Guerra Rusia-Ucrania. Timothy Snyder: “Putin debe haber pensado «La democracia ucraniana es un chiste, la puedo tumbar de un soplido»”
El experto en geopolítica de Europa Central sostiene que el líder del Kremlin confiaba en tomar Ucrania ante la mirada impotente y dividida de Estados Unidos y sus aliados
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WASHINGTON.- El presidente Joe Biden viajó a Europa para apuntalar la alianza atlántica en contra de la invasión a Ucrania y a esta altura queda más que claro que el presidente ruso Vladimir Putin subestimó garrafalmente la capacidad de decisión y la respuesta unificada de Estados Unidos y sus aliados.
Biden mantuvo conversaciones de emergencia con la OTAN, y hay una nueva ronda de sanciones contra las élites y la economía rusas. Además, hay funcionarios norteamericanos evaluando posibles respuestas en caso de que Putin haga escalar la guerra con el uso de armas químicas o nucleares.
Aunque en Ucrania hay una catastrófica crisis humanitaria y lo que queda por delante es igualmente espantoso, lo cierto es que la campaña bélica de Rusia está paralizada. Y en parte gracias al exitoso llamado de Zelensky a la comunidad internacional, las fantasías de que Occidente se fracturaría frente a la carnicería rusa nunca se materializaron.
¿Por qué se equivocó tanto Putin en este punto? Timothy Snyder, experto en geopolítica de la región y autor de varios libros sobre el tema, intenta dar respuesta.
-¿Qué parte de la visión de mundo que tiene Putin y de su propia mitología lo llevaron a subestimar tanto la reacción de Occidente?
-El texto más revelador de esta historia es la declaración de victoria que emitió accidentalmente la agencia de prensa rusa el 26 de febrero. Ahí decían que solo faltaba darle un empujoncito a Occidente para que se cayera a pedazos. Y si a uno le repiten el continuado las imágenes del 6 de enero de 2020 en el Capitolio de Estados Unidos, puede quedarse con esa impresión. Los rusos se quedaron totalmente fijados con los disturbios del 6 de enero en Washington. Creyeron que ese empujoncito sería la operación militar exitosa en Ucrania: que nos íbamos a quebrar, que nos íbamos a dividir, que eso iba a ayudar a Trump en Estados Unidos y a los populistas alrededor del mundo.
-¿Qué conclusiones sacaron los rusos de los disturbios en el Capitolio del 6 de enero?
-Para empezar, los usan para burlarse de nosotros y dicen “¿Pero cómo? ¿No son pobres manifestantes pacíficos?”. En segundo lugar, lo usan a favor de uno de sus argumentos predilectos: que la democracia es un chiste en todas partes. Pero el daño profundo es que el intento de Trump de dar vuelta la elección el 6 de enero hizo que el sistema norteamericano se viera frágil. Habrán pensado, “Un Trump más y Estados Unidos se hunde”. Pensaron que al invadir Ucrania le metían presión al gobierno de Biden, quisieron mostrarlo débil. Probablemente, la fantasía de fondo que tenían con Occidente era esta: ocupamos exitosamente Ucrania, el gobierno de Biden queda totalmente impotente, los humillamos a todos, vuelve Trump y nos alzamos con una gran victoria estratégica.
-¿O sea que los hechos del 6 de enero en el Capitolio se vuelven más relevantes en este contexto geopolítico de renovado enfrentamiento con Rusia por la sustentabilidad de la democracia liberal?
-Exactamente. La idea de Putin sobre Ucrania es más o menos esta: “La democracia ucraniana es un chiste, la puedo tumbar de un soplido. Todo el mundo sabe que la democracia y el imperio de la ley son un chiste. Lo único que realmente importa son las ideas caprichosas de un tirano, y resulta que en mis ideas caprichosas no hay ucranianos. Así que voy a mandar a mi Ejército para que se haga realidad.” Se parece mucho más a la forma en que Trump concibe la política que a la de los políticos promedio en Estados Unidos. No estoy diciendo que Trump y Putin sean exactamente lo mismo, pero la visión del mundo que tiene Trump —”no hay reglas, nada me limita”— se acerca mucho a la de Putin. Así que entre los hechos del 6 de enero en el Capitolio y la actitud de Putin hay una correlación evidente.
-El auge del populismo hizo que Putin pensara que la democracia liberal pendía de un hilo, ¿no habrá sido el temor a ese mismo populismo lo que terminó consolidando y unificando la respuesta de Biden y sus aliados de Occidente frente a la invasión?
-Putin confunde pluralismo con debilidad. Se equivocó con Biden y se equivocó con Zelensky, ambos hombres pluralistas, a quienes les gusta las cosas desde distintos ángulos. Algunos ven eso como una forma de debilidad. Pero la historia también muestra que el pluralismo y la determinación pueden ir de la mano. De hecho, es una forma de ver el mundo. Cado uno a su manera, Zelensky y Biden encarnan eso: la idea de que escucharnos unos a otros es algo que vale la pena defender. La gente en Ucrania está acostumbrada a poder intercambiar puntos de vista, y a escuchar o no escuchar a su propio gobierno. Eso es lo que lo diferencia de Rusia en este momento, y no es algo que Putin haya podido ver a la distancia. Una de las cosas que destaco del gobierno de Biden es que no tienen este lenguaje metafísico de las administraciones anteriores sobre el “poderío” norteamericano. Son mucho más realistas y concretos. Dicen: “No podemos hacer todo, pero hay muchas cosas que sí podemos hacer, y hay que ser creativos.” Eso incluye cosas que hay que seguir haciendo, como entregar armas a Ucrania, y es hora de que lo europeos también tomen la decisión de dejar de comprarle petróleo y gas a Rusia.
-¿Cuál es su sensación sobre el rumbo que puede la guerra?
-Esta guerra ocurre pura y exclusivamente por la visión del mundo y las decisiones de una única persona. Y creo que llegará a su fin cuando algo sacuda o trastorne la visión del mundo de esa persona. Si los ucranianos pueden tomar la delantera y sostenerla durante algunas semanas, creo que esa visión de mundo de la que hablamos puede comenzar a resquebrajarse. Primero tiene que estar ganando el bando correcto: recién ahí podríamos vislumbrar un acuerdo que termine con esta horrenda guerra.
Greg Sargent
Traducción de Jaime Arrambide
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