Guerra Rusia-Ucrania: pactan abrir corredores humanitarios, pero el asedio de Rusia no cede
Gracias a su considerable superioridad, las fuerzas rusas siguieron avanzando, en el este, el sur y el noreste de Ucrania; acuerdo para evacuar civiles en las negociaciones
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PARÍS.– “Lo peor está por venir”, advirtió el presidente francés Emmanuel Macron después de una conversación telefónica de una hora y media con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Sin moverse una pulgada de sus exigencias originales, el jefe del Kremlin insistió en su voluntad de obtener “la neutralización, la desmilitarización y la desnazificación” del vecino país, una vez que haya tomado “el control total” de su territorio. Y mientras en el terreno siguen los violentos ataques contra numerosas ciudades ucranianas, en la segunda reunión de negociación entre ambos beligerantes se decidió la creación de corredores humanitarios para evacuar a los civiles.
“Endureceremos las sanciones” contra Rusia, afirmó Macron después de esa conversación -realizada a pedido de Putin-, estimando que se trata de “un instrumento poderoso, como lo demuestra el derrumbe del rublo”. París considera además “muy significativa” la decisión de China de abstenerse en la ONU, donde una resolución exigiendo el cese “inmediato” del uso de la fuerza contra Ucrania fue adoptada por una aplastante mayoría.
En ese tenso intercambio con el presidente francés, Putin culpó nuevamente de la situación en Ucrania a la “intransigencia” del gobierno de Volodimir Zelensky, que no acepta sus condiciones que, en verdad, no son otra cosa que la capitulación sin condiciones.
Pocos minutos después, en una declaración televisada, Putin volvió sobre ese intercambio, repitiendo lo que la propaganda del Kremlin repite sin cesar a la población rusa: que la “operación militar especial” se está desarrollando de acuerdo con lo planeado y calificando a sus soldados de “héroes”. Afirmó -sin ninguna evidencia- que las tropas ucranianas torturaron y asesinaron a los prisioneros de guerra rusos, y que utilizan a los civiles como escudos humanos.
En una nueva mise en scène de propaganda y desinformación, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo en Moscú que su país no tolerará someterse a una amenaza militar proveniente de Ucrania, precisando que Estados Unidos está preocupado ante la posibilidad de perder el control de “los laboratorios de armas químicas y biológicas instalados en Ucrania”. Por último negó que haya sido Rusia quien amenazó primero con un ataque nuclear, acusando a su homólogo francés, Jea-Louis Le Drian, de lanzar primero la advertencia.
En realidad, es Rusia quien tiene los depósitos (prohibidos) de armas químicas, que recuperó de Siria cuando el presidente Bachar el-Assad tuvo que entregarlas. Esa alusión de Moscú hace pensar a los especialistas que el Kremlin estaría dispuesto a utilizarlas en Ucrania, para después culpar a las autoridades de Kiev.
En cuanto a la acusación contra Le Drian, el ministro había reaccionado en una entrevista a la orden de Putin de poner en alerta sus fuerzas estratégicas. “La OTAN también tiene fuerzas nucleares. Punto y aparte”, había dicho.
Primera y tímida señal positiva tras ocho días de violencia y terror, durante una segunda ronda de conversaciones, los negociadores de ambos beligerantes anunciaron anoche haber acordado la creación de corredores humanitarios para evacuar a los civiles atrapados en las ciudades sometidas a intensos bombardeos, sin dar detalles precisos.
“En aquellos sitios donde los corredores sean instalados, será posible establecer un alto el fuego durante el tiempo de la evacuación”, dijo el consejero presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak.
Superioridad
En el terreno, y gracias a su considerable superioridad, las fuerzas rusas siguieron avanzando, en el este, el sur y el noreste del país. Después de tomar el control de la estratégica ciudad de Kherson, en la desembocadura del río Dnieper, ocuparon todos los edificios gubernamentales, según las autoridades locales. La municipalidad de Mariupol, importante puerto en el mar de Azov confirmó a su vez que la ciudad estaba rodeada, sin electricidad, sin agua y sin calefacción. Más al este, el estratégico puerto de Odessa, en el mar Negro, se preparaba anoche para un asalto de fuerzas anfibias. Según los analistas, Rusia se ha fijado como objetivo dejar a Ucrania sin acceso al mar, creando un corredor terrestre que llegue hasta la frontera con Rumania, en el oeste.
