Graban a “la orca más solitaria del mundo” golpeando su cabeza contra su tanque

Kiska, una ballena apodada “la orca más solitaria del mundo”, fue grabada mientras golpeaba su cabeza contra el lateral de su recinto en un parque acuático de Canadá. Las imágenes, que fueron captadas por un activista que está en contra de mantener a los animales en cautiverio, demuestran el peligro en el que se encuentra el imponente mamífero marino.

El defensor de la vida silvestre, Phil Demers, grabó el angustiante video en el que se puede ver el sufrimiento de Kiska, llamada “la orca más solitaria del mundo” según la organización sin fines de lucro Whale Sanctuary Project, y reclamó su inmediata liberación.

Demers pidió a las autoridades del parque Marine Land de Ontario que le concedan la libertad a Kiska, quien es la única ballena que se encuentra en el establecimiento en la actualidad.

El activista solía trabajar en el parque, pero cambió de opinión al observar los tratos que recibían los animales. Por esta razón, está intentando concientizar a las personas sobre la difícil situación que viven los mamíferos marinos en cautiverio.

El defensor de la vida silvestre publicó las imágenes en su cuenta de Twitter (@walruswhisperer) con el siguiente mensaje: “Este video fue grabado el 4 de septiembre de 2021. Activistas contra el cautiverio entraron en Marine Land y observaron a Kiska, su última orca superviviente, golpeándose la cabeza contra la pared. Por favor, miren y compartan. Esta crueldad debe terminar #FreeKiska”.

Además, el activista compartió un segundo clip grabado desde un dron. “Otro ángulo. Este es un comportamiento peligroso y autolesivo. Kiska está en peligro”, publicó Demers.

Kiska, de 44 años, estuvo viviendo en cautiverio desde que fue capturada, en 1979, frente a la costa de Islandia. Y desde 2011 está completamente sola en su recinto después de que todas las demás orcas de su tanque murieran, incluidas sus cinco crías.

“Quiero que Kiska sea llevada a una instalación provisional con otras orcas hasta que se construya el Proyecto de Santuario de Ballenas en Nueva Escocia”, explicó Demers. Y agregó: “Los visitantes pueden apoyar la cruzada del Santuario de Ballenas así como a todos los denunciantes de maltrato animal”.

Rob Lott, activista de la organización Whale and Dolphin Conservation y el responsable de la campaña para poner fin al cautiverio de Kiska, declaró que el comportamiento del cetáceo es “un resultado directo y relacionado con el estrés de haber criado a la orca islandesa salvaje en un entorno artificial y de hormigón durante las últimas cuatro décadas”.

“Lamentablemente, esto no es único y el comportamiento repetitivo y autoinfligido mostrado por Kiska se ha visto en otras orcas cautivas en las que los años de aburrimiento en tanques estériles y con poca o ninguna estimulación, se manifiesta de esta manera”, manifestó Lott al sitio de noticias iNews.

Además, el responsable de la campaña para poner fin al cautiverio de Kiska contó las consecuencias de mantener en cautiverio al animal. “El estrés crónico puede comprometer el sistema inmunológico y la fisiología de las orcas cautivas, causando enfermedades, y a veces, la muerte. Kiska está sola y sin una orca de compañía desde 2011. Y está privada de todos los aspectos de la cultura social que habría experimentado en la naturaleza”, dijo Lott.

“Las orcas, y de hecho todas las ballenas y delfines, no son candidatos factibles para la vida en cautiverio”, concluyó de manera categórica.

Por esta razón, Demers inició una campaña en el sitio GoFundMe para recaudar el dinero necesario para ayudar a la liberación de todos los mamíferos marinos que aún se encuentran en cautiverio. Hasta ahora, logró juntar más de 200.000 dólares.

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