Grieta política: Estados Unidos entró en la “fase del Covid rojo”
La diferencia de vacunados y de muertes entre demócratas y republicanos es cada vez más grande
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NUEVA YORK.- El patrón partidario del Covid se está volviendo más extremo.
Durante los primeros meses de la campaña vacunación, varios grupos demográficos importantes se quedaron atrás, incluidos los afroamericanos, los latinos y los votantes republicanos.
Ahora, las brechas raciales, aunque aún existen, se han reducido. Sin embargo, la brecha partidista sigue siendo enorme. Una encuesta del Pew Research Center el mes pasado encontró que el 86% de los votantes demócratas habían recibido al menos una dosis, en comparación con el 60% de los votantes republicanos.
La grieta política sobre las vacunas es tan grande que casi todos los estados azules (los mayoritariamente demócratas) ahora tienen una tasa de vacunación más alta que casi todos los estados rojos (mayoritariamente republicanos). confiables.
Debido a que las vacunas son tan efectivas para prevenir enfermedades graves, las muertes por Covid también muestran un patrón partidista. El coronavirus sigue siendo una crisis nacional, pero sus peores efectos se concentran cada vez más en parte roja de Estados Unidos.
Los números estado por estado pueden subestimar el patrón real, porque cada estado tiene áreas tanto progresistas como conservadoras. Pero cuando se observa a nivel de condado, la brecha puede parecer aún más marcada.
Vale la pena recordar que el Covid siguió un patrón diferente durante más de un año después de su llegada a los Estados Unidos.
En un principio, a pesar de las diferencias generalizadas en el uso de barbijos, y la investigación científica que sugiere que estos reducen la propagación del virus, la pandemia fue peor en las regiones azules. Evidentemente, los barbijos no eran lo suficientemente poderosos para superar otras diferencias regionales, como la cantidad de viajes internacionales que fluyen a través de las principales áreas metropolitanas, que tienden a ser políticamente liberales.
Pero la vacunación ha cambiado la situación. Las vacunas son lo suficientemente poderosas como para superar otras diferencias entre las áreas azul y roja.
Algunas comunidades de tendencia progresista, como muchos suburbios de Nueva York, San Francisco y Washington, así como gran parte de Nueva Inglaterra, tienen tasas de vacunación tan altas que incluso los no vacunados están parcialmente protegidos por el bajo número de casos.
Las comunidades conservadoras, por otro lado, han sido golpeadas por la variante delta altamente contagiosa. Desde que la delta comenzó a circular ampliamente en los Estados Unidos, el coronavirus ha cobrado un terrible número de muertos en el “país rojo”: en los condados donde Donald Trump recibió al menos el 70% de los votos, el virus mató a aproximadamente 47 de cada 100.000 personas desde el final de Junio, según Charles Gaba, analista de atención médica.
En los condados donde Trump ganó menos del 32% de los votos, el número es de aproximadamente 10 de cada 100.000.
Y la brecha probablemente seguirá creciendo.
¿Por qué está sucediendo?
Parte de la brecha de vacunación se debe a los instintos libertarios de muchos republicanos. “Entienden la libertad como dejarlos solos para tomar sus propias decisiones, y les molesta que les digan lo que tienen que hacer”, escribió William Galston en The Wall Street Journal.
Pero la filosofía es solo una explicación parcial. En gran parte del resto del mundo, las actitudes frente a las vacunas no varían entre la derecha y la izquierda, y algunos líderes conservadores han respondido eficazmente al Covid. También lo han hecho algunos gobernadores republicanos en los Estados Unidos. “No tenía que ser así”, escribió German López de Vox.
Lo que distingue a Estados Unidos es un partido conservador, el Partido Republicano, que se ha vuelto hostil a la ciencia y la evidencia empírica en las últimas décadas. Un complejo de medios conservador, que incluye Fox News, Sinclair Broadcast Group y varios medios en línea, se hace eco y amplifica esta hostilidad. Trump llevó el pensamiento conspirativo a un nuevo nivel, pero no lo creó.
“Con muy poca resistencia de los líderes del partido”, escribió mi colega Lisa Lerer este verano, muchos republicanos “han elevado las falsedades y dudas sobre las vacunas desde los márgenes de la vida estadounidense al centro de nuestra conversación política”.
Preocupación
Con el aumento del recuento de muertos, al menos algunos republicanos parecen estar preocupados por lo que su partido y sus aliados han sembrado.
En un artículo de este mes para Breitbart, el sitio web de derecha anteriormente dirigido por Steve Bannon, John Nolte argumentó que la brecha partidista en las tasas de vacunación era parte de un complot progresista. Progresistas como el presidente Joe Biden, Nancy Pelosi, el doctor Anthony Fauci y Howard Stern se han esforzado mucho por persuadir a la gente para que se vacune, porque saben que los votantes republicanos harán lo contrario de lo que digan, escribió Nolte.
Su argumento es ciertamente extraño, dado que los políticos demócratas han estado implorando a todos los estadounidenses que se vacunen y muchos políticos republicanos no. Pero Nolte ofreció un vistazo al creciente temor político entre algunos republicanos.
“En este momento, un sinnúmero de partidarios de Trump creen que están ayudando a la izquierda al negarse a recibir una vacuna que salve vidas”, escribió. “En un país donde las elecciones se deciden con márgenes muy estrechos, ¿no beneficia a un lado si sus oponentes simplemente caen muertos?”
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