Guerra en Ucrania: el enviado del papa Francisco viaja a Pekín, última etapa de su misión de paz
El cardenal italiano Matteo Zuppi, que ya estuvo en Kiev, Moscú y Washington, llega este miércoles a China, que muchos esperan que pueda tener un rol determinante para que cesen las armas
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ROMA.- Fracasar en el intento siempre es posible, pero es mejor que no hacer nada. Con esta filosofía como telón de fondo, el cardenal italiano Matteo Zuppi, enviado especial del papa Francisco, viaja a Pekín, última etapa de su “misión imposible”, es decir, intentar ponerle un freno a la guerra en Ucrania.
“Entre los días 13 y 15 de septiembre el cardenal Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, acompañado por un oficial de la Secretaría de Estado, viajará a Pekín, como enviado del Santo Padre”, indicó un comunicado del Vaticano, que confirmó noticias anticipadas por la prensa italiana. “La visita conforma una ulterior etapa de la misión querida por el Papa para sostener iniciativas humanitarias y la búsqueda de caminos que puedan conducir a una paz justa”, agregó el escueto comunicado de la Santa Sede.
Referente de la Comunidad de San Egidio –movimiento católico que en años pasados ayudó en la resolución de conflictos en el continente africano y considerado una virtual diplomacia paralela del Vaticano-, el cardenal Zuppi ya estuvo en Kiev (5 y 6 de junio), en Moscú (28 y 29 de junio) y en Washington (17 de julio).
Mientras que en Kiev y en Washington fue recibido por sus primeros mandatarios –Volodimir Zelensky y Joe Biden, respectivamente, a quienes el cardenal les entregó una carta del Papa-, en Moscú el cardenal no fue recibido ni por Vladimir Putin, ni por su canciller Sergei Lavrov, sino por el consejero diplomático del Kremlin, Yuri Ushakov, toda una señal. Aunque, en esa ocasión, sí le abrió las puertas el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, que bendijo desde el primer momento la invasión de Ucrania de Putin, de quien es un férreo aliado.
Según el diario La Repubblica, Zuppi será recibido en Pekín por el primer ministro, Li Qiang. Aunque un vocero de Pekín dijo no tener información al respecto. China y la Santa Sede no mantienen relaciones diplomáticas desde que el comunismo tomó el poder en 1949; aunque, por voluntad de Francisco, en los últimos años hubo acercamientos y en 2018 se firmó un delicado acuerdo para la designación de obispos. Expertos en el tema consideran que sería muy significativo que Zuppi fuera recibido por el primer ministro chino.
Antes de este viaje, la diplomacia vaticana según La Repubblica tuvo contactos con interlocutores de Italia, Estados Unidos y la OTAN, que son conscientes de que China podría jugar un rol clave a la hora de la negociación de un acuerdo para detener la guerra de Ucrania. Algo que nadie ve en el corto plazo -ninguna de las dos partes quiere tratativas-, pero deseado por muchos después de más de un año y medio de una guerra que llevó muerte, destrucción y dolor en Ucrania, tuvo efectos nefastos en la economía global por el aumento de los precios de los alimentos y de los combustibles y reavivó la amenaza nuclear.
En el marco de un convenio organizado en Berlín por la Comunidad de San Egidio titulado “La audacia de la paz”, el canciller italiano, Antonio Tajani, fue quien adelantó la visita a Pekín de Zuppi, última etapa de su maratón por la paz.
“Nosotros sostenemos todas las iniciativas de paz siempre y cuando al final haya una paz justa, que es la que le garantice independencia y libertad a Ucrania”, subrayó Tajani. “También lo dije en ocasión de mi visita de la semana pasada a Pekín: nosotros vemos favorablemente la misión de Zuppi, querida por el Papa”, agregó el canciller italiano, dejando entender, así, que si bien el gobierno de derecha de Giorgia Meloni es totalmente leal a Washington y la OTAN con respecto de Ucrania, al mismo tiempo apuesta a una línea “pacifista”.
“El Papa no es creíble”
Reina gran escepticismo en cuanto a la misión del cardenal Zuppi. Sobre todo después de las declaraciones lapidarias realizadas la semana pasada por Mykhailo Podolyak, primer consejero de Zelensky, tras la tormenta que hubo por unos mal interpretados elogios del Papa a la “gran Madre Rusia”, en una videoconferencia con jóvenes católicos rusos.
“El Papa no tiene ningún rol de mediación, es filorruso, no es creíble”, denunció Podolyak en una entrevista a un canal de TV local en la que también acusó al IOR (Instituto para las Obras de Religión) de guardar dinero ruso, algo que fue tajantemente desmentido el sábado por el denominado “banco del Vaticano”.
Zuppi, que en el pasado tuvo un rol importante en la pacificación de Mozambique, no se mostró preocupado por el ataque de Podolyak. Desde Berlín, consultado sobre si semejantes declaraciones ponían en riesgo su misión, Zuppi contestó que no, sobre todo porque “nunca nadie habló de mediación”.
“Esto siempre ha sido una misión para ayudar, no una mediación”, explicó el cardenal, que consideró normal que hubiera tensiones y que admitió que hay muchas dificultades.
“Debe ser una paz elegida por los ucranianos, con las garantías, el compromiso, el esfuerzo de todos. Y por lo tanto, claramente el de China es, quizás, uno de los elementos más importantes”, agregó, ante una pregunta sobre sus expectativas ante la inminente y crucial etapa china.
Zuppi también reconoció que su misión, que ya lleva varios meses, podría fracasar. “Eso, ciertamente”, admitió. “Pero si no hacés nada, no fracasás, pero no hacés nada”, añadió.
En sintonía se mostró Francisco. En un mensaje que envió al convenio de la Comunidad de San Egidio en Berlín -al que asistió Zuppi, que desde allí se aprestaba a subirse a un avión con rumbo a Pekín- reiteró la importancia de la audacia y del coraje para alcanzar la paz. También lanzó un llamado a “cruzar el muro de lo imposible”, levantado “sobre razonamientos que aparecen irrefutables, sobre la memoria de tantos dolores pasados y de grandes heridas sufridas”.
“Es difícil, pero no es imposible. No es imposible para los creyentes, que viven la audacia de una oración de esperanza. Pero no debe ser imposible tampoco para los políticos, para los responsables, para los diplomáticos”, dijo. “Sigamos rezando por la paz sin cansarnos, sigamos golpeando, con espíritu humilde e insistente, a la puerta siempre abierta del corazón de Dios y a las puertas de los hombres”, exhortó.
“Pidamos que se abran vías de paz, sobre todo para la querida y martirizada Ucrania. Tenemos confianza en que el Señor siempre escucha el grito angustiado de sus hijos. ¡Escuchános, Señor!”, concluyó.
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