Guerra Rusia-Ucrania: los cinco errores que frenaron la ofensiva rusa en el primer mes de guerra
Fallas desde logísticas hasta estratégicas afectaron los planes del Kremlin, que pretendía lograr un triunfo militar en pocos días; el gobierno de Putin, no obstante, alcanzó algunas victorias menores
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Un mes atrás no había dudas de que un ejército con 900.000 efectivos y 3000 tanques, como el de la Federación de Rusia, podría derrotar en cuestión de días a las fuerzas armadas ucranianas, con 200.000 soldados y 900 blindados. Y aunque Moscú dijo este viernes que había cumplido “los principales objetivos de la primera fase” (aunque no explicó cuáles eran esas metas), el escenario actual no parece el que los rusos imaginaban el 24 de febrero.
¿Cuáles fueron los errores que llevaron a Rusia a la situación actual después de un mes de guerra?
Los errores
1) Ucrania no es Crimea
Cuando en 2014 Moscú anexionó la península de Crimea, gran parte de la población local (un 67% de origen ruso y un 15% ucranianos) saludó en las calles con banderas rusas la llegada de las tropas del Kremlin. Y las mismas escenas de entusiasmo se repitieron en aquel momento en las regiones separatistas ucranianas de Donetsk y Lugansk.
Ahora pareciera que, por un error de cálculo, el presidente ruso Vladimir Putin que en julio pasado había escrito que “la verdadera soberanía de Ucrania solo es posible en asociación con Rusia”, se autoconvenció de que ese era el mismo sentimiento de toda la población de Ucrania (el 78% ucranianos étnicos, y el 17% rusos), que saldría a las calles a recibir con flores las tropas del Kremlin. Algo que no ocurrió.
2) La blitzkrieg que no fue
Aún en el caso de que Putin diera por descontado cierta resistencia ucraniana, no había dudas de que, desde el punto de vista numérico (cantidad de efectivos y potencial de armamentos), todos los datos estaban a favor de Rusia como para concretar una guerra relámpago o blitzkrieg, como la utilizada por los nazis en Europa. La historia recuerda que al comenzar la Segunda Guerra, en el caso de Polonia, en cuatro semanas, durante el mes de septiembre de 1939, las unidades alemanas, con más de 2000 tanques y 1000 aviones, atacaron las defensas polacas a lo largo de la frontera y avanzaron hasta Varsovia en un embate de encierro masivo.
Los nazis aplicaron luego la misma estrategia en Dinamarca, Noruega, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia y Grecia.
Pero Rusia lleva ya un mes de combates en Ucrania y la guerra está lejos de definirse.
3) La moral de las tropas rusas
En las semanas previas al inicio de los combates, Putin insistió una y otra vez en que no habría invasión. Y, al parecer, ese fue incluso el mensaje que se transmitió a los 150.000 efectivos que se apostaron junto a la frontera de Ucrania durante el mes de febrero.
“Todo indica que los rusos les dijeron a sus efectivos que iban a realizar ejercicios y luego se han visto por sorpresa en el fuego real. Esto tiene un impacto tanto psicológico como táctico, porque las fuerzas no estaban totalmente preparadas para hacer este tipo de cosas”, dijo Walter Dorn, profesor de Estudios de Defensa del Royal Military College of Canada (RMC).
El Kremlin tampoco evaluó la resistencia que podría haber en muchos de sus efectivos para enfrentar a un pueblo hermano como el ucraniano, con el que existen numerosos lazos de familiaridad y amistad.
4) Fallas logísticas
En todos los frentes de combate de las fuerzas rusas se pueden ver problemas logísticos y fallas mecánicas, particularmente en el largo convoy que está varado en las afueras de Kiev.
“Hay una falla logística masiva para proporcionar combustible, alimentos, repuestos y neumáticos... se atascaron en el barro de una manera que dificulta sacar los vehículos”, explicó el general Richard Barrons, excomandante de las Fuerzas Conjuntas de Reino Unido, al programa Today de BBC Radio 4.
Además, Rusia parece haber subestimado la fortaleza armamentística de Ucrania, por lo que no envió al campo de batalla su equipamiento más moderno.
Aunque posee la tercera fuerza aérea más poderosa del mundo, detrás de Estados Unidos y China, Rusia no ha logrado dominar el cielo ucraniano. Por motivos que no están claros el Kremlin decidió no desplegar una gran avanzada de sus aviones en Ucrania.
El Royal United Services Institute (RUSI), el principal grupo de expertos en defensa y seguridad de Reino Unido, señalaba que, tras el inicio de la invasión, destruir las defensas aéreas ucranianas era “el próximo paso lógico y ampliamente anticipado, como se ha visto en casi todos los conflictos militares desde 1938″.
Sin embargo, esto no ha ocurrido y el ejército ucraniano ha derribado numerosos aviones rusos a lo largo de los combates.
5) Error de cálculo de la reacción occidental
Pese a que la respuesta de Occidente no es todo lo contundente que el presidente ucraniano Volodimir Zelensky desearía, tanto la OTAN como la Unión Europea mostraron una sorprendente unidad en sus posturas frente a la invasión rusa.
Todo indica que Putin deseaba meter una cuña entre los europeos sobreestimando la necesidad que tenían muchos países del continente de conservar las buenas relaciones en momentos en que el 37% del gas que importa la Unión Europea procede de Rusia.
Pero ya en los primeros días de la guerra Alemania ordenó suspender el proceso de aprobación del gasoducto Nord Stream 2, que venía de Rusia.
Seguramente Putin también consideró que luego de la desastrosa salida de Estados Unidos de Afganistán en agosto pasado, y en un año en el que hay elecciones de mitad de término, Washington trataría de mantenerse lo más lejos posible de cualquier nuevo conflicto.
¿Rusia hizo todo mal?
A pesar de los inesperados contratiempos en su ofensiva y las miles de muertes en sus tropas -incluso de altos mandos militares-, Rusia logró sumar algunas “pequeñas victorias” dentro de su estrategia:
1) Triunfo naval
“En pocos días de combates, Rusia ya venció en la batalla naval en Ucrania”, afirmó a LA NACION el exdirector de la Escuela de Guerra Naval, Capitán de Navío retirado José Miguel Urrutia. Y agregó que ese avance “modifica todo el mapa geopolítico marítimo entre Europa y Asia”.
Un momento clave de esta batalla naval fue la decisión de Ucrania de hundir su buque insignia, la fragata Hetman Sahaidachny, para evitar que fuera capturada por las tropas rusas.
De no mediar ningún cambio de rumbo en el conflicto, desde el punto de vista naval el Mar Negro ya quedaría bajo pleno dominio de Rusia y Turquía.
Aunque Ucrania hundió este jueves un buque ruso en el puerto de la ciudad ocupada de Berdyansk, al oeste de Mariupol, la consolidación del dominio de Moscú en el frente marítimo replantea el mapa geopolítico de una zona clave en su conexión entre Europa y Asia.
2) Control de las “líneas interiores”
Aunque la mirada occidental se ha contagiado este mes de la visión ucraniana de la guerra y llueven los elogios a la firme resistencia que presentan sus militares y civiles, un enfoque exclusivo sobre la conquista de ciudades en Ucrania, puede ensombrecer el avance ruso en otros frentes que eventualmente podrán definir el conflicto.
En este mes, Rusia consolidó posiciones en lo que los estrategas llaman “líneas interiores”, una ramificación de conquistas que, sin llegar a las grandes ciudades, avanzan desde el este del territorio ucraniano hacia el oeste, y que le permiten a Moscú controlar la región del Donbass y, en los últimos días, afianzar incluso su control sobre la ciudad de Mariupol, en el mar de Azov. Rusia está avanzando sobre las fuerzas ucranianas en esos frentes, y aquí surge la pregunta. ¿El resultado de una guerra lo definen los ejércitos o los insurgentes que eventualmente resistirán a sangre y fuego a la ocupación?
Algunos recuerdan que en la Guerra de Vietnam, Estados Unidos ganó todas las batallas pero perdió la guerra frente a la insurgencia. Pero otros señalan que en 1940 las fuerzas nazis no tuvieron necesidad de sitiar París para conquistar Francia. Habiendo rodeado al ejército francés en el campo e infligiéndole allí una dura derrota, ya no hubo resistencia urbana al avance nazi.
3) Ucrania, área de influencia de Rusia
Si hasta febrero Ucrania coqueteaba con la idea de ingresar a la alianza atlántica de la OTAN , la firmeza de Rusia en este mes de combates fue consolidando la idea de que un objetivo de mínima que Moscú ya ha conseguido es que esa idea quede al menos congelada.
En 2018, la OTAN había otorgado oficialmente a Ucrania el status de país candidato. En un entusiasta comunicado de aquel momento se anunció: “Las puertas de la OTAN están abiertas a cualquier país europeo capaz de cumplir con la implicación y los compromisos de la membresía y contribuir a la seguridad en el área euroatlántica”.
Pero el pasado 15 de marzo, en un intento por calmar los ánimos rusos, el propio presidente Zelensky dijo que “Ucrania no es miembro de la OTAN y no lo será en un futuro próximo”.
El anuncio fue un logro para el Kremlin que exigía a Ucrania, si no la subordinación a su “espacio vital”, al menos su “neutralidad”.
4) Popularidad en auge
Sea por la represión de las voces disidentes, la censura aplicada sobre los medios de comunicación -donde la palabra “guerra” y la información no oficial están vetadas-, o por el respaldo natural que suscita la autoridad de turno frente a un enemigo externo, lo cierto es que la popularidad de Putin sigue siendo altísima.
La última medición del instituto independiente Levada Center, indica que el 71% de los rusos apoya la gestión presidencial. Es el índice de aprobación más alto que ha alcanzado Putin en las encuestas del Centro Levada desde mayo de 2018, cuando obtuvo un índice de aprobación del 79%.
La semana pasada el mandatario se dio incluso un auténtico baño de masas compareciendo en persona ante más de 100.000 rusos en el estadio Luzhniki de Moscú, para defender la invasión de Ucrania como un acto de salvación ante un supuesto genocidio en Donestk y Lugansk. Aunque una versión indicaba que los asistentes fueron obligados a ir al estadio.
5) La alianza con China
La invasión de Ucrania probablemente haya convertido a Rusia en un paria internacional. Pero Putin logró fortalecer su alianza con China, la súper potencia que en este siglo XXI aspira a disputar la hegemonía global con Estados Unidos.
No solo eso, sino que días atrás, luego de reunirse con el consejero de Estado chino, Yang Jiechie, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, avisó a sus aliados que China está incluso abierta a prestar ayuda militar a Rusia.
Eso supondría no solo un salto cualitativo en el desarrollo de la guerra contra Ucrania, sino que modificaría el equilibrio del actual tablero geoestratégico.
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