Guerra en Medio Oriente: Israel busca destruir a Hamas, pero ¿qué pasaría luego en Gaza?
En Israel, son muchos los que piensan que castigar a los responsables del ataque del fin de semana pasado es más importante que determinar qué ocurrirá luego del hipotético fin del grupo terrorista
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TEL AVIV.- Israel prepara una invasión terrestre de la Franja de Gaza con un objetivo claro: destruir la capacidad de Hamas para gobernar allí. Pero Israel no dio detalles sobre lo que ocurrirá después de la gran ofensiva, y no hay buenas opciones a disposición.
“Destruiremos el gobierno de Hamas”, dijo en Tel Aviv el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, tras una reunión con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin. “Eliminaremos las capacidades militares de Hamas. Nos aseguraremos de que esta amenaza no exista en nuestras fronteras. Será largo. Será letal. Será potente. Y será para siempre”, agregó Gallant. Pero hay otra pregunta importante: ¿qué vendrá después de Hamas?
Según ex y actuales funcionarios israelíes, para Israel no hay ninguna alternativa buena. El arco de posibilidades va desde volver a ocupar militarmente Gaza hasta retirarse por completo después de la guerra y dejar que los palestinos lo resuelvan por su cuenta.
“Me importa un comino”, dice Jacob Nagel, que fue asesor de seguridad nacional del primer ministro Benjamin Netanyahu y está en contacto con funcionarios del gobierno israelí. “Mucho más importante es actuar y terminar con el problema. Y recién después podremos decidir qué hacer”.
“Yo solía decir: pienso y luego actúo. Pero lo que sucedió este fin de semana cambió todas las reglas”, agrega Nagel. Los militares y los líderes políticos israelíes de todo el espectro político coinciden con él.
Un funcionario estadounidense dice que hasta el momento se ha dialogado muy poco con los funcionarios israelíes acerca del día después de Hamas. Según el funcionario, Israel debería pensar en las consecuencias y no apresurarse a entrar en guerra sin una estrategia de salida. “No hay ningún plan”, dice el funcionario. “Si destruimos Hamas, ¿quién va a llenar el vacío? Destruimos a Al-Qaeda y apareció Estado Islámico. Si destruimos Hamas, aparece Hamas 2.0″, añade.
Desde que Hamas tomó el control de la Franja de Gaza, Israel libró cuatro guerras en el aislado enclave mediterráneo. Esta vez será diferente.
En el pasado, Israel no apuntaba a alcanzar una victoria decisiva en Gaza. De hecho, Israel trataba a Hamas como un mal necesario en su frontera sur, un enemigo peligroso al que no podía erradicar por temor a que algo peor ocupara su lugar.
Cambio de paradigma
Durante los 16 años del gobierno de Hamas en Gaza, los líderes israelíes lograron una incómoda distensión con los militantes y adhirieron a la idea de que el objetivo del grupo, es decir, destruir Israel, sería mitigado a medida que ganara poder político y asumiera las responsabilidades de gobernar Gaza. Israel permitió que Qatar y otros países de la región inyectaran miles de millones de dólares en Gaza para garantizar la alimentación, la energía y el agua corriente.
Israel respondía a los grandes ataques con campañas militares punitorias diseñadas para amedrentar a Hamas y debilitar su capacidad para realizar nuevos ataques. Es una estrategia que los funcionarios israelíes describieron como “cortar el césped”, para indicar que se actuaba sobre el problema superficial sin atacarlo de raíz. Los líderes israelíes de todo el espectro político adhirieron a ese enfoque, principalmente porque existían pocas alternativas buenas.
El paradigma cambió tras la matanza masiva de israelíes del fin de semana pasado. Ahora Israel se prepara para su mayor campaña militar en Gaza, destinada a terminar con el gobierno de Hamas.
Si fuera eliminado en los hechos, una opción que baraja Israel es enviar sus fuerzas para volver a ocupar la Franja de Gaza, como hizo hasta 2005. Israel controló durante años la zona luego de sustraerla del control egipcio durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.
En la década de 1990, cedió el control político del enclave a los palestinos y, en 2005, retiró la totalidad de sus fuerzas militares y sus miles de colonos.
Michael Milshtein, exfuncionario de inteligencia en el Ejército israelí, dice que la idea es problemática. “Significa que Israel debería ser responsable de 2,2 millones de personas, en su mayoría pobres”, dice Nagel. “Y, desde luego, habría mucha resistencia. Sería muy similar a la situación de Irak después de 2003, cuando Estados Unidos tomó el Estado. No creo que Israel quiera atravesar esa misma situación”.
Otra idea que gana terreno es que Israel aplaste a Hamas, se retire de Gaza y deje que los palestinos y sus aliados determinen lo que vendrá. Esa opción conlleva un conjunto de problemas, como allanar el camino para que el vacío lo llenen fuerzas aún más extremistas.
Una tercera posibilidad sería el regreso de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que cuenta con respaldo de Estados Unidos y gobierna Cisjordania.
Pero la debilitada ANP, con sede a unos 80 kilómetros, en la ciudad de Ramallah, en Cisjordania, no está en Gaza desde 2007, cuando fue expulsada por Hamas, y todos los esfuerzos políticos para permitir su regreso al poder en el enclave fracasaron.
Otra alternativa sería una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, por lo menos de manera temporaria. Pero no se sabe qué países estarían dispuestos a comprometer una cantidad significativa de tropas para ayudar a estabilizar Gaza, devastada por la guerra.
Margherita Stancati y Dion Nissenbaum
Traducción de Ignacio Mackinze
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