Ganador, el socialismo demora acuerdos y baraja gobernar en solitario
MADRID.- El día después de las elecciones en España amaneció sin apuros ni urgencias para el socialismo triunfante.
Pedro Sánchez sabe ya que será investido como presidente del gobierno de España. Pero, con calma de ganador, guarda las cartas de su estrategia para sumar poder, ya que las 123 bancas que obtuvo en las urnas sobre las 350 del Congreso no le dan mayoría.
Sí, en cambio, le otorgan tranquilidad y todo el oxígeno para estructurar un gobierno estable. Y eso es lo que hace por estas horas, en las que -incluso- declara la posibilidad de ejercer "en solitario", desde la minoría, sin pacto firme y con aliados circunstanciales para alcanzar mayoría.
"Podríamos intentar gobernar en solitario. Hemos entendido el apoyo que nos ha dado la ciudadanía y creo que la ciudadanía nos ha entendido", dijo la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo.
Primeras horas del nuevo mapa político
Son las primeras horas del nuevo mapa político que emergió de las elecciones generales, con un claro triunfo socialista, el derrumbe del Partido Popular (PP) y la fractura de la derecha. Un escenario ideal para Sánchez que, probablemente y con este esquema, se mantenga como presidente "en funciones" hasta junio próximo, en que podría ser investido formalmente por el Congreso.
Aunque todavía no se sepa bajo qué fórmula: si con alianza, en coalición o si desde la minoría. Una que, de todos modos, sería lo bastante estable como para no verse acosada por bloqueos.
Para dirimirlo, seguramente esperará a lo que ocurra después de las elecciones europeas del próximo 26 de mayo, en las que confía en revalidar -e incluso fortalecer- el resultado de las generales.
Decepción para Podemos
En lo inmediato, el ensayo de un gobierno "en minoría y en solitario", como se desliza ahora desde el Palacio de La Moncloa, sería un mal trago para la izquierda radical de Podemos. "Lo que nosotros queremos es un gobierno de coalición de izquierdas", se apuró ayer Pablo Iglesias, líder de la formación.
Un gobierno de coalición salvaría a Podemos del castigo que sufrió ayer en las urnas, cuando pasó de 71 a 42 escaños. Pero, para su desesperación, es posible que Sánchez elija tener las manos más libres para gobernar. Aunque eso le implique abocarse a la búsqueda de aliados circunstanciales en cada caso.
Si bien es cierto que la alianza con Podemos fue la primera opción de Sánchez, que incluso habló formalmente de ofrecer "ministerios", el desgaste de la formación de izquierda radical fue mayor de lo pensado.
El PSOE saltó de 85 a 123 legisladores, mientras que Podemos bajó hasta los 42. La suma de los das fuerzas resulta en 165, once por debajo de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. Podemos sigue siendo un aliado potencial importante para Sánchez, pero menos de lo que esperaba su dirigencia.
Silencio y confusión en el PP
Donde reina el silencio y el desconcierto es en el Partido Popular. Son horas durísimas en la agrupación que lidera Pablo Casado, con el histórico derrumbe de bancas a un piso desconocido: apenas 66 de las 350 que posee el Congreso.
Nadie habla en la sede partidaria, donde se ha postergado para mañana una reunión de mesa directiva. Nadie sabe qué podría llegar a ocurrir allí.
Opciones sobre la mesa
El nuevo discurso que emerge desde La Moncloa -el de un ensayo de gobierno en solitario- posterga, por el momento, todas las hipótesis de acuerdo firme que podría ensayