Guerra en Medio Oriente: la invasión terrestre de Israel a la Franja de Gaza, entre el hermetismo y un apagón informativo
Tras una campaña aérea en la que murieron miles de palestinos, Israel inició un ataque terrestre, pero los observadores externos tardaron horas en comprender lo que ocurría: la ambigüedad era deliberada
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JERUSALÉN.- El viernes a la noche, ni bien empezó el sabbat judío, las fuerzas de infantería de Israel avanzaron en masa sobre la Franja de Gaza, pero lo hicieron tan sigilosamente que el mundo exterior tardó horas en entender lo que había pasado.
En los tres días previos al inicio de la tan anunciada invasión, los militares de Israel se movieron con esa misma ambigüedad y desafiando los pronósticos, ya que realizaron una operación terrestre más gradual que la anticipada inicialmente. Si bien Israel sigue diezmando a Gaza y su gente con bombardeos aéreos, gran parte de las fuerzas terrestres parecen haberse abstenido de ingresar en la Ciudad de Gaza, bastión de Hamas en el norte de la franja, y optaron por quedarse en márgenes de la ciudad.
Presionado por Estados Unidos para atemperar su respuesta militar contra Hamas por haber matado a más de 1400 personas en suelo israelí, el gobierno de Tel Aviv ni siquiera se ha referido a la operación militar como una invasión. La pérdida de vidas en Gaza, sin embargo, sigue en aumento: según funcionarios del gobierno de Hamas, ya han muerto más de 8000 palestinos.
“Todo está pasando entre las sombras”, dice Andreas Krieg, experto en guerras del King’s College de Londres, y agrega que “son muy pocos los que saben realmente lo que está pasando, incluso dentro de Israel”. El objetivo de esa estratégica ambigüedad, dicen los analistas, es triple.
Por un lado, busca mantener a Hamas en la incertidumbre sobre los próximos pasos de Israel. Y al menos por ahora, permite que los soldados israelíes mantengan sitiada la Ciudad de Gaza, donde Hamas ha cavado una red de túneles y fortificaciones subterráneas. De esa manera, Israel también evita, o al menos demora, los sangrientos combates urbanos dentro de la ciudad.
Además, tanta oscuridad también le sirve a Israel para ganar un poco de tiempo. No solo puede ayudarlo a aplazar las críticas, tanto internas como extranjeras, sino que le regala la oportunidad de sopesar las intenciones de los aliados de Hamas, como Hezbollah en el Líbano, que en los últimos días ya tuvo intercambio de fuego con las fuerzas israelíes cerca de esa frontera. Israel teme que esas milicias estén evaluando lanzar su propia avanzada.
La otra guerra
“La guerra moderna no se libra solo con tanques y aviones”, dice Amos Yadlin, exjefe de inteligencia militar de Israel. “Ahora existe la ciberguerra, la guerra psicológica y la guerra informativa”.
El “oscurecimiento” arrancó casi literalmente a última hora de la tarde del viernes, cuando Israel cortó todas las redes de internet y comunicaciones de Gaza, impidiendo que los gazatíes compartieran con el exterior lo que estaba ocurriendo, según un alto funcionario de Estados Unidos.
Minutos después, la Fuerza Aérea israelí bombardeó Ciudad de Gaza con una masiva descarga de misiles, destinada a empujar a los combatientes de Hamas a su topera de túneles subterráneos.
A continuación, poco después de las 18, una enorme falange de tanques, blindados, topadoras, ingenieros y tropas de infantería ingresaron a Gaza por el norte, sin que nadie los viera ni se informara de su avance. Otra columna ingresó a Gaza central, marchando desde el sur.
Con las comunicaciones cortadas, a Hamas le iba a costar mucho entender lo que pasaba o preparar una respuesta, apunta Krieg. Y también los civiles palestinos quedaron sumidos en el pavor y la incertidumbre, sin posibilidad de comunicarse para saber lo que pasaba.
Pero dentro de Israel el gobierno también trabajó mucho para distraer la atención de la inminente invasión a Gaza.
Según un alto funcionario médico de Israel, el lunes los hospitales recibieron la orden de realizar un simulacro de una hora sobre cómo lidiar con la liberación de los cientos de rehenes tomados por Hamas el 7 de octubre. Para algunos, esa orden generó la sensación de que Israel había logrado un gran avance en negociaciones secretas para liberar a los rehenes, en vez de revelar preparativos de último minuto antes de una invasión.
