Guerra en Ucrania: el discurso a un año de la ofensiva reveló a un Putin totalmente desconectado de la realidad
En un mensaje de casi dos horas ante un auditorio entre admirativo y perplejo, el mandatario ruso volvió a acusar a Occidente de haber “atacado” a Rusia y estimó que las sanciones sobre su país “no lograron y no lograrán nada”
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PARIS.- En un interminable discurso a la nación, con un mesianismo totalmente desconectado de la realidad, el presidente ruso Vladimir Putin acusó nuevamente a Occidente de haber “atacado” a Rusia y prometió continuar “metódicamente” su ofensiva en Ucrania, para terminar con “los neonazis” que gobiernan Kiev.
Ante toda la élite rusa, que lo escuchaba entre admirativa y perpleja, Vladimir Putin comenzó a las 12.05 (hora local) su discurso anual a la Nación en Moscú, tres días antes de cumplirse un año del lanzamiento de su ofensiva militar en Ucrania.
“Hablo en un momento difícil y clave para Rusia, en un periodo de cambios cardinales en el mundo”, declaró en su introducción.
Presentando nuevamente a su país como víctima del “ataque de Occidente”, Putin prometió proseguir su campaña en Ucrania.
“Para asegurar la seguridad de nuestro país, para eliminar las amenazas llegadas del régimen neonazi que rige en Ucrania desde el golpe de Estado de 2014, se decidió lanzar una operación militar especial. Y vamos a llevar a cabo paso a paso, cuidadosa, metódicamente, los objetivos que se presentan”, afirmó.
Putin acusó una vez más a Occidente de utilizar el conflicto de Ucrania para “terminar” con Rusia, estimando que los occidentales son “responsables” de la escalada.
“Las elites de Occidente no ocultan su objetivo: infligir una derrota estratégica a Rusia. Es decir, terminar con nosotros de una vez por todas”, insistió. Por eso, repitió como un mantra que la responsabilidad del estallido del conflicto ucraniano y de sus víctimas (…) “reside totalmente en las elites occidentales”.
Y, en otra medida para distanciarse de Occidente, anunció que Rusia suspenderá su participación en el tratado de desarme nuclear New START que firmó con Estados Unidos, e incluso amenazó con realizar nuevas pruebas nucleares si Washington las hacía primero.
Frente a la asistencia, entre los que se contaban numerosos militares que combatieron en Ucrania, y que entrecortaban su discurso con vigorosos aplausos, el jefe del Kremlin también agradeció a “todo el pueblo ruso por su coraje y su determinación”.
Como si viviera en un mundo paralelo, Putin estimó que las sanciones occidentales “no lograron y no lograrán nada”. Es verdad que la economía rusa resistió mejor de lo que habían anticipado los expertos, pero las consecuencias han sido durísimas para el país, que perdió a sus principales mercados para la energía, mientras que la Bolsa de Moscú redujo un tercio de su valor. Sin contar con el exilio voluntario de más de un millón de intelectuales y científicos rusos. Es decir, gran parte de la fuerza creativa del país.
Pero Putin insistió: “Hemos asegurado la estabilidad de la situación económica y protegido a nuestros ciudadanos”. Una protección bien relativa, si se tiene en cuenta que unos 200.000 rusos murieron en el frente, enviados como carne de cañón, sin entrenamiento ni equipamiento adecuado, para oponerse al ejército ucraniano.
Por fin, el autócrata ruso aprovechó la ocasión para presentar nuevamente a Occidente como “decadente”, estimando que la pedofilia se ha convertido en la norma social.
“Miren lo que hacen con sus propios pueblos: destruyen familias, identidades culturales y nacionales. La perversión y el maltrato de los niños, que llega hasta la pedofilia, son la norma (…), mientras los sacerdotes están obligados a bendecir los matrimonios homosexuales”, explicó.
“Absurdo”
La Casa Blanca calificó de inmediato de “absurdas” las acusaciones del jefe del Kremlin, cuando asegura que la amenaza occidental contra Rusia justificó la invasión a Ucrania.
“Nadie atacó a Rusia. Hay una suerte de absurdo en la idea de que Rusia estaba ante una forma de amenaza militar de parte de Ucrania o de alguien más”, declaró Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de la administración estadounidense.
Refiriéndose al discurso que, a su vez, debe pronunciar Joe Biden a las 17.30 (hora local) desde el palacio real de Varsovia, Sullivan declaró que el presidente “no plantearía ningún proyecto de plan para poner fin a la guerra por vía diplomática”. Biden debería concentrarse más bien en la lección que hay que sacar de la guerra en Ucrania, cuando —a su juicio— el mundo se encuentra en “un punto de inflexión” en la lucha mundial entre democracias y regímenes autocráticos.
“Sus propósitos evocarán específicamente el conflicto en Ucrania. Pero también se referirán igualmente a la lucha más amplia entre los agresores, que intentan destruir los principios fundamentales, y las democracias, que se unen para tratar de hacerlos respetar”, agregó Sullivan.
Uno desde Moscú y el otro desde Varsovia, los discursos de Vladimir Putin y Joe Biden deben ser interpretados como una forma de duelo donde cada uno intentará convencer al mundo de su propia visión, radicalmente opuesta a la de su adversario, sobre la invasión de Ucrania. Una forma de decir al resto del planeta, que después de un año de sufrimientos y muertes, ha llegado la hora de escoger el universo en el que se quiere vivir.
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