Guerra en Medio Oriente: la ayuda empezó a entrar a Gaza desde Egipto y crecen los llamados a un “alto el fuego humanitario”
Por primera vez desde el ataque de Hamas ingresó un convoy de 20 camiones con agua, comida, medicamentos y ataúdes; la ONU lo consideró “insuficiente” y Blinken pidió que el cruce de Rafah permanezca abierto; sin avances en una cumbre en El Cairo
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JERUSALÉN.- Fue considerada “una gota en el océano” que de momento no cambiará la catástrofe humanitaria en curso. Pero finalmente un primer convoy de 20 camiones con agua, comida, medicamentos y ataúdes pudo entrar este sábado a la Franja de Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, limítrofe con Egipto. En medio de banderas egipcias que eran agitadas y aplausos, según pudo verse en imágenes televisivas, la ayuda llegó después de dos semanas de asedio y bombardeos israelíes contra el enclave palestino, en represalia por el ataque sorpresa del grupo terrorista Hamas del sábado 7 de octubre, considerado aquí un “segundo Holocausto”.
El ingreso de los camiones no alivió la situación de la mayoría de las más de 2 millones de personas del enclave, sin luz, agua, comida, medicamentos y que se vio obligada a trasladarse en masa hacia el sur, sin saber dónde refugiarse, en vista de una invasión terrestre israelí en teoría inminente, pero en verdad, aún en veremos.
La apertura del paso fronterizo de Rafah llegó luego de días de disputas diplomáticas sobre las condiciones de entrega de la ayuda y 48 horas después del anuncio que había hecho el presidente norteamericano, Joe Biden, de un acuerdo con Israel con ese fin, al final de su visita relámpago del miércoles pasado.
La apertura de Rafah -suplicada desde hace dos semanas por organismos internacionales, que advirtieron de la difusión de enfermedades por falta de agua potable- implicó la llegada de 20 camiones con agua, comida, medicamentos y ataúdes. Pero no de combustible, necesario para que funcionen los generadores que sirven no sólo para electricidad y las bombas de agua, sino para el funcionamiento de equipamientos para oxígeno de hospitales, al borde del colapso.
Según una fuente palestina involucrada en las negociaciones para que pueda llegar a Gaza asistencia humanitaria, contactada por el diario Haaretz, Israel permitió la entrada de este primer convoy sólo porque Hamas por primera vez liberó a dos de los más de 200 rehenes -madre e hija, estadounidenses-, el viernes.
“El funcionario agregó que Israel dejó claro que cualquier ayuda que entre sin coordinación y como parte de la liberación de rehenes será atacada si ingresó a la franja”, escribió Haaretz.
Pese a que la cantidad de ayuda que llegó al enclave fue considerada insuficiente, la apertura de la frontera de Rafah fue recibida con beneplácito por la comunidad internacional, preocupada por una situación cada vez más candente e imágenes de destrucción y muerte que están incendiando los ánimos de muchos países árabes.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, pidió que el cruce de Rafah permanezca abierto “para permitir el movimiento continuo de ayuda, que es imperativo para el bienestar del pueblo de Gaza”.
Blinken -que fue el primer alto funcionario en visitar Israel tras el feroz ataque sorpresa de Hamas, que dejó 1400 israelíes muertos y más de 200 rehenes- agradeció a Egipto, Israel y las Naciones Unidas por ayudar a facilitar el convoy de 20 camiones. Y, en declaraciones que reflejaron la preocupación por los bombardeos de represalia, que entraron en su día 15, Blinken también dijo que Estados Unidos “enfatizará la importancia de respetar la ley de la guerra”.
De hecho, crece en forma dramática el saldo de muertos en Gaza: según fuentes del Ministerio de Salud palestino, desde el inicio de la operación israelí fallecieron 4385 palestinos, entre ellos 1756 niños y 967 mujeres, y hubo 13.561 heridos. A este balance se sumaban otros 84 palestinos muertos en Cisjordania desde el 7 de octubre y más de 600 arrestados en manifestaciones.
Para entender la frustración de los organismos internacionales como el Programa Mundial de Alimentos, que dijo que tenía varias toneladas de ayuda en Egipto, desde Gaza explicaron que normalmente suelen entrar cada día 500 camiones con bienes y mercaderías de todo tipo. No por nada la Media Luna Roja Palestina consideró la ayuda ingresada una fracción mínima de lo que realmente se necesita. Unicef dijo que fue permitida la entrada de 4000 botellas de agua, que consideró “una gota en el océano” para una población que está tomando agua de mar o agua de pozos que está sucia y no es segura, por lo que se teme la aparición de enfermedades.
