“Hablen con libertad”: el pedido del Papa a los cardenales en la primera gran cumbre en ocho años
La reunión a puertas cerradas durará hasta mañana y es una ocasión única para que los purpurados electores se conozcan en vista de la elección del sucesor de Jorge Bergoglio, en caso de muerte o renuncia
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ROMA.- Casi 200 cardenales de todo el mundo, poco más de 100 menores de 80 años y por los tanto electores en una eventual cónclave y mayores de 80, con larga experiencia y considerados “grandes electores” y con capacidad de orientar a los más jóvenes, se juntaron hoy con el Papa en una reunión cumbre en el Vaticano con sabor a pre-cónclave. Todo el mundo coincide, en efecto, que es una ocasión única para que los 197 cardenales, especialmente los electores -132 de 69 países, un 63% electo por Francisco en los últimos años-, en las discusiones en grupos y plenarias comiencen a conocerse en vista de la tarea más importante que deberán cumplir el día de mañana: la elección del sucesor de Jorge Bergoglio en caso de su muerte o renuncia.
El Colegio Cardenalicio se había reunido a pleno la última vez en 2014, para discutir sobre el sínodo sobre la familia que tuvo lugar ese año y el siguiente. Esta vez fue convocado no solo para asistir a la ceremonia de creación de 20 nuevos cardenales, que tuvo lugar el sábado pasado, sino para una reunión a puertas cerradas que comenzó a las 9 de la mañana (hora local) en el Aula del Sínodo, esta vez para reflexionar sobre la constitución apostólica Predicad el Evangelio. Este documento entró en vigor en junio pasado y reformó radicalmente la curia romana, en reemplazo de la constitución apostólica Pastor Bonus de san Juan Pablo II.
En medio de un clima de gran expectativa porque no se daban reuniones de este tipo desde hace mucho tiempo, según contaron algunos participantes durante la pausa que hubo para almorzar y descansar luego de la sesión de la tarde, después de una oración general, el Papa abrió el encuentro con un discurso muy breve en el que agradeció a todos los que trabajaron en la constitución Predicad el Evangelio –un proceso largo, que duró más de 7 años- y pidió poner en práctica su espíritu evangelizador y misionero. También recordó que la reforma de la curia había sido pedida por los cardenales en las reuniones anteriores al cónclave en el que fue electo, en marzo de 2013, después de la traumática renuncia de Benedicto XVI, papa emérito. E invitó a hablar “con libertad”, la gran novedad de este pontificado.
Los cardenales –entre los cuales hay tres argentinos, el cardenal arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación de las Iglesias Orientales y el arzobispo emérito de Tucumán, Luis Héctor Villalba (mayor de 80)- se dividieron en grupos lingüísticos de aproximadamente quince cada uno, para ir examinando el documento. Y comenzaron por su preámbulo.
“Es un encuentro fraterno, con mucha normalidad y en un clima de libertad. Somos muchos, se han hecho grupos y es un clima muy normal”, contó un purpurado de habla hispana, que recordó que en el preámbulo “se insiste en evangelizar y no fiscalizar”. “Es desarrollar el Concilio Vaticano II, evangelizar en comunión”, explicó.
“Al Santo Padre se lo ve muy bien, muy contento”, destacó otro purpurado que, más allá del clima de “sinodalidad” que reina entre los cardenales, no descartó que pudieran de repente aparecer algunas tensiones. Al respecto, se especulaba con que algunos grupos de cardenales conservadores pudieran plantear algunas objeciones al hecho de que ahora los laicos pueden llegar a tener cargos de responsabilidad de dicasterios de la Santa Sede, como prevé la reforma.
Tal como indica su nombre, Predicad El Evangelio, dota a la Curia de una estructura más misionera para que esté cada vez más al servicio de las Iglesias particulares y de la evangelización. Aunque se centra en los cambios en la estructura de los dicasterios y oficinas, el Praedicate Evangelium de hecho “amplía” las fronteras de la Curia creando una línea directa con las Conferencias Episcopales y las distintas diócesis de los cinco continentes, según destacó Vatican News.
“Con la Constitución entre las distintas Iglesias y la Curia hay ahora un espacio de escucha y diálogo”, explicó el flamante cardenal Leonardo Steiner, arzobispo de Manaos, en la Amazonia brasileña. “Ahora ya no se viene a Roma a decir lo que hemos hecho, ahora se viene a aprender, pero la Curia también aprende de otra manera. Se puede percibir mejor quién está al servicio del Santo Padre, al servicio de los obispos, y esto es una esperanza de ser una Iglesia más fraternal donde se escucha, donde se vive y se asume la diversidad cultural”, sentenció Steiner, apodado “el cardenal de la selva” y muy cercano a Francisco.
La reunión-cumbre, en la que se discutirá asimismo el próximo Jubileo de 2025, culminará mañana por la tarde con una misa solemne del Papa junto a los nuevos cardenales en la Basílica de San Pedro, celebración que no había podido hacer por la visita que realizó ayer a la ciudad de L’Aquila.
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