Guerra Rusia-Ucrania. Occidente ya no ve un desenlace claro al conflicto
La situación parece destinada a derivar en un esfuerzo bélico prolongado y cada vez más cruento, con la consecuente devastación y crisis humanitaria para el país del este europeo
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WASHINGTON.- Cuando Rusia invadió Ucrania, hace poco más de dos semanas, el mundo dio por sentado de manera casi unánime que se anotaría una victoria militar fácil y fulminante sobre su vecino del oeste.
Pero ahora que los ucranianos ofrecen una feroz resistencia y que las fuerzas rusas están atascadas en las afueras de casi todas las ciudades importantes, el gobierno de Joe Biden y sus aliados dicen no ver un final claro para la fase militar del conflicto, según entrevistas a 17 funcionarios, diplomáticos y estrategas políticos de Occidente. La situación parece destinada a derivar en un esfuerzo bélico prolongado y cada vez más cruento, con la consecuente devastación y crisis humanitaria para Ucrania.
La guerra ingresó en su tercera semana y Biden y su equipo también ingresan en un terreno más barroso y accidentado del conflicto, donde el nuevo desafío será controlar lo que es mayormente incontrolable, vale decir, al presidente ruso, Vladimir Putin, y su apuesta final, que vaya uno a saber cuál es.
La administración Biden ha logrado movilizar exitosamente a la OTAN y demás aliados de Occidente para que usen todos los mecanismos a su alcance para sancionar y castigar a Putin, pero hasta el momento esos esfuerzos influyeron aparentemente poco en la decisión del mandatario ruso, que no ha hecho más que escalar su ofensiva militar contra ciudades de toda Ucrania.
Cualquier resultado tendrá la forma del “todos pierden”, ya que incluso una eventual derrota rusa probablemente dejará diezmada a Ucrania, y sus vecinos europeos pagarán el precio de la crisis humanitaria. La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas informó que desde el 24 de febrero en Ucrania murieron 516 civiles, incluidos 37 niños, aclarando que probablemente la cifra real sea mucho mayor. Desde entonces también habrían muerto unos 4000 soldados rusos, según un alto oficial militar de Estados Unidos.
“Cuanto más tiempo pase, más probabilidades de que Rusia termine derrotada, pero también aumentan las chances de que muera más gente”, dice un diplomático europeo, que al igual que otras fuentes prefiere no revelar su nombre para comentar libremente sobre la crisis.
Jim Townsend, exsubsecretario adjunto de defensa para política europea y de la OTAN del gobierno norteamericano, dice que en este momento, “todo el mundo está tanteando el camino a seguir”.
“El desenlace va a ser complicado, porque involucra a Putin con su forma de ser, al destino de la reconstrucción de Ucrania, y también implica resolver el tema de las sanciones”, dice Townsend.
La estrategia actual de Estados Unidos, según altos funcionarios del gobierno, es asegurarse de que los costos económicos para Rusia sean severos y sostenidos en el tiempo, y seguir apoyando militarmente a Ucrania para infligirle a Rusia tantas derrotas como sea posible.
Pero la asistencia militar estadounidense sigue siendo limitada, ya que Biden ha dejado en claro que Estados Unidos no está dispuesto a enfrentarse directamente con Rusia, que también es una potencia nuclear. Ha dicho que no enviará tropas de combate a territorio de Ucrania, y tanto él como otros líderes de la OTAN se han resistido a los reclamos del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de imponer una zona de exclusión aérea sobre el país.
Y aunque en la previa a la invasión los contactos diplomáticos con Rusia eran permanentes, desde que comenzó el conflicto los funcionarios de Biden prácticamente han bajado la persiana de la diplomacia con Putin, al aducir que el Kremlin no toma en serio las negociaciones. Ya ingresamos en la tercera semana de esta guerra, por ejemplo, y el gobierno de Biden todavía no hablado directamente con el gobierno ruso sobre una rampa de salida para frenar la violencia, o algún otro paso inicial para poner fin a la fase bélica del conflicto.
“Canal de desconflicto”
Sin embargo, un alto funcionario de la Casa Blanca insiste que el gobierno mantiene canales con los rusos desde el inicio del conflicto, incluido un “canal de desconflicto” a través de la Embajada de Estados Unidos en Moscú –una línea telefónica directa con el Ministerio de Defensa ruso– y otras vías de comunicación cuyos detalles los funcionarios prefieren preservar por razones de seguridad.
A falta de negociaciones directas entre Estados Unidos y Rusia, los que abrieron canales de comunicación con el Kremlin desde el comienzo de las hostilidades fueron los gobiernos de Francia, Israel, Turquía y Ucrania.
Las discusiones con esos países –que el Kremlin considera jugadores secundarios comparados con Estados Unidos–, no han redundado en nada constructivo. Los diplomáticos extranjeros esperan convencer a Putin de que suavice sus reclamos de una “desmilitarización total” de Ucrania, pero los funcionarios estadounidenses y franceses son escépticos y no creen que esas negociaciones fructifiquen.
En sus negociaciones de este jueves en Turquía, los ministros de Relaciones Exteriores de Ucrania y Rusia ni siquiera lograron acordar un alto el fuego ni modestas medidas para mejorar la situación humanitaria. Aunque el panorama es sombrío, los funcionarios estadounidenses dicen que no hay urgencia en involucrar directamente al presidente ruso en las negociaciones porque consideran que no se toma en serio la diplomacia.
“Es importante recordar que a lo largo de esta crisis creada por Putin y por Rusia le hemos tratado de ofrecer varias posibles rampas de salida al presidente Putin”, dijo el miércoles a los periodistas el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. “El único que puede aceptar esas salidas o rechazarlas en Putin. Hasta ahora, cada vez que ha tenido la oportunidad de tomar una rampa de salida, pisa el acelerador y sigue por este horrendo camino que ha tomado”, añadió.
Blinken agregó que el gobierno de Biden espera que finalmente Putin y Rusia sufran “una derrota estratégica”, más allá de cualquier “ganancia táctica circunstancial que pueda lograr en Ucrania a corto plazo.”
“Lo lograremos todos juntos, respaldando a los ucranianos en su lucha y haciéndole pagar a Rusia con devastadoras sanciones, el aislamiento diplomático y otras medidas”, dijo Blinken.
Los líderes europeos también sufren presiones de la opinión pública, que por abrumadora mayoría ahora reclama medidas duras contra Rusia. Esa dinámica de la política europea impulsó los anuncios de hace una semana, con sanciones históricamente duras contra el sector bancario de Rusia y sus reservas de divisas.
“Difícil imaginar cómo puede terminar esto”, dice uno de los altos diplomáticos europeos que solicitó el anonimato para compartir su opinión.
“Suena mal decir que no hay rampas de salida, pero salidas diplomáticas francamente yo no veo”, agregó el funcionario, y dijo que en algunos temas no hay concesiones posibles, como la neutralidad de Ucrania si no es lo que quieren los propios ucranianos.
Ashley Parker, John Hudson, Michael Birnbaum y Paul Sonne
(Traducción de Jaime Arrambide)
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