Cumbre árabe
La apertura del paso fronterizo de Rafah coincidió, por otro lado, con una cumbre por la paz de países árabes y europeos convocada en El Cairo por el presidente egipcio, Abdelfattah al-Sisi, para intentar un cese del fuego. Esta reunión internacional, que terminó sin acuerdos, tuvo tres grandes ausentes: Israel, Estados Unidos e Irán.
Durante la sesión de apertura inicial y tras condenar tanto los ataques contra la población israelí como la respuesta israelí contra Gaza, que consideró “un castigo colectivo para la población palestina”, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió algo que aparece hoy imposible: un alto el fuego inmediato.
Guterres -una voz con escaso peso- habló de una serie de “objetivos claros a largo plazo”, que pasan por “el acceso inmediato y constante de ayuda humanitaria para Gaza”, la “liberación incondicional” de todos los rehenes por parte de Hamas y el “fin inmediato de la violencia” que, advirtió, corre el riesgo de extenderse a toda la región. Aunque también agradeció a Egipto la demorada apertura del paso de Rafah -bombardeada por Israel durante su ofensiva de las últimas dos semanas-, coincidió con que 20 camiones eran insuficientes. “El pueblo de Gaza necesita un compromiso para mucho, mucho más: una entrega continua de ayuda en la escala que se necesita”, dijo.
Por su parte, Israel -que advirtió que si las mercancías llegaran a manos de Hamas volverá a impedir cualquier acceso de convoyes humanitarios- sigue postergando la ofensiva terrestre. Su objetivo es “borrar a Hamas de la faz de la Tierra”. En este marco, anunció haber asesinado a varios cabecillas del grupo, incluso uno que vivía en Cisjordania, y que había efectuado incursiones en Gaza para recolectar información de inteligencia sobre el paradero de los rehenes.
Se cree que la demora tiene que ver con la situación de los 210 rehenes, entre los cuales hay varios extranjeros, según una nueva cifra. Además, porque hay que avanzar con pies de plomo. Los comandantes saben que el grupo terrorista, que durante dos años planificó un asalto sorpresa que humilló a Israel, seguramente también se preparó para resistir a una consecuente invasión terrestre. “Podría haber trampas en los túneles de Gaza y podría darse una masacre de soldados que no sé si la opinión pública, ya totalmente bajo shock, puede tolerar”, comentó un exdiplomático israelí.
Aunque este viernes fueron liberadas las primeras dos rehenes estadounidenses (madre e hija) por “motivos humanitarios” y tras una mediación de Qatar, un vocero de Hamas que se manifestó dispuesto a negociar una liberación de los civiles lo antes posible reveló que no habría tratativas en cuanto al destino de los soldados capturados -serían gran parte de los más de 200 rehenes- si Israel no detiene su “agresión” contra Gaza.
“Nuestra posición en cuanto a los miembros del Ejército de Israel cautivos es clara: está vinculada con el [posible] intercambio de prisioneros y no lo vamos a discutir hasta que Israel no frene su agresión contra Gaza y los palestinos”, dijo Osama Hamdan, referente de Hamas, desde el Líbano. Además, lanzó una amenaza: si Israel ejecutara una ofensiva terrestre en Gaza, “lo que experimentaron el 7 de octubre no será nada en comparación a lo que sufrirán”.
Mientras en el norte de Israel la tensión seguía debido a enfrentamientos cruzados con la milicia pro-iraní Hezbollah, parece impensable, de todos modos, que se frene la ofensiva terrestre en Gaza.
“El Ejército israelí lanzó en el norte de la franja folletos y envió mensajes a la población, en los que advirtió básicamente que cualquier civil que decida no evacuar y trasladarse al sur puede ser considerado parte de Hamas y, por lo tanto, un blanco”, denunció Giulia Marini, del centro Al-Mazan para los derechos humanos de Gaza.
“Esto va en contra de los principios más básicos de la ley internacional humanitaria, que llama a diferenciar a los civiles de los combatientes. Los civiles que no quieren o no pueden evacuar el norte de Gaza tienen derecho a ser protegidos de acuerdo con la ley internacional humanitaria”, agregó.
Más tarde, un vocero militar israelí confirmó que Israel planea aumentar los ataques aéreos a partir de este sábado. En el marco de un desfile de líderes occidentales que no se detiene y que viajan para demostrar su solidaridad a un Israel golpeado, aterrizó por la noche aquí la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. El martes hará lo mismo el presidente francés, Emmanuel Macron.
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