Guerra en Medio Oriente: la situación de los rehenes complica la “potente venganza” contra Hamas que prometió Netanyahu
Israel, un país marcado por crisis de rehenes en el pasado, enfrenta tal vez la peor de su historia
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JERUSALÉN.- Las opciones que tiene el primer ministro Benjamin Netanyahu para castigar a Hamas por su letal incursión en territorio israelí podrían verse acotadas por el destino que correrían los muchos israelíes capturados durante la invasión: Israel, un país marcado por crisis de rehenes en el pasado, enfrenta tal vez la peor de su historia.
Durante el dramático asalto lanzado el sábado desde la Franja de Gaza, la agrupación palestina Hamas ingresó arrasando en localidades israelíes, mató a más de 700 de sus ciudadanos, y escapó con decenas de rehenes: Israel no sufría un día peor desde la guerra de 1973.
Netanyahu prometió una “potente venganza”, pero el destino de los soldados, ancianos, mujeres y niños israelíes que fueron llevados a Gaza -el número exacto sigue siendo incierto- hace difícil que Israel pueda cumplir su promesa de retribuir de inmediato y con dureza, sin apartarse de su histórico principio de no dejar a nadie atrás.
Los israelíes, por su parte, están consternados por la incursión y por las imágenes de sus conciudadanos siendo llevados como ganado a Gaza.
“¡Ya no va a volver!”, dice sollozando una niñita israelí que perdió a su hermana, muerta en el ataque, mientras que ella y sus padres fueron tomados como rehenes. El video con su imagen fue posteado en la plataforma social X -exTwitter-, por el embajador David Saranga, alto funcionario de la cancillería israelí.
En 2011, Israel intercambió a cientos de prisioneros palestinos para lograr la liberación de un solo soldado israelí, Gilad Shalit, que había estado preso durante cinco años. Ese tipo de intercambios, que ya en ese momento fue criticado como “poco equilibrado” por muchos israelíes, parece imposible en la actual situación, ya que hay decenas de israelíes capturados.
La respuesta de Israel, con aviones de combate que atacaron objetivos en toda Gaza, ya dejó 300 palestinos muertos. Fue una típica represalia inmediata de Israel ante una escalada. Además, Tel Aviv ha desplegado miles de tropas en el sur de Israel, junto a la frontera con Gaza, de donde las fuerzas israelíes se retiraron en 2005.
Pero lo que sucederá a continuación es más difícil de determinar.
Los rehenes como “póliza de seguro”
“La cruel realidad es que Hamas tomó rehenes como póliza de seguro contra cualquier acción de represalia israelí, en especial de un ataque masivo terrestre, y para luego canjearlos por prisioneros palestinos”, dice Aaron David Miller, miembro del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
“¿Esto limita las posibles respuestas militares de Israel? Si la cifra de rehenes es grande, ¿cómo no lo haría?”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dijo que el país actuará para liberar a los rehenes, que destruirá la “infraestructura terrorista” de Hamas y que garantizará que ningún grupo terrorista en Gaza pueda volver a dañar a ciudadanos israelíes.
Pero ninguna opción es fácil. Intentar rescatar a todos los que Hamas dice tener retenidos en diferentes lugares podría poner en peligro sus vidas. Al mismo tiempo, unaprolongada negociación con Hamas sobre un intercambio de prisioneros serían una gran victoria para esearchienemigo de Israel.
Netanyahu, que encabeza uno de los gobiernos más derechistas de la historia de Israel, ha invitado a los líderes de la oposición a unirse a un gobierno de unidad, buscando ampliar el apoyo a cualquier respuesta que decida dar.
Para Netanyahu, garantizar la libertad de los rehenes entraña dolorosos recuerdos personales. En 1976, su hermano mayor murió rescatando rehenes en el aeropuerto de Entebbe, Uganda, una acción que, según Netanyahu, marcó para siempre su vida.
El teniente coronel Yonatan “Yoni” Netanyahu lideraba elequipo de asalto de 29 soldados de élite que irrumpieron en la terminal del aeropuerto para rescatar a israelíes y otros pasajeros de un vuelo de Air France que había sido desviado a Uganda por secuestradores palestinos y alemanes.
En un incidente anterior, ocurrido en 1972, hombres armados del grupo palestino Septiembre Negro tomaron de rehenes a integrantes del equipo olímpico israelí en la villa de los atletas de Múnich. En 24 horas, 11 israelíes, cinco palestinos y un policía alemán murieron en medio de la balacera.
Israel respondió enviando agentes para asesinar a los hombres que consideraba como organizadores del ataque. La supuesta operación encubierta duró años, durante los cuales varios palestinos fueron asesinados en diversos lugares de Europa y Oriente Medio.
Un desafío de otra escala
Pero la escala del desafío que presenta Gaza es muy diferente. En su larga carrera, Netanyahu se ha mostrado poco propenso a las campañas terrestres, y Gaza sería un lugar complicado para librar una guerra, donde hay más de 2 millones de personas hacinadas en una pequeña franja de tierra gobernada por Hamas, que tiene el control después de la breve guerra de 2007 con las fuerzas de seguridad leales al presidente palestino Mahmoud Abbas, radicado en Cisjordania.
Ariel Sharon, veterano de la guerra de 1973 y primer ministro cuando Israel se retiró de Gaza, en 2005, calificó la retirada israelí como dolorosa, pero dijo que mantener el control de una zona tan densamente poblada era demasiado difícil.
Netanyahu podría seguir una estrategia que conoce mejor: asesinar a los líderes de Hamas con ataques aéreos y bombas. Una de las operaciones más destacadas de este tipo fue el asesinato del jeque Ahmed Yassin, líder espiritual de Hamas, en un ataque con misiles desde un helicóptero en 2004. Pero esos ataques no lograron desalojar a Hamas de la región.
El subjefe de Hamas, Saleh al-Arouri, dijo al medio de noticias Al Jazeera que el grupo ahora tenía un gran número de cautivos israelíes y aseguró que había suficientes para asegurar la liberación de todos los prisioneros palestinos.
La Asociación de Prisioneros Palestinos estima el número de detenidos en cárceles israelíes en unos 5250.
Si Israel accediera a liberarlos a todos, sería una gran victoria para Hamas y otros grupos militantes y, por esa razón, sería una concesión políticamente difícil para Netanyahu o cualquier líder israelí.
Sin embargo, Mohanad Hage Ali, del Centro Carnegiepara Medio Oriente, dice que el único camino a seguir es el de la negociación.
“No importa cuánto perjuicio y daño les cause a los palestinos -en términos de edificios destruidos o de asesinatos de sus líderes en Gaza- porque eso no compensará el daño que Hamas ha infligido a Israel”, apunta Ali.
Maayan Lubell y Michael Georg
Traducción de Jaime Arrambide
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