Grecia: asesinó a su esposa, inventó un robo para taparlo y comenzó una campaña para pedir justicia
Babis Anagnostopoulos, el femicida de Caroline Crouch, terminó confesando luego de ocho horas de interrogatorio
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Caroline Crouch, una mujer británica que vivía en Grecia, fue torturada hasta la muerte durante un supuesto robo. Al menos así lo aseguraba la historia del esposo de la víctima, que recorrió los canales de televisión tanto británicos como griegos exigiendo Justicia por el caso. Sin embargo, la investigación oficial determinó que, en realidad, se trató de un femicidio perpetrado por el mismo esposo, que inventó la historia de un crimen para esconder la verdad.
Crouch tenía 20 años y estaba casada con Babis Anagnostopoulos, un piloto de helicóptero griego de 32 años. Ambos tenían una hija de 11 meses y vivían en el barrio de Glyka Nera, en Atenas. Según la versión de Anagnostopoulos, el 11 de mayo la familia fue víctima de un robo en el que la mujer fue torturada y asesinada frente a su bebé, mientras él se encontraba atado en la habitación de al lado. De acuerdo a su relato, tres hombres encapuchados ingresaron a la casa mientras otro de la misma banda vigilaba en el exterior.
Adentro, supuestamente, los delincuentes exigieron saber dónde estaba el dinero y amenazaron con matar a la niña. El hombre dijo que fue amordazado y atado a una silla en una de las habitaciones de la casa, desde la que pudo escuchar todo, incluyendo el momento en el que estrangularon al perro de la familia porque no paraba de ladrar.
Las mentiras del femicida
En un testimonio que luego se comprobó que era falso, Anagnostopoulos contó que todo comenzó a las 5 de la mañana y que la banda terminó llevándose 13 mil libras en joyas antes de escapar. Las repercusiones del trágico hecho estuvieron a la altura de la gravedad del caso: el hombre dio conmovedoras entrevistas para la televisión británica y griega, en las que habló del salvaje ataque que sufrió su familia e, incluso, ofreció una recompensa para cualquiera que pudiera aportar datos sobre los autores del hecho.
“Ojalá nadie pase por lo que pasamos anoche”, dijo el piloto a los medios de comunicación, el día después de asesinar a su esposa. “Fue una pesadilla. Rogamos a los ladrones que no nos hicieran daño. Les dijimos dónde estaba el dinero y les pedimos que nos dejaran en paz. La policía los atrapará”, agregó. Sus testimonios continuaron durante el velatorio de la mujer durante el cual se mostró abrazado a su suegra. También dio un desgarrador discurso.
Durante 37 días las autoridades investigaron el hecho, con la fuerte sospecha de que Anagnostopoulos fue el verdadero responsable del crimen. Finalmente, el hombre fue citado a declarar. Durante ocho horas, los oficiales hicieron minuciosas preguntas sobre el asesinato y su versión de la historia y las incongruencias se hicieron notar, por lo que el femicida debió contar lo que realmente ocurrió el 11 de mayo.
Así, Anagnostopoulos confesó que asfixió a Crouch con una almohada frente a la hija de ambos y luego plantó evidencia que pudiera sostener su historia: estranguló a su perro y revolvió la casa. El hecho habría ocurrido luego de que la mujer le anunciara que quería divorciarse. “Esa noche estábamos peleando desde temprano”, manifestó. “En un momento ella tiró al bebé en la cuna y me dijo que saliera de la casa. Me empujó, me golpeó y perdí los estribos, la asfixié con la almohada. Entonces inventé el robo”, agregó.
Ahora, el piloto comunicó a través de su abogado, Vassilis Spyrou, que “está arrepentido” y que quiere que la justicia haga su trabajo. “Lo siento. Quiero ser castigado por lo que hice”, contó el letrado que le dijo su defendido. “Está arrepentido y que quiere pagar”, agregó Spyrou, que manifestó que el piloto se sintió “aliviado” luego de su confesión.
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