Guerra Rusia-Ucrania: la “otra” bandera rusa que se convirtió en el símbolo del rechazo a Putin
Los activistas en contra de la guerra en Ucrania proponen quitar el rojo, que consideran “un símbolo del autoritarismo y la violencia”
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“Cargaremos para siempre con las cosas terribles que ha hecho nuestro gobierno”, lamenta avergonzado Arshak Makichyan, un joven activista ruso, que se esfuerza por cambiar la imagen de su país. En diálogo con LA NACION, asume la totalidad de la culpa pero explica que “no es tan fácil luchar contra Putin y sus amigos”.
“Intenten derribar a un hombre con armas nucleares, millones de policías y todo el dinero del mundo. Durante años, [Occidente] compró petróleo y gas ruso y Putin ha utilizado ese dinero para reprimir a nuestra sociedad civil”, señala. “Es insoportable ser un activista aquí. No culpen a Rusia. Culpen a Putin y sus amigos con sus palacios en Europa”, agrega Makichyan, que fue detenido en numerosas ocasiones por protestar contra la invasión de Ucrania.
En un intento por enmendar la reputación del pueblo ruso y distanciarse del Kremlin, que la semana pasada tildó de “traidores” a los que critican la guerra o salen del país, Makichyan comenzó a impulsar junto a otros activistas la idea de sustituir la tradicional bandera rusa por una nueva versión: blanca-azul-blanca. “Está libre del rojo porque no tiene lugar para el autoritarismo, el militarismo, el culto a la violencia y la sangre. Abre una nueva página en la historia de Rusia, sin un culto a la guerra”, explica y añade que este símbolo adoptado por los opositores pretende “des-sovietizar” al país, una sagaz referencia al discurso de Vladimir Putin de “desnazificar” Ucrania y a la “Z”, que representa a los rusos que apoyan la invasión.
new flag of real Russia. we will pay reparations to Ukraine. we will be sorry forever for things done by our government. people won’t be afraid of Russia. and people who died and suffered from the terrible regime will be remembered forever. real Russia is us. pic.twitter.com/mgAxHbsbkn
— Arshak Makichyan (@MakichyanA) March 7, 2022
El medio opositor Meduza pudo rastrear el origen de la nueva bandera a una diseñadora gráfica de 31 años que trabaja en Berlín. La rusa Kai Katonina acudió a todas las protestas en la capital alemana desde que comenzó la invasión. Al principio llevaba un cartel que decía “No a la guerra”, pero rápidamente decidió que los rusos disidentes necesitaban algún tipo de símbolo unificador. “Sin él, parecía que todos los rusos apoyaban la guerra y que solo los ucranianos acudían a las protestas”, contó a Meduza.
El 28 de febrero Katonina publicó en Facebook su propia versión de la bandera rusa, “sin la maldita franja roja”. La insignia rápidamente se volvió viral en redes sociales.
Al final resultó que un concepto similar de la bandera blanca y azul se les había ocurrido casi en simultáneo a otras personas en Rusia y en el extranjero. Un día antes del posteo de Katonina, un director de arte que vive en Moscú, dueño de la cuenta de Twitter “Sounds of Fish”, sugirió un diseño similar y publicó el boceto en línea. No hubo disputas por los derechos de autor. Ambos creativos están convencidos de que la bandera es “un arte popular conjunto”, “una verdadera protesta colectiva”.
De Moscú a Berlín, Londres, Nueva York y muchas otras ciudades del mundo, esta adaptación de la resistencia rusa se trasladó a las calles y ondea en las distintas protestas en apoyo a Ucrania.
Detenciones en las protestas
En las concentraciones contra la guerra celebradas en toda Rusia, las autoridades han detenido arbitrariamente a miles de manifestantes pacíficos, en consonancia con su represión cada vez más brutal de quienes no están de acuerdo con la ofensiva militar rusa en Ucrania.
Según denunció Human Rights Watch (HRW), la policía hizo un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes mientras los detenía y, en varios casos, infligió a los detenidos abusos equivalentes a tortura o trato inhumano y degradante. Por su parte, OVD-Info, el principal proyecto de derechos humanos que trabaja para proteger la libertad de reunión en Rusia, informó que 13.500 personas han sido detenidas arbitrariamente desde que Rusia comenzó su invasión a gran escala de Ucrania el 24 de febrero.
El 4 de marzo, la Duma fue más allá y aprobó una ley que prohíbe la distribución de “información falsa sobre las actividades de las fuerzas armadas de la Federación Rusa” —todo lo que contradiga el relato oficial de los acontecimientos—. Las sanciones incluyen fuertes multas y penas de hasta 15 años de cárcel. “Dos amigas fueron detenidas sólo por distribuir panfletos contra la guerra. Además de permanecer en un centro de detención por seis días, se les impuso una multa de 40.000 rublos [unos 3800 dólares] a cada una”, contó a LA NACION Vlada Zhuravlyova, una joven activista que usa corazones blancos y azules en su usuario de Twitter.
Esta nueva versión de la bandera también está inspirada en la que adoptó la oposición de Bielorrusia durante las protestas contra el fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2020. La bandera blanca-roja-blanca, la versión oficial de la Bielorrusia independiente entre 1991 y 1995, fue recogida por los ciudadanos que se oponen al régimen de Aleksandr Lukashenko, aliado fiel de Putin.
Women will be a force in a free Ukraine. Saluting the strength and courage of Ukrainian women. Belarus women are standing with you. @allyc375 @belarus_women @ZelenskyyUa#UkraineUnderAttack #UkraineRussiaWar #UkraineWar @MFA_Ukraine pic.twitter.com/IrFpOU55BF
— Anthony Kelly #FBPE #IAmEuropean (@Anthony_M_Kelly) March 10, 2022
Nóvgorod, un símbolo de la democracia
Por último, los opositores al Kremlin también vinculan a esta bandera con la de Veliky Novgorod, una ciudad de la Federación Rusa, situada a 190 kilómetros al sureste de San Petersburgo, en el óblast homónimo. Emergiendo como el centro político de pueblos eslavos y fino-ugrios en la mitad del siglo X, la historia de Nóvgorod está estrechamente enlazada con todos los acontecimientos importantes de la vida del Estado ruso. En la actualidad, se la considera como el lugar donde nacen los valores republicanos y democráticos.
“Una peculiaridad histórica de Nóvgorod es que en el siglo X adopta un sistema democrático censitario. Un grupo de nobles, boyardos y militares constituía un veche —una especie de parlamento—, que elegía al príncipe de la ciudad, al jefe militar y al jefe eclesiástico. De aquí surge esta visión idealizada de que fue la única ciudad democrática rusa”, explica a LA NACION Andrés Serbin, analista experto en Eurasia y presidente del think thank CRIES.
El experto también destaca que Nóvgorod fue el único principado que escapó del dominio mongol en el siglo XIII. “Es por eso que se le atribuye esta idea de independencia o autonomía. No tenían la experiencia de estar dominados por un khan. Para muchos esta versión del khanato es la que hace que Rusia tenga una trayectoria autocrática hasta el día de hoy. Siempre necesitó un khan —'un hombre fuerte’— para ser gobernada, porque el khanato fue el modelo que se impuso a los principados”, agrega.
Los activistas rusos han incorporado estas ideas a su narrativa actual. Pero, según señala Serbin, la corriente occidentalista data de hace cientos de años. “Comenzó con Pedro el Grande”, que llevó a cabo un proceso de modernización mediante la occidentalización y expansión que transformó a la Rusia Moscovita en una de las principales potencias europeas.
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