Y no bien arrancó la invasión, los voceros militares de Israel dejaron de atender el teléfono: el apagón informativo fue total.
Pasaron tres horas hasta que los militares anunciaron confusamente que habían “ampliado la actividad terrestre”, y más de seis horas hasta que un vocero militar confirmó que las tropas estaban dentro de Gaza.
Incluso el sábado, los militares seguían evitando referirse a la avanzada como una invasión, señalando meramente que las tropas estaban dentro del territorio. Recién por la noche el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció formalmente la “segunda fase” de la guerra, 24 horas después de haberla iniciado.
E incluso después de eso, los militares mantuvieron su actividad bajo un velo de misterio. El lunes difundieron información parcial que transmitía la impresión de un avance controlado de baja intensidad.
Frente a la prensa, Netanyahu rechazó tajantemente los pedidos de un alto el fuego, calificándolos de “pedidos de rendición de Israel ante Hamas, de rendición ante el terrorismo”. Consultado por el número de víctimas en Gaza, Netanyahu dijo que “no debe morir un solo civil”, y acusó a Hamas “de impedir que los civiles abandonan la zona de conflicto”.
Israeli tanks attack the Gaza Strip
— Sprinter (@Sprinter99800) October 31, 2023
The Al Jazeera network, citing the Palestinian Ministry of Interior, reported the arrival of Israeli tanks in Gaza.
It is reported that the tanks drove along Salahuddin Street and entered Rashid Street. pic.twitter.com/ApMBmizwkW
El Ejército difundió imágenes no verificadas que parecían mostrar tanques israelíes avanzando lentamente por las playas del norte de Gaza. Los videos también mostraban topadoras israelíes aplanando el terreno, tal vez para facilitar el paso de los tanques o destruir la infraestructura de túneles. Pero las imágenes mostraban pocos enfrentamientos reales y los datos sobre choques armados se limitaron a declaraciones escuetas y vagas.
Después de la condena internacional por el número de víctimas civiles palestinos que dejaron los bombardeos, Israel solo se ha referido a sus operaciones contra las milicias de Hamas.
Operaciones
Hamas también ha tratado de aprovechar esa vaguedad. Su ala militar reconoció enfrentamientos con las tropas israelíes, pero también solo en términos generales. “Los mujahidines sorprenden a las fuerzas enemigas que avanzan al noroeste de Beit Lahia”, decía el comunicado de Hamas del lunes.
Al parecer, esa misma tarde los soldados israelíes ya habían rodeado Ciudad de Gaza, sellando los accesos desde el norte y desde el sur, pero todavía sin enviar al grueso de las fuerzas de infantería. “Es una especie de movimiento de pinzas: los aíslan y a se aseguran de que no escape nadie”, describe Krieg.
Queda por verse si la estrategia funcionará: la verdadera prueba de fuego llegará cuando las fuerzas israelíes marchen sobre la ciudad.
“Todavía no entramos en la fase de combate urbano, donde todo se vuelve muy, muy complicado”, apunta Krieg.
Las imágenes satelitales mostraban un grupo de tanques israelíes en las inmediaciones de Beit Hanoun, una localidad a apenas unos cuatro kilómetros al noreste de Ciudad de Gaza. Otras imágenes también mostraban más blindados israelíes agrupados a menos de tres kilómetros al norte de Ciudad de Gaza. En un video publicado el domingo en las redes sociales y verificado por The New York Times puede verse a dos soldados izando una bandera israelí sobre un hotel frente a la playa.
Los expertos militares israelíes describen la invasión como gradual y en etapas. “No es una guerra relámpago como las que vimos en la Segunda Guerra Mundial”, dice el general Yadlin. “Es un avance muy lento para asegurarnos de matar a todos los terroristas, limpiar todos los túneles y también para proteger a nuestras tropas. En este caso, moverse rápido no es una buena idea”.
Para los civiles palestinos, sin embargo, la invasión implica una amenaza de vida aún mayor.
En un video publicado el lunes y verificado por The New York Times puede verse un tanque israelí en la ruta al sur de Gaza disparando contra lo que según el periodista que lo filmó era un automóvil civil. Cuando vio que el auto se acercaba, el periodista Youssef Al-Saifi intentó en vano advertirle al conductor del riesgo que corría.
“El auto venía a toda velocidad y le grité al conductor para que se desviara”, dice Al-Saifi. “Pero él no creyó que ahí había un tanque a punto de dispararle”.
Patrick Kingsley y Ronen Bergman
Traducción de Jaime Arrambide
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