Guerra Rusia-Ucrania. Máxima presión de Occidente sobre Moscú: las potencias excluirán a bancos rusos de la red financiera Swift
Los bancos sancionados se verán “cortados de los flujos financieros internacionales, lo cual reducirá sustancialmente sus operaciones globales”, destacaron la Unión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Canadá
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PARÍS.– Ante la gravedad de los ataques rusos contra Ucrania, la Comisión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Canadá se comprometieron a ampliar las sanciones a Moscú al activar anoche “opción nuclear” financiera y excluir a bancos rusos de la red de transacciones financieras internacionales Swift, y anunciar restricciones al Banco Central, dos medidas extremas que prometen profundizar el aislamiento de la economía rusa y el presidente, Vladimir Putin.
Para aumentar aún más la presión sobre el Kremlin, Alemania, Francia, Estados Unidos y otros países occidentales elevaron también la asistencia militar a Ucrania para ayudarlo a resistir a la brutal invasión lanzada el jueves por las fuerzas militares de Moscú.
Tras intensas discusiones en los últimas días, y luego de críticas por la falta de contundencia los paquetes de sanciones iniciales, los aliados occidentales –y en particular la UE– lograron por fin ponerse de acuerdo para dejar a instituciones financieras rusas fuera de la red Swift, el sistema de transacciones bancarias más importante del mundo, que conecta a más de 11.000 entidades financieras en más de 200 países para organizar sus sistemas de pagos y es considerado el esqueleto de la finanza internacional.
En un comunicado conjunto difundido anoche, los países firmantes anuncian su voluntad de remover a los bancos rusos del sistema de mensajería Swift, que “quedarán desconectados del sistema financiero internacional”, medida que “afectará la posibilidad de que operen a nivel mundial”, dice el texto. Y prometen “imponer medidas restrictivas” para impedirle al Banco Central de Rusia utilizar sus reservas, una movida que promete además tener un efecto profundo sobre la economía rusa y el rublo, que ya ha sufrido una pérdida de valor por las sanciones occidentales.
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que las medidas apuntaban a poner al rublo en “caída libre”, y que las medidas convertían a Rusia en “un paria económico y financiero mundial”.
Por otra parte, los firmantes imponen “medidas restrictivas que impedirán al Banco Central de Rusia utilizar sus reservas a nivel internacional con el objetivo de evitar el impacto de estas sanciones”.
Decididos a anular toda posibilidad de eludir el impacto de esas sanciones, los occidentales también prometieron “actuar contra toda persona o entidad que facilite la guerra en Ucrania y las acciones del gobierno ruso. Específicamente, tomaremos medidas para limitar la venta de ciudadanía -los llamados golden passports- que permiten a los millonarios rusos relacionados con su gobierno convertirse en ciudadanos de nuestros países y tener acceso a nuestro sistema financiero”, precisan.
La UE, Estados Unidos y Canadá agregan que lanzarán en forma inminente una task force transatlántica para asegurar la implementación de estas sanciones, “identificando y congelando los haberes de individuos y compañías sancionados que se encuentran en sus jurisdicciones”.
La magnitud de esta decisión, defendida por el presidente Joe Biden y resistida por sus costos colaterales durante varias semanas por algunos países europeos, como Alemania, Hungría e Italia, terminó finalmente por imponerse. Esta podría ser la primera vez que Occidente adopta una sanción de semejante envergadura, sobre todo contra un país que posee armas nucleares y dirigido por un hombre que ha demostrado ser imprevisible e impermeable a todo tipo de sanción.
Ayuda militar
En el terreno de la ayuda militar a Ucrania, también los occidentales tomaron ayer nuevas medidas.
El gobierno de Berlín, que hasta hoy rehusaba reexportar a países en conflicto el material militar que vende a Europa, autorizó ayer el envío de 400 armas antitanque y -por otra parte- comenzó a estudiar abiertamente la suspensión “selectiva” de Rusia del sistema financiero Swift, que podría ser una de las sanciones económicas más devastadoras.
Esos reajustes de posición de la primera potencia económica de la Unión Europea (UE) fueron anunciados por el vicecanciller alemán, Robert Habeck, y la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, coincidiendo con la visita del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien poco antes había criticado el “egoísmo” mostrado por varios países europeos por su falta de solidaridad con Ucrania.
Baerbock anunció que Alemania “apoyará a [ese país] en el suministro de material que necesita con urgencia”, y en un mensaje conjunto con el primer ministro polaco reconocieron “el derecho inalienable de Ucrania a la legítima defensa”.
Poco antes, el canciller alemán, Olaf Scholz, había acordado su permiso a Estonia para enviar proyectiles de la desaparecida República Democrática Alemana, 10.000 toneladas de combustible a través de Polonia y 14 vehículos blindados que serán utilizados “con fines de evacuación”.
Con esas medidas, Alemania introdujo una modificación histórica en la política de exportación de armas vigente desde 1990.
La inacción alemana después de la intervención rusa había sido fuertemente denunciada por varios países europeos.
Con esas medidas, Alemania se suma a la doctrina de asistencia militar a Ucrania que es apoyada por otros países como Suecia, Bélgica, Eslovaquia, República Checa o Polonia.
Al término de un Consejo de Defensa realizado por la tarde en el palacio del Elíseo, el presidente Emmanuel Macron anunció que Francia decidió entregar “más equipamiento militar a Ucrania” y reforzar las medidas económicas contra el gobierno de Vladimir Putin.
Bélgica y la República Checa se comprometieron a enviar fusiles, pistolas, municiones y cascos. En las últimas semanas, Ucrania igualmente recibió 2000 misiles NLAW procedentes de Gran Bretaña, cohetes Javelin de Estados Unidos, Estonia y Lituania, así como misiles anti-aéreos Stinger donados por los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y 2.000 ametralladoras transferidas por Bélgica.
Estados Unidos se sumó a esos esfuerzos de ayuda. El Departamento de Estado informó ayer que el gobierno norteamericano otorgará otros 350 millones de dólares para “apoyo inmediato” de la defensa de Ucrania, ahora convertido en uno de los receptores de ayuda militar norteamericana junto con Israel, Jordania, Egipto e Irak.
“Este paquete incluirá más asistencia defensiva letal para ayudar a Ucrania a abordar las amenazas blindadas, aéreas y de otro tipo que ahora enfrenta. Es otra señal clara de que Estados Unidos apoya al pueblo de Ucrania en la defensa de su nación soberana, valiente y orgullosa”, dijo en un comunicado el secretario de Estado, Anthony Blinken.
Es la tercera vez que el presidente Joe Biden acelera la asistencia de seguridad de emergencia para la defensa de Ucrania en los últimos meses utilizando su autoridad presidencial, indicó el vocero del departamento de Defensa, John Kirby. Blinken ya había autorizado dos envíos de asistencia, uno el último otoño boreal, por 60 millones de dólares, y por 200 millones de dólares otro en diciembre. El nuevo aporte de Washington a Kiev eleva el total de la asistencia de seguridad de Estados Unidos para Ucrania a más 1000 millones de dólares durante el último año, indicó el departamento de Estado.
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