gaza”, menciona la nota, que considera que el grupo palestino se basó en “un manual iniciado por Estado Islámico”.
En el texto se citan datos del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, según el cual el número de seguidores de los canales de Hamas en Telegram se triplicó desde el ataque. La cuenta del ala militar del grupo, las Brigadas al-Qassam, pasó de 200.000 a 700.000 seguidores después del asalto, por ejemplo. Y Gaza Now, un canal vinculado a Hamas, cuenta con 1,4 millones de suscriptores.
El impacto del asalto
Israel calificó el ataque del 7 de octubre como su propio 11 de Septiembre, por tratarse de un ataque sorpresa y brutal que puso en jaque a una estructura de seguridad sustancialmente superior a la del agresor, como le ocurrió a Estados Unidos en 2001. A partir de aquel día, Al-Qaeda vivió un repunte de popularidad y vio crecer la cantidad de sus reclutas por miles. ¿Hamas también tendrá su efecto 11-S con este ataque? ¿O tal nivel de barbarie le jugará en contra?
En una nota en The Washington Post, el historiador militar Max Boot usa justamente el ejemplo de ISIS para pronosticar el futuro de Hamas, al considerar un error de ambos grupos el uso de la violencia extrema.
“Estado Islámico hizo más que los otros grupos para lograr sus objetivos: tras la captura de Mosul en 2014, proclamó un califato que se extendió por Irak y Siria. Pero su barbarie también desencadenó su caída al llevar a los kurdos iraquíes y sirios a unirse contra él con ayuda militar de Estados Unidos y otros países occidentales. Estado Islámico todavía existe, pero es una sombra de sí mismo”, describió. Ese mismo golpe cree que puede sufrir el grupo palestino: “Israel sobrevivirá -sin importar cuántas bajas deje en un ataque a Gaza- mientras que Hamas probablemente será destruido”.
De todas maneras, el asalto de Hamas puede revalidar la causa jihadista, como se vio con los atentados y amenazas en Europa en los últimos días, e incluso motivar nuevos ataques contra objetivos israelíes o judíos, impulsados no solo por el exitoso ataque sino también en repudio por la represalia de Israel. “Es importante aumentar la vigilancia y la seguridad de la comunidad judía, así como objetivos judíos e israelíes en el extranjero”, advirtió Atiyas-Lvovsky.
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