Grieta entre aliados: Belarús detiene a 32 mercenarios rusos leales al Kremlin
PARÍS.- ¿Auténtico operativo ruso de desestabilización? ¿Pretexto para anular unas elecciones que se anuncian peligrosas para el autócrata de Belarús, Alexander Lukachenko? Lo cierto es que Minsk anunció hoy la detención de 32 "combatientes" rusos del grupo militar privado Wagner, considerados como allegados al Kremlin, sospechados de haber preparado "actos terroristas".
"Todos los detenidos son sospechosos de preparar actos de terrorismo en Belarús", indicó a la prensa el secretario de Estado del Consejo de Seguridad Nacional, Andrei Ravkov. El funcionario confirmó, además, que aún son buscados otros 170 individuos y que un trigésimo-tercer hombre fue detenido en el sur del país, en la región de Gomel.
Históricamente aliados, Rusia y Belarus mantienen desde 2019 relaciones cada vez más tensas. Desde entonces, Lukashenko acusa a Moscú de querer convertir a su país en vasallo ruso y de tratar de influir en las elecciones generales del 9 de agosto.
La operación, realizada por los servicios de seguridad bielorrusos, se produce en un momento complicado para esa república exsoviética, enclavada en Europa del Este, vecina de Polonia , Ucrania , Lituania, Letonia y Rusia, y gobernada con mano de hierro desde 1994 por Lukashenko (66 años), considerado como "el último dictador de Europa".
Ese país se halla, en efecto, en el último tramo de una campaña electoral marcada por una inhabitual movilización en favor de la oposición, blanco de una brutal represión contra los manifestantes y los adversarios políticos del autócrata, candidato a un sexto mandato.
Según la ONG Viasna, varias decenas de militantes anti-régimen fueron detenidos por la policía, cada vez que trataban de reunir firmas para que líderes de la oposición pudieran presentarse a las elecciones.
"Si son ciudadanos rusos, y después de los interrogatorios así lo creo, es necesario dirigirse de inmediato a las instancias rusas para que expliquen qué sucede", declaró hoy Lukashenko durante una reunión de urgencia de su Consejo de Seguridad. Poco después, la embajada de Rusia en Minsk reconoció haber sido "oficialmente informada del arresto de 32 ciudadanos rusos", sin más detalles.
Pero la situación es extremadamente confusa. El grupo Wagner, fundado por un allegado a Vladimir Putin , es conocido por ser utilizado por el Kremlin para intervenir en el extranjero cuando no quiere verse oficialmente asociado. Esos mercenarios, que aparecieron por primera vez en el Este de Ucrania en 2014, fueron también desplegados en Libia y en Siria , aunque Moscú siempre negó tener algo que ver con ellos.
Ultra entrenados, es curioso que los servicios de inteligencia bielorrusos hayan podido detenerlos con tanta facilidad. La televisión pública de Minsk difundió imágenes obtenidas por las cámaras de videovigilancia, donde se los ve llegando a un hotel y después cuando son detenidos. Los bielorrusos también pudieron ver fajos de dólares, pasaportes rusos y manuales de instrucción de material militar que les fueron incautados.
El episodio es considerado con preocupación por los especialistas. Las relaciones entre Rusia y Belarus son, en apariencia, cordiales. Según el discurso oficial, los únicos motivos de tensión están ligados a contenciosos en el terreno energético. Más precisamente a la fiscalidad petrolera rusa, que provoca una auténtica fragilidad en su vecino. Belarus debería ver aumentar el costo de sus importaciones de petróleo entre 8000 y 12.000 millones de dólares antes de 2024.
Pero, eso no es todo. Según un estudio del instituto Chatham House, los vectores de vulnerabilidad -o de influencia rusa- superan ampliamente la cuestión energética. En la lista están: la dependencia económica, la interconexión de las elites, la imbricación cultural, religiosa, militar, etc.Rusia es el principal socio comercial de Belarus, con 50% de sus exportaciones y 60% de sus importaciones. También representa la totalidad de sus importaciones energéticas.
Esa múltiple dependencia ha sido utilizada como primer argumento para evocar, desde hace meses, una posible "anexión" de Belarus por Moscú.
¿Acaso la presencia del grupo Wagner en el país presagia una operación rusa de mayor envergadura, como sucedió en Georgia en 2008, cuando los tanques rusos entraron en esa república exsoviética en defensa de los separatistas aliados de Moscú de la provincia de Osetia del Sur? ¿O se trata de una manipulación orquestada entre Minsk y el Kremlin para que Lukashenko avance en los sondeos? Difícil decirlo.
En ese marco de inestabilidad, Lukashenko y Putin se reunieron varias veces estos últimos meses para tratar de resolver diferendos.
"Con estas elecciones, Lukachenko se juega su futuro", afirma Timothy Ash. El analista en BlueBay Asset Management estima que este incidente podría ser el pretexto para que el presidente bielorruso anule unas elecciones que no está nada seguro de ganar.
Todos los candidatos a la presidencia fueron invitados hoy a la Comisión Electoral Central. Desde su llegada al poder, Lukashenko no permitió que emergiera ningún tipo de oposición seria. Los principales líderes opositores fueron encarcelados, sus partidarios y sus familias perseguidos.
Esta vez, sin embargo, la campaña fue galvanizada por la llegada de caras nuevas: su principal adversaria será Svetlana Tikhanovskaïa, que remplazó a su marido, el blogger Sergei Tikhanovski, encarcelado en mayo en plena popularidad.
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