Gustavo Petro, un exguerrillero que busca cambiar el rumbo de Colombia
BOGOTÁ (DPA).- Con su estilo de hablar pausado y su seriedad habitual, Gustavo Francisco Petro Urrego se convirtió en el principal líder de la izquierda colombiana. Pese a que quedó segundo en la primera vuelta en las elecciones presidenciales, el candidato cree con firmeza que en agosto jurará al cargo de presidente de su país, aunque Colombia estuvo históricamente gobernada por la derecha.
Este candidato tiene iniciativas como: la de sustituir energías fósiles por limpias; no encarcelar a los consumidores de drogas y, en cambio, ofrecerles tratamiento; y apoyar la adopción para parejas homosexuales.
Petro nació el 19 de abril de 1960 en Ciénaga de Oro -un municipio del caribeño departamento de Córdoba- y desde muy joven mostró inclinación por las ideas de izquierda, que lo llevaron a unirse, a los 17 años, en el grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19).
"Aureliano", su alias dentro de la organización armada, cumplió una actividad más política que militar, que no le impidió seguir estudiando y obtener el título de economista de la Universidad Externado de Colombia.
Sus primeras actividades políticas las desplegó en Zipaquirá, una ciudad andina próxima a Bogotá, donde el hoy candidato presidencial fue concejal de 1984 a 1986.
En 1978 el M-19, de orientación bolivariana y nacionalista, robó un arsenal en una guarnición militar. La participación de "Aureliano" consistió, entonces, en ocultar parte de esas armas y cumplió dos años de prisión por ese caso.
Luego, tras la desmovilización del grupo guerrillero en 1990, perfeccionó sus estudios de economía con un curso de administración pública.
Su llegada al Congreso ocurrió a comienzos de los años 90, cuando fue elegido representante a la Cámara por el departamento de Cundinamarca, tras lo cual recibió amenazas de muerte que lo llevaron a salir del país en 1996 con un cargo diplomático en la embajada colombiana en Bélgica.
En 1998 obtuvo de nuevo un lugar en la Cámara de Representantes, que mantuvo en los comicios parlamentarios de 2002. En 2006, se postuló al Senado.
En su trabajo como senador ganó un notable protagonismo que lo catapultó como uno de los principales líderes de la oposición al denunciar los nexos de congresistas, en su mayoría de la coalición derechista que respaldaba al entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010), con los grupos paramilitares de ultraderecha.
Su ascenso en la política siguió en marcha en octubre de 2011, cuando fue elegido alcalde de Bogotá, cargo en el cual aplicó un énfasis especial en la defensa del medio ambiente y en medidas de tipo social. Además, ganó el apoyo de defensores de los animales por prohibir las corridas de toros.
Sin embargo, no pudo terminar su mandato por un proceso disciplinario de la Procuraduría General por el que fue destituido en 2013 por el manejo de contratos para la recogida de las basuras. El organismo también lo inhabilitó por 15 años para el ejercicio de cargos públicos.
Las sanciones fueron revocadas el año pasado por el Consejo de Estado, por lo que pudo inscribir su candidatura presidencial dentro de la coalición Petro Presidente, formada por su partido Progresistas y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS).
Catalogado por sus detractores de "comunista" y "castrochavista", Petro trató de marcar distancias con las ideas radicales de izquierda al afirmar que Venezuela, tal como está ahora, es un estado fallido y que su presidente, Nicolás Maduro, es "un dictador que mata".
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