Giorgia Meloni marca terreno en la UE: impide el desembarco de migrantes en Sicilia
La oposición salió a atacar un manejo “inaceptable” y llamó al ministro del Interior, que aplicó un nuevo decreto, a dar explicaciones sobre decisiones “ilegítimas” que violan el derecho internacional
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ROMA.- Es como un dejá vu. Como si Italia hubiera vuelto atrás, a 2018-2019, cuando había un gobierno populista formado por el Movimiento Cinco Estrellas y la xenófoba Liga y su líder, Matteo Salvini, entonces ministro del Interior, que comenzó a cerrarle los puertos a los barcos de ongs que rescataban a migrantes.
Generando una nueva pulseada en la Unión Europea y la reacción indignada de organizaciones de derechos humanos, ahora es el gobierno de derecha de Giorgia Meloni, líder del posfascista Hermanos de Italia, la que está impidiendo el desbarco de desesperados.
El nuevo ministro del Interior, Matteo Piantedosi, que fue jefe de gabinete de Salvini cuando éste estuvo al frente de la cartera de Interior, en 2018, adoptó la misma línea dura, de cierre de puertos, a las naves de ONG que salvan a personas que escapan del norte de África.
Después de negarle el permiso de entrada a puertos italianos a la nave Humanity 1 -de bandera alemana- y a otras dos (Ocean Viking y GeoBarents), con un total de 1000 personas a bordo que quedaron a la deriva, en condiciones sanitarias dramáticas, durante diez días, Piantedosi autorizó el viernes su llegada al puerto de Catania. Lo hizo después del primer viaje internacional de Meloni a Bruselas, donde se tocó el tema migrantes y la flamante primera ministra hizo presente que quería un giro en su manejo ya que todo el peso suele caer sobre Italia.
Fue así que el gobierno ultraderechista firmó un nuevo decreto que busca cambiar las reglas existentes (por las que debe hacerse cargo de los rescatados en el mar, el país de desembarco), con el objetivo de que ahora en más los migrantes salvados por barcos de ong de determinado país, pasen a ser recibidos allí. En este marco, Italia anunció que sólo le iba a permitir desembarcar “por motivos humanitarios” a las personas “frágiles”, es decir, en mal estado de salud. Algo que hizo poner el grito en el cielo a las organizaciones que defienden a los refugiados, que destacaron que toda persona que decide subirse a una embarcación precaria y pagar miles de dólares a traficantes para cruzar el Mediterráneo y escapar de guerras, miseria e incluso torturas en virtuales campos de detención en Libia, son evidentemente personas frágiles, vulnerables.
Con este nuevo y controvertido protocolo, las autoridades italianas dejaron desembarcar anoche a 145 personas de la Humanity 1, dejando a bordo a 35 migrantes que evidentemente consideró no frágiles o en buenas condiciones. Si bien la nave recibió la orden de abandonar el puerto, su capitán se negó, creando un nuevo conflicto que podría tener consecuencias judiciales (Salvini sigue estando bajo proceso por haberle negado bajar de naves de ongs a desesperados siendo ministro del Interior).
“Es mi deber completar el salvataje de las personas en peligro haciendo desembarcar a todos los sobrevivientes en el puerto de Catania como lugar seguro”, explicó el comandante Joachim Ebeling. “No puedo dejar el puerto hasta que todos los sobrevivientes salvados de la emergencia en el mar no hayan desembarcado”, insistió, recordando que la ley del mar lo obliga a llevar a un lugar seguro a “todos los salvados de la angustia”.
También la nave Geo Barents de Médicos Sin Fronteras, que lleva 572 migrantes -entre los ellos 60 menores, 50 no acompañados, mujeres, embarazadas-, estaba llegando al mismo puerto de Catania, donde las autoridades iban a evaluar los casos de vulnerabilidad. “Después de haber arriesgado sus vidas en el mar para huir de Libia, 572 personas han sido rehenes de políticas inhumanas por más de diez días, quedando a bordo de una nave. Después de todo esto, estas personas también deben asistir al cínico espectáculo de la política que juega con sus vidas”, clamó Juan Matías Gil, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras. “Todos los que están a bordo de la Geo Barents deben poder desembarcar inmediatamente, para recibir asistencia y ver reconocido su derecho a pedir protección”, agregó.
Al margen del dejá vu, la nueva crisis de migrantes, en la que intervino Francia que se manifestó dispuesta a recibir a algunos refugiados, abrió un nuevo frente de tormenta para Meloni. La oposición de centroizquierda salió a atacar un manejo “inaceptable” y llamó a Piantedosi a ir a dar explicaciones al Parlamento sobre decisiones “ilegítimas” que violan el derecho internacional e “inaceptables del punto de vista humanitario”.
“El gobierno debe responder sobre esta gestión inaceptable”, clamó Debora Serracchiani, jefa de la bancada del Partido Democrático, de centroizquierda. “En estas horas en Catania no se están siguiendo las reglas internacionales y nacionales”, denunció, sino que “se está actuando con protocolos que no tienen precedente ni justificacione y que son gravemente lesivos de los derechos de las personas que solo tienen la ‘culpa’ de haber escapado del infierno”.
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