El corredor apodado Blade Runner fue condenado a 13 años por el crimen de su pareja, la modelo Reeva Steenkamp y el viernes la justicia decidirá si puede salir de prisión
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Oscar Pistorius alcanzó la fama y celebridad mundial cuando se convirtió en el primer atleta doblemente amputado en participar en los Juegos Olímpicos. La hazaña de este sudafricano que corrió los 400 metros con sus prótesis de fibra de carbono tuvo lugar en Londres 2012 y allí fue saludado con una ovación por los miles de espectadores presentes.
Pero unos meses después de alcanzar la gloria olímpica, el sino de este deportista ejemplar, que ya había obtenido seis medallas de oro en los Juegos Paralímpicos, se opacó para siempre. Fue cuando, en la madrugada del 14 de febrero de 2013, el atleta que fue conocido también como Blade Runner, asesinó a balazos a su novia, la modelo Reeva Steenkamp.
Por esta causa, y luego de varias instancias en la justicia, Pistorius fue condenado a 13 años de prisión. Pero este viernes, más de diez años después del crimen, se sabrá si el atleta recibirá el beneficio de la libertad condicional.
Cuatro disparos en la noche
Oscar Leonard Carl Pistorius, nacido en Sandton, Sudáfrica, que hoy cuenta con 36 años, dijo en sus declaraciones a la policía y en los testimonios en los sucesivos juicios que en aquella madrugada del crimen escuchó ruidos en su casa del barrio residencial Silverwoods Country Estate de la ciudad sudafricana de Pretoria. Entonces, se levantó de la cama, tomó una pistola 9 mm y se acercó al baño, donde pensó, siempre de acuerdo a su relato, que se escondía un intruso. El atleta paraolímpico no averiguó quién se encontraba detrás de la puerta cerrada del baño y, presa del pánico, descerrajó cuatro tiros.
Pero quien estaba encerrada en el baño no era una persona desconocida, sino la novia del corredor, Reeva Steenkamp, una modelo de 29 años con un futuro prometedor, que estaba a punto de ingresar a un reality show. La muchacha recibió un balazo en la cabeza, uno en el brazo y otro en la cadera.
Los disparos ocurrieron cerca de las 3.20 de la madrugada de San Valentín y la joven se encontraba muerta cuando llegaron los paramédicos al lugar, alrededor de las 4 de la mañana. El atleta diría luego que cuando él se levantó de la cama a ver qué sucedía, estaba seguro de que su novia estaba dormida a su lado.
Pistorius fue detenido un día después y la noticia causó impacto en todo el mundo. El deportista, que era todo un héroe nacional en Sudáfrica, debía enfrentar un juicio por la muerte de su novia.
En octubre de 2014, el atleta fue condenado por un tribunal de primera instancia de Pretoria a la pena de cinco años de prisión, bajo el cargo de “homicidio involuntario”. El juez desoyó de esta manera el pedido de la fiscalía, que aseguraba que el ataque a la modelo había sido intencional, por lo que habían pedido una condena de 10 años. El fiscal Gerrie Nel aseguraba que, de acuerdo con el testimonio de testigos, el deportista y su novia habían tenido una discusión antes de que sucediera el trágico hecho.
Nuevos juicios contra Blade Runner
Un año después, Blade Runner fue alcanzado con el beneficio del arresto domiciliario, pero su situación en la justicia no había concluido. A fines de 2015, el Tribunal Supremo de Apelación cambió el cargo de “homicidio involuntario” por “asesinato”. Los magistrados consideraron que Pistorius “tuvo intenciones criminales” al disparar los cuatro tiros hacia el baño, más allá de quién estuviera dentro de ese cuarto.
Con este antecedente, en junio de 2016 se llevó a cabo otro proceso judicial contra Pistorius. Esta vez, el atleta paralímpico fue condenado a seis años de prisión, ya que la jueza Thokozile Masipa consideró que “las circunstancias atenuantes pesan más que los factores agravantes”. Entre los atenuantes, aseveró que Pistorius no tenía antecedentes, que muy probablemente no volviera a cometer un delito, que era pasible de rehabilitación y que, como punto fundamental, no había tenido intención de matar a su novia.
En una de las escenas que quedó como la más recordada de este proceso judicial, Barry Roux, el abogado del imputado le pidió a su defendido que se quitara las prótesis y caminara sin ellas, para demostrar la vulnerabilidad del deportista y de este modo, exhibirlo como incapaz de realizar un crimen del tipo del que se lo acusaba. Blade Runner, que fue doblemente amputado a los 11 meses por haber nacido sin ambos peronés, se levantó y caminó dificultosamente hacia el estrado, con lo que dio, en efecto, una imagen de desprotección muy elocuente.
“Su equilibrio estaba seriamente comprometido y no podía defenderse. Estaba ansioso, asustado”, señaló el defensor al atleta paralímpico mientras que el acusado miraba hacia abajo con un gesto compungido. Una actitud que mantuvo frente al tribunal en todo momento, donde abundaron sus expresiones de dolor y hasta momentos de llanto.
En agosto de ese mismo año, cuando ya se encontraba nuevamente en prisión, Pistorius intentó suicidarse. Los guardias del presidio y parte del personal del hospital Kalafong de Pretoria donde fue trasladado aseguraron que el recluso se había autoinfligido heridas en sus muñecas. El propio corredor negó más tarde que hubiera querido quitarse la vida, pero las pruebas y los testimonios lo contradecían.
Paradójicamente, en la fecha en que el deportista intentó lastimarse, comenzaban los Juegos Olímpicos en la ciudad de Río de Janeiro de 2016. El atleta paralímpico que, con sus dos piernas amputadas, había roto las estructuras y había participado en la gesta más importante del deporte a nivel planetario en Londres 2012, ahora debía seguir las instancias del nuevo evento deportivo desde las sombras.
Una nueva pena y la posible libertad condicional
Pero el recorrido judicial no había concluido para Pistorius. En noviembre de 2017, Corte Suprema de Apelación en Bloemfontein duplicó la pena con la que había sido condenado el corredor en julio de 2016 y la elevaba a 13 años. Respondía de este modo a una nueva apelación de la fiscalía contra Pistorius, que aseguraba que la pena de seis años había sido “escandalosamente inapropiada”.
Los acusadores del atleta señalaron que nunca había mostrado remordimientos por lo que había hecho y que la última sentencia recibida por él no reflejaba la gravedad del crimen.
Pero la última noticia acerca de su situación como penado la conocerá Pistorius este viernes, cuando un tribunal decidirá si podrá acogerse a un régimen de libertad condicional. Ese día, la comisión que se encarga de las liberaciones de los presos va a examinar su caso y allí determinará “si el detenido es apto o no para la reinserción social”, según anunció el departamento de servicios penitenciarios en un comunicado recogido por la agencia AFP.
En marzo, al atleta le habían denegado este beneficio, porque se inició una discusión acerca de si ya había cumplido o no la mitad de su pena, que es el tiempo mínimo necesario para recibir la libertad condicional. Sucede que ese es un cálculo difícil de hacer ya que el recluso recibió distintas condenas en diferentes años. Pero, el mes pasado, el tribunal constitucional zanjó esta discusión al considerar que la cuenta sobre el tiempo en prisión de Pistorius debía iniciarse en la fecha de su primer ingreso a la prisión.
De este modo, el atleta paralímpico que deslumbró al mundo en Londres 2012 tendrá nuevamente la oportunidad de conocer la libertad. La única meta que a este corredor condenado por asesinato le interesa alcanzar en estos días.
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