Guerra Rusia-Ucrania: la guerra por el mar, la batalla que Rusia ya ganó
Tras hundir su propia fragata insignia para que no fuera capturada por los rusos, Ucrania dio por perdidos los combates en el Mar Negro y el Mar de Azov, señalaron expertos a LA NACION
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Dos semanas después de iniciada la invasión de Rusia a Ucrania, la atención mundial se centra en los combates por ciudades claves, el asedio a Kiev y la terrible situación humanitaria de más de 2,15 millones de refugiados que ya escaparon del país por los ataques. Pero dentro del escenario bélico hay una batalla que Rusia ya ganó: la del mar.
“En pocos días de combates, Rusia ya venció en la batalla naval en Ucrania”, afirmó a LA NACION el exdirector de la Escuela de Guerra Naval, Capitán de Navío retirado José Miguel Urrutia. Y agregó que esa victoria “modifica todo el mapa geopolítico marítimo entre Europa y Asia”.
En la misma línea se manifestó el analista internacional Paulo Botta. “Desde el inicio de las hostilidades en Ucrania el 24 de febrero, las noticias se centraron en las operaciones terrestres. Pero en el mar, Rusia ya ganó”, señaló el director del Programa Ejecutivo en Medio Oriente de la Universidad Católica Argentina.
Un momento clave de esta batalla naval fue la decisión de Ucrania de hundir el jueves pasado su buque insignia, la fragata Hetman Sahaidachny, para evitar que fuera capturada por las tropas rusas. El hundimiento fue confirmado por el propio ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov.
La nave botada en 1992, que yace ahora en el fondo del mar cerca de la ciudad portuaria de Mykolaiv, podía alcanzar una velocidad de 32 nudos (60 km/h) y estaba armada con los últimos equipamientos militares, como un cañón AK-100 de 100 milímetros y dos lanzacohetes antisubmarinos RBU-6000, así como un hangar para dos helicópteros. Pero su eventual caída en manos rusas hubiera significado un golpe durísimo en la guerra, por lo que las fuerzas ucranianas decidieron cargarla de explosivos y hundirla.
“Todos los puertos ucranianos, sin excepción: Odessa, Ochakiv, Mykolaiv y Berdyansk han sido atacados u ocupados por fuerzas rusas. En términos operacionales, Ucrania carece ahora de toda capacidad naval para hacer frente a Rusia”, señaló Botta.
Si a esto se agrega la situación militar de los otros tres países que tienen costas sobre el Mar Negro, Georgia que no posee Armada, y Rumania y Bulgaria que cuentan con medios muy limitados, se puede afirmar que el Mar Negro, desde el punto de vista naval, ya es pleno dominio de Rusia y Turquía.
Esta batalla ganada por Moscú replantea entonces el mapa geopolítico de una zona clave en su conexión entre Europa y Asia.
Turquía y Rusia, amos y señores del mar Negro
La Convención de Montreaux de 1936 otorga a Turquía el pleno control del paso de barcos por los estrechos del Bósforo y Dardanelos que conectan el Mar Negro con el Egeo y el Mediterráneo. Los buques de guerra solo pueden pasar previa notificación diplomática a Turquía, con ciertas limitaciones en cuanto al peso de los barcos y las armas que transportan, y dependiendo de si el barco pertenece a una nación del Mar Negro o no. Por lo que Estados Unidos y otros países ajenos a la región, ven muy limitado su acceso naval militar a la zona, ya que no pueden ingresar buques que superen las 15.000 toneladas.
En ese sentido, la anexión de la península de Crimea sobre el Mar Negro en 2015 fue de una importancia estratégica vital para la Armada de Rusia, pero se trata de una medida que no es reconocida por la comunidad internacional.
“La mayoría de los puertos rusos dan hacia el norte, y no son navegables la mayor parte del año. El puerto de Tartús en Siria, sobre el Mediterráneo, también está bajo control ruso, pero se trata de las costas de otro país. Por eso la Armada de Rusia necesitaba aumentar el control de puertos sobre el Mar Negro”, explicó el capitán Urrutia.
Moscú mantiene una fuerza naval de siete submarinos convencionales y 58 buques de superficie, desde destructores hasta barcos de desembarco, y desde el pasado mes de diciembre desplazó hasta el Mar Negro casi una docena de buques registrados en otras de las flotas rusas, particularmente los de desembarco.
Con ese panorama, y con Ucrania fuera de juego en el terreno naval, los jugadores claves de la región son ahora Turquía y Rusia.
“Aunque Turquía siempre fue la llave de Asia, nunca sacaron suficiente provecho a ese poder. Incluso hay otros países más lejanos, como Emiratos Árabes Unidos, que son mucho más importantes para la entrada de productos europeos en Asia”, explicó el capitán Urrutia.
“Pero ahora, con el avance ruso sobre el Mar Negro, Turquía podría sacar partido del gas e hidrocarburos rusos facilitándoles la salida al Mediterráneo, lo que puede darle a los turcos un protagonismo y una relevancia naval que nunca aprovecharon”.
Por otra parte, con el dominio del Mar Negro, Rusia cuenta en esta guerra con una poderosa base sobre el mar para sus misiles, que no está sujeta a los vaivenes del combate terrestre.
“Rusia será un actor cada vez más activo en el Mediterráneo y temas como el equilibrio de las capacidades navales en la región y los proyectos de infraestructura energética, harán que la seguridad militar y la seguridad energética aparezcan cada vez más en el horizonte de los países europeos”, concluyó Botta.
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