Ganó el hombre de Putin en Chechenia
Aljanov superaba el 50% de los votos en el conteo provisional, según el Kremlin
GROZNY.- El candidato favorito del Kremlin y actual ministro del Interior de Chechenia, Alu Aljanov, ganó ayer las elecciones presidenciales en esta república caucásica, según resultados parciales difundidos al cierre de esta edición.
Bajo la sombra del doble atentado terrorista del martes último, supuestamente perpetrado por la guerrilla separatista contra dos aviones rusos, unos 600.000 chechenos fueron convocados ayer a las urnas para elegir al sucesor del presidente Ajmad Kadirov, asesinado en un ataque con bomba el 9 de mayo pasado.
"De acuerdo con los datos recibidos por el gobierno de la República de Chechenia, el candidato Alu Aljanov ya superó el 50 por ciento de los votos, necesario para ganar las elecciones en primera vuelta", anunció el actual presidente en funciones, Serguei Abramov.
Además, el gobierno garantizó que la participación -que debe alcanzar un mínimo del 30 por ciento- fue suficiente para dar por válida la votación. "En plena concordancia con la ley electoral republicana, los comicios son válidos", declaró el presidente de la Comisión Electoral de Chechenia, Abdul Kerim Arsajanov.
Tras los dos atentados aéreos, que dejaron casi un centenar de muertos, las medidas de seguridad fueron reforzadas en Chechenia, al igual que en Moscú y en los aeropuertos de todo el país.
Los investigadores hallaron rastros de explosivos en los restos de los dos aviones y las sospechas apuntan a dos jóvenes pasajeras chechenas, que se supone cometieron los atentados.
Desde hace diez días, los más de 60.000 militares y funcionarios del Ministerio del Interior ruso emplazados en Chechenia han redoblado las medidas de seguridad para evitar que la guerrilla ensombrezca los comicios. El dispositivo de seguridad incluyó, además, unos 17.000 policías, entre ellos 10.000 agentes chechenos.
Las fuerzas federales y locales tomaron el control de toda la infraestructura vital de la república y, especialmente, los 430 colegios electorales, provistos de detectores de metal y explosivos.
Pese a las amenazas de la guerrilla, que prometió matar al futuro presidente igual que hizo con Kadirov, a los comicios se presentaron siete aspirantes. Desde el inicio mismo de la campaña, Aljanov apareció como el claro favorito, apoyado por el Kremlin con todos los recursos posibles.
A diferencia de los demás aspirantes, ignorados por los medios rusos, Aljanov fue recibido por Putin siete veces y sus encuentros se hacían cada vez más frecuentes a medida que se acercaba la fecha de elecciones.
Asimismo, para allanar el camino a Aljanov -un oficial de policía de 47 años-, la Comisión Electoral chechena descalificó a su principal rival y dejó en carrera a dirigentes poco conocidos que apenas podían hacerle sombra al favorito.
Ya antes de las elecciones, activistas defensores de los derechos humanos denunciaron que las comisiones electorales recibieron la orden de "garantizar" un apoyo del 65-70 por ciento a Aljanov y daban por descartado que el resultado se inclinaría en favor del hombre del Kremlin.
Respuesta de los rebeldes
En un comunicado difundido por Internet, los rebeldes chechenos calificaron la votación como "un fraude abierto", con el que Moscú intenta una vez más consolidar su poder de manera antidemocrática.
El único adversario con posibilidad de ganar, el empresario Malik Saydulayev, fue apartado de los comicios con la excusa de que en su documentación había un dato incorrecto.
Ni el Consejo Europeo ni la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) enviaron observadores electorales oficiales a Chechenia.
Pese al gigantesco operativo de seguridad, la violencia y la tensión reinaron durante las últimas semanas de campaña en la república separatista. El domingo pasado, más de 120 personas murieron durante un asalto rebelde a Grozny.
Las reiteradas redadas nocturnas de hombres armados y encapuchados alimentan aún más el clima de nerviosismo en la república. Nadie sabe si se trata de soldados rusos, policías chechenos o rebeldes procedentes de las montañas.
La máxima autoridad electoral del país insistió ayer en que la votación transcurrió "en un ambiente de calma", pese a que un joven murió junto a una mesa electoral tras detonar el explosivo que llevaba consigo.
El desconocido activó la bomba después de que agentes de la policía le pidieron que se identificara cuando se dirigía a un centro de votación.
Pero, como destacó Arsajanov al informar a los observadores de lo ocurrido, "el suceso no influyó en el proceso de votación".
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