En una improvisada conferencia de prensa en algún un sitio de Kiev, el presidente Zelynski dijo a un grupo de periodistas occidentales que las fuerzas ucranianas siguen impidiendo el avance de las tropas rusas. Pero advirtió que, a menos que los aliados occidentales le envíen los aviones y la ayuda militar que necesita, los países bálticos serán el próximo objetivo del Kremlin.
En Londres, el ministerio de Defensa británico pareció confirmar las versiones de los últimos días con respecto a la impreparación y desorganización del operativo militar ruso, al afirmar que el ataque de Kiev ha sido demorado por “la asombrosa resistencia ucraniana, serios problemas mecánicos y congestión en las rutas” de sus convoyes, que anoche seguían a 30 kilómetros del centro de la capital.
Según los servicios de urgencia ucranianos, unos 350 civiles murieron y más de 2000 resultaron heridos en combates y bombardeos, mientras que medios de transporte, hospitales, jardines de infantes y edificios de vivienda fueron blanco de misiles y ataques.
Kiev también afirmó que unos 7000 soldados rusos murieron en los primeros seis días de la invasión. Moscú solo reconoció 498 ayer. La Corte Penal Internacional abrió ayer una investigación sobre posibles crímenes de guerra en Ucrania, y ha comenzado a reunir evidencias.
Como Macron, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier también estimó que es necesario prepararse para una “larga guerra” en Ucrania. Hablando en Lituania, donde visitó las fuerzas alemanas desplegadas en ese país báltico, miembro de la OTAN, Steinmeier reconoció que “no veía signos” de pronta solución.
“La guerra durará y nosotros seremos pacientes”, dijo en la base militar de Rukla (en el centro), junto a su homólogo lituano.
Por su parte, Suecia anunció que convocará a los representantes rusos a su ministerio de Relaciones Exteriores, después de la violación de su espacio aéreo, este miércoles, por aviones de combate rusos. Cuatro de esos aparatos penetraron el miércoles por el este de la isla de Gotland en el mar Báltico, según el estado mayor sueco.
En el plano deportivo, el Comité Internacional Paraolímpico (IPC) decidió excluir a los atletas rusos y bielorrusos de los Juegos Paraolímpicos de China, dando así marcha atrás con respecto a su primera decisión.
Las sanciones occidentales contra los oligarcas rusos ya comenzaron a ser aplicadas. Las autoridades francesas secuestraron el superyate del presidente de Rosneft, Igor Sechin, anclado en el puerto mediterráneo de La Ciotat. El día antes, las autoridades alemanas confirmaron una operación similar con el yate de Alisher Usmanov, anclado en Hamburgo, y estimado en 600 millones de dólares.
Uzmanov, nacido en Uzbekistán, también fue sancionado por las autoridades del reino Unido, donde ya había sido separado del club de fútbol Everton. La misma suerte corrió otro oligarca, Igor Chouvalov, ex viceprimer ministro ruso.
“No nos detendremos ahí. Nuestro objetivo es paralizar la economía rusa y desarticular su maquinaria de guerra”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunció por su parte un nuevo paquete de sanciones contra ocho allegados de Vladimir Putin, entre ellos su portavoz, Dimitri Peskov, imponiendo restricciones de visa a otras 19 personas. Al igual que la UE y Gran Bretaña, Estados Unidos sumó a Usmanov a su lista, así como al magnate del petróleo Nikolai Tokarev y a los hermanos Boris y Arkady Rotenberg, magnates de la construcción. Wadhington también sumó a Evgueny Prigozhin, ya sancionado por injerencia electoral, así como al político ruso Igor Shuvalov y al propietario del conglomerado de defensa, Serguei Chemezov.
Un millón de refugiados huyeron de Ucrania en ocho días de guerra hacia países vecinos, según Filippo Grandi, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. El funcionario onusiano aseguró que, en más de 20 años de actividad, nunca vio un éxodo tan masivo y rápido. Tres países son los principales receptores: Polonia, Moldavia y Rumania. La Unión Europea (UE) activó este jueves una autorización especial de residencia, para que quienes dejan Ucrania puedan trabajar y tener acceso a asistencia médica en todo el espacio del bloque.
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