Guerra Rusia-Ucrania. Rusia bombardea un hospital infantil y se abre una ventana diplomática
La artillería rusa destruyó una maternidad en Mariupol, ciudad sitiada por las fuerzas rusas en el sur de Ucrania; los cancilleres de Kiev y Moscú mantendrán una reunión bajo la mediación de Turquía, en Antalya
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PARÍS.– Fiel a la misma brutal estrategia practicada en Siria, haciendo otra vez caso omiso de la tregua humanitaria anunciada la víspera, Rusia bombardeó este miércoles un hospital de niños en Mariupol, que dejó un saldo de por lo menos 17 heridos e inmensos daños materiales. En medio de los continuos bombardeos, un prolongado corte de electricidad en la central atómica de Chernobyl renovó los temores de escape radioactivo, antes de que llegara un mensaje tranquilizador de la AIEA. Y en el décimo-cuarto día de la invasión, signos alentadores de “progreso” en las negociaciones fueron expresados tanto en Kiev como en Moscú.
“Todo fue destruido en un ataque de la aviación rusa”, anunció un responsable regional, Pavlo Kirilenko, sin precisar si había muertos. “Felizmente no había niños en el momento del ataque”, agregó. En un video difundido por la presidencia ucraniana, se pueden ver los estragos provocados por el ataque en el edificio.
Quienes conocen bien los métodos de Vladimir Putin no parecen sorprendidos. “Es exactamente la misma estrategia que practicó en Siria para ayudar al tirano Bashar al-Assad. Para aterrorizar a la población, los ataques comenzaban siempre por los hospitales en el mismo momento en que se acordaba una tregua de evacuación. La diferencia es que, en Siria, el Kremlin se justificaba diciendo que los terroristas islamistas se escondían en los hospitales. Aquí no tienen ninguna excusa”, señaló el expresidente francés, François Hollande, que pasó horas negociando diferentes crisis con Putin.
La Casa Blanca denunció la utilización “bárbara de la fuerza militar contra civiles inocentes en un país soberano”, mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó el bombardeo de “inmoral”.
El Ministerio de Defensa británico dijo en su cuenta de Twitter que el Ministerio de Defensa ruso confirmó el uso del sistema de armas TOS-1A en Ucrania, que aprovecha el poder de los cohetes termobáricos. “Crean efectos incendiarios y de explosión”, añadió.
La bomba termobárica es un arma capaz de absorber oxígeno del aire circundante para generar una explosión de alta temperatura, que normalmente produce una onda expansiva de una duración significativamente mayor que la de un explosivo convencional y es capaz de “vaporizar cuerpos humanos”, explicó un cable de la agencia Reuters.
Hace una semana que Mariupol, gran ciudad portuaria sobre el mar de Azov, se encuentra asediada por las tropas rusas, bajo un constante bombardeo, morgues atestadas, sin agua electricidad o alimentos. Para la evacuación de casi 400.000 personas atrapadas en los enfrentamientos, Moscú aceptó tres toques de queda diferentes, que rompió sistemáticamente con el fin de quebrar la resistencia de la población.
Por segundo día consecutivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una señal de alarma sobre la situación humanitaria en Ucrania. La agencia de la ONU confirmó que al menos diez personas murieron y 16 resultaron heridas en ataques contra centros sanitarios y ambulancias. En el resto del país, los ataques rusos continuaron sin solución de continuidad, mientras los habitantes de las grandes ciudades, como Kiev u Odessa, seguían preparándose para resistir.
La otra gran preocupación internacional vino del norte de Ucrania, de la central atómica de Chernobyl, después del colapso de una línea eléctrica que podría evitar el buen enfriamiento de los desechos nucleares.
Según el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, en ausencia de una tregua para realizar esa reparación, las radiaciones podrían escaparse. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) lanzó, por su parte, un mensaje tranquilizador, afirmando que el corte de alimentación eléctrica de la central “no representa un impacto mayor para la seguridad”.
Los objetivos de Rusia “no incluyen ni la ocupación de Ucrania, ni la destrucción de su Estado, ni el derrocamiento del gobierno actual”, declaró la vocera de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, en vísperas del encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y Ucrania, Dmytro Kouleba, el jueves en Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que multiplicó los esfuerzos de mediación desde el comienzo de la crisis, considera que su país “puede hablar a la vez con Rusia y con Ucrania”, a quien le vende drones militares que se han transformado en una de las pesadillas de las tropas rusas.
El cambio vertiginoso de tono en el discurso ruso es atribuido por los expertos a las enormes dificultades que encuentran las tropas del Kremlin en el terreno y los efectos devastadores de las sanciones sobre la economía del país. El mismo estuvo precedido por declaraciones del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a la cadena ABC News, donde se dijo dispuesto a renunciar a la OTAN y, sobre todo, a negociar el estatus de algunas regiones del este de su país.
Soplando el frío y calor sobre las brasas –y al mismo tiempo que Zajarova pronunciaba su discurso– el Kremlin denunció la “guerra económica” declarada por Estados Unidos, después de la decisión de Washington de embargar las importaciones de petróleo y gas rusos, entre otras sanciones.
El vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, también lanzó una nueva amenaza apenas disimulada a los aliados de Ucrania –y sobre todo a Washington y a Varsovia– sobre la propuesta de Polonia de transferir aviones de combate MiG-29 a los norteamericanos, para después enviarlos a Kiev.
En apariencia indiferentes a las amenazas del Kremlin, la Unión Europea (UE) decidió ampliar sus sanciones contra Moscú y Minsk, desconectando otros tres bancos bielorrusos de la plataforma financiera internacional Swift y agregando 14 oligarcas y 146 senadores rusos a su lista. También prohibieron la exportación a esos países de piezas de tecnologías destinadas al sector marítimo e incluyeron las criptomonedas en el campo de las sanciones financieras.
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