Golpes bajos y agresiones: la pelea entre Lula y Bolsonaro entró en el terreno del “vale todo”
Ambas campañas se han enfocado en fomentar el rechazo a su adversario a través de acusaciones y videos montados en redes sociales
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BRASILIA.- A dos semanas de la segunda vuelta electoral, las campañas del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) entraron en modo “vale todo” en busca de votos.
Acusaciones de canibalismo, videos montados en los que se acusa a un candidato de estimular el delito, desinformaciones cruzadas y material oficial de campaña con golpes abajo de la cintura.
La definición de las elecciones brasileñas está antecedida por una “campaña sucia”, con los dos candidatos esforzándose por aumentar el rechazo de su adversario para el ballotage del 30 de octubre.
Los candidatos están debatiendo por primera vez mano a mano y rumbo a la segunda vuelta desde las 20 en San Pablo. Un enfrentamiento que está a tono con la campaña: plagado de golpes bajos y agresiones.
“Estamos ante el secuestro de cualquier debate programático en relación a la economía o políticas públicas, en detrimento de una campaña de odio y apelación a la emotividad”, dijo a LA NACION Leandro Consentino, politólogo del Insper de San Pablo.
Bolsonaro vinculó esta semana a Lula da Silva con la población carcelaria de Brasil, y llevó a la propaganda transmitida en el horario electoral de radio y televisión la idea de que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) es el preferido de los criminales.
“¿Usted sabe donde Lula tuvo más votos en la primera vuelta? En las cárceles y presidios”, dijo una locutora en la pieza publicitaria.
La campaña del mandatario brasileño rescató también declaraciones antiguas de su adversario, en las que el expresidente lamentaba la violencia policial contra menores de edad que cometían delitos, para intentar reforzar el mensaje de que el PT defiende criminales.
Por su parte, la campaña de Lula intentó lastimar a Bolsonaro con piezas publicitarias cuestionando el compromiso del presidente con la agenda de costumbres conservadoras, uno de los fundamentos de su alta popularidad entre el electorado evangélico.
“La campaña del PT niveló el nivel de agresividad respecto al bolsonarismo, giró la llave después de una primera vuelta en la que mostró una campaña positiva, intentando suavizar la imagen de Lula”, dijo Adriano Laureno, analista de la consultora Prospectiva.
El PT rescató declaraciones del presidente en la que dijo haber discutido con su esposa el aborto de uno de sus hijos y también lo asoció al canibalismo, con un fragmento de una entrevista concedida a The New York Times en 2016 en la que Bolsonaro admitió haber estado dispuesto a comer carne humana en la visita al ritual de una tribu indígena.
Luego de una presentación frente al Tribunal Superior Electoral, la corte retiró del aire esa propaganda por entender que se trataba de una distorsión del sentido original de la declaración del mandatario a The New York Times.
El sábado, en tanto, la campaña del PT subió los ataques con una nueva propaganda que, con diversos cortes periodísticos sobre investigaciones de corrupción contra la familia presidencial, acusa a Bolsonaro y a su clan de estar ligado a milicias y sicarios.
“¿Esto es una familia o una cuadrilla?”, se pregunta la locutora, al final del video.
“El PT ha copiado los diferentes métodos de Bolsonaro, la forma de comunicación en las redes e incluso propuestas, como la ampliación del programa asistencial Auxilio Brasil, para evitar que consiga atraer electores”, explicó Laureano.
Según Consentino, la campaña “sucia” está impulsada por el perfil polarizante de los dos candidatos, Lula y Bolsonaro, y por el papel del rechazo en la segunda vuelta.
“Ahora se vota más para evitar quién no quiero ver en la presidencia, aumentar el rechazo del otro es fundamental”, dijo el profesor del Insper.
Bolsonaro diz que é a favor da família e das crianças, mas corta 97,5% da verba destinada para a construção de creches. Enquanto Bolsonaro não se importa com a educação infantil, Lula propõe expandir as creches e escolas em tempo integral. #EquipeLulahttps://t.co/v2z5vZiNQy pic.twitter.com/LWQ1C7sFxv
— Lula 13 (@LulaOficial) October 15, 2022
En tanto, el gobierno de Bolsonaro profundizó esta semana su avanzada contra las encuestadoras, acusadas de haber subestimado la intención de voto del oficialismo antes de la primera vuelta del 2 de octubre para perjudicarlo de forma deliberada.
La Policía Federal abrió la noche del jueves una investigación contra las principales encuestadoras tras una solicitud del Ministerio de Justicia, que las apuntó por posibles “prácticas delictivas” en la difusión de sondeos de opinión.
Sin embargo, el mismo jueves, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, suspendió las investigaciones afirmando que se estaban “usurpando” las funciones de la justicia electoral, mostrando una posible intención de favorecer al mandatario.
Una encuesta publicada el viernes por la consultora Datafolha, principal blanco de Bolsonaro en sus embestidas contra las encuestadoras, volvió a mostrar a Lula en la delantera para el ballottage del 30 de octubre, con 49% de las intenciones de voto, contra 44% de Bolsonaro.
El sondeo arrojó los mismos números que la semana pasada, con un margen de error de dos puntos y una base de 2898 entrevistados en 180 ciudades brasileñas.
Si la segunda vuelta fuese ahora, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) se impondría con el 53% de los votos válidos al actual mandatario, con 47%.
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