Guerra Rusia-Ucrania: la Unión Europea anuncia nuevas sanciones contra Rusia, incluido un plan para dejar de depender de su petróleo
El bloque propuso su estrategia más dura contra Moscú por la invasión, incluido un embargo petrolero por etapas; cómo funcionará en caso de que sea aprobado
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PARÍS.– Después del carbón, el petróleo. Tras largos debates, la Comisión Europea (CE) propuso este miércoles un embargo total y progresivo al petróleo ruso en el marco del sexto paquete de sanciones del bloque contra Rusia por la invasión a Ucrania.
“Cesaremos progresivamente el aprovisionamiento en petróleo bruto en un plazo de seis meses y el de los productos refinados antes de fin de año”, declaró la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, durante un discurso de presentación de esa nueva tanda de sanciones ante el Parlamento Europeo reunido en la ciudad francesa de Estrasburgo.
“Se tratará de un embargo total al conjunto del petróleo ruso, librado por vía marítima o por oleoductos, bruto o refinado”, precisó. “No será fácil. Ciertos Estados miembros son extremadamente dependientes del petróleo ruso. Pero debemos trabajar” sobre esa cuestión, subrayó Von der Leyen.
Sin mencionarlas, la presidenta de la CE aludía así a posibles derogaciones. Varios países ultra-dependientes de la energía rusa solicitaron adaptaciones, caso por caso. En primer lugar Hungría y Eslovaquia, que podrán seguir comprando bruto hasta fines de 2023. Esos dos países de la UE, enclavados, dependen completamente de Moscú para su aprovisionamiento: no están conectados con ningún oleoducto europeo y carecen de puertos para recibir tanqueros. Para ambos, todo queda por hacer: construir infraestructuras que garanticen el aprovisionamiento y, hasta que eso se concrete, hallar alternativas.
La propuesta de la CE debe ser ahora ratificada por los 27 jefes de Estado y de gobierno antes de poder entrar en vigor. Hoy Rusia provee entre 20% y 25% de las importaciones europeas de hidrocarburos. Esa dependencia es recíproca, porque Moscú exporta dos tercios de su petróleo hacia la Unión Europea.
Reducción lenta
“La era de los carburantes fósiles pertenecerá pronto al pasado”, había advertido la semana pasada Von der Leyen, después que el gigante de la energía rusa, Gazprom, cortó sus envíos de gas hacia Polonia y Bulgaria.
Pero esa reducción sigue siendo demasiado lenta en momentos en que el instrumento energético es el único medio para que la guerra se vuelva financieramente imposible para Rusia. La UE ya aprobó el embargo del carbón ruso, aunque solo será efectivo el 10 de agosto próximo. Si fuera aprobado por los 27 -y nadie duda de que lo será- el embargo del petróleo pondrá fin a las importaciones rusas recién a fin de año.
El embargo del gas será, por el contrario, mucho más complicado, tanto desde el punto de vista físico como económico. La CE declaró el lunes que la exigencia rusa de pagar esa energía en rublos constituye una violación a las sanciones europeas existentes. También se comprometió a dar precisiones sobre las medidas legales que deben tomar las empresas que negocian con Moscú.
En esa fórmula de embargo à la carte que prepara la CE, Italia -que importa cerca del 40% de su gas de Rusia- parece haber puesto sus condiciones.
“El país podría pasar un invierno muy difícil si Moscú suspendiera en forma inmediata sus entregas”, advirtió el ministro italiano de Transición Ecológica, Roberto Cingolani.
“Sería importante mantener las importaciones rusas hasta fines de 2022 para poder afrontar el invierno y permitir un abandono progresivo”, agregó el ministro, asegurando que el fin de la dependencia rusa podría concretarse antes del segundo semestre de 2024. Italia, que utilizó 75.000 millones de metros cúbicos de gas el año pasado, despachó esta semana enviados especiales al Congo, Angola, Argelia y Qatar para tratar de remplazar los 29.000 millones de metros cúbicos que obtiene de Rusia.
Negociaciones con Gazprom
Por su parte, el grupo alemán de energía Uniper continúa sus negociaciones con Gazprom y el gobierno de Berlín en torno a la cuestión del pago de las importaciones de gas en rublos, método que violaría las sanciones impuestas por la UE a Moscú.
En el documento donde presenta sus resultados del primer trimestre del año, Uniper reconoce “negociaciones en curso con el gobierno alemán y Gazprom sobre la puesta en práctica potencial” de ese decreto ruso que, de no ser aceptado, alimenta el temor de un cese brutal de aprovisionamiento. El primer importador alemán de gas ruso no dio, sin embargo, detalles suplementarios sobre esos intercambios. Su actividad gasífera intermedia cubre un portafolios de unos 370 teravaltios/hora (TWh) de contratos de entrega de gas a largo plazo, cerca de 200 TWh vienen de Rusia.
Hasta que encuentre una solución definitiva, Europa ya pagó 48.000 millones de euros a Moscú desde que comenzó la guerra en Ucrania el 24 de febrero para recibir su gas, según CREA (Center for Research on Energy and Clean Air). Esto representa unos 700 millones de euros por día.
En su nuevo paquete de medidas, la CE también propuso excluir otros tres bancos rusos del sistema financiero internacional Swift. Entre ellos Sberbank, de lejos el establecimiento más importante del país (cerca de un tercio del sector bancario). En el marco de las sanciones ya adoptadas por la UE, siete instituciones financieras rusas fueron privadas de acceso a Swift, plataforma de mensajería que permite operaciones cruciales como el tránsito de órdenes de transferencia de fondos interbancarias.
“Golpeamos los bancos de importancia sistémica para el sistema financiero ruso y para la capacidad de destrucción de Vladimir Putin. Esto reforzará el aislamiento total del sector financiero de ese país”, dijo Von der Leyen. “Segundo, excluimos Sberbank de Swift (…) y otros dos bancos importantes. Tercero, prohibimos el acceso a nuestras ondas a tres grandes difusores de Estado ruso, que amplifican agresivamente las mentiras y la propaganda de Putin”.
La CE propone, en efecto, bloquear el acceso al espacio mediático europeo a tres grandes difusores de Estado, que ya no podrán distribuir sus contenidos en la UE ya sea por cable, por satélite, internet o aplicaciones de smartphone.
“No debemos dejarles el campo libre para que sigan (distribuyendo esas mentiras)”, agregó, sin dar detalles.
En este nuevo paquete de sanciones, Bruselas propone asimismo sancionar al jefe de la iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, decidido apoyo a Putin y a la invasión de Ucrania. Otras 57 personalidades, entre ellas numerosos militares rusos sospechosos de estar implicados en “crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra” en Bucha, figuran en la nueva lista.
Las sanciones consisten en una prohibición de entrada a la UE y el congelamiento de haberes. Más de mil personas están inscritas en esa lista negra europea, que también incluye 17 entidades, como el constructor de aviones Sukhoï, cuyos cazas son utilizados en Ucrania, y otras empresas que proveen a las fuerzas armadas rusas electricidad, telecomunicaciones, material de todo tipo (vehículos, drones, neumáticos), pero también uniformes y alimentos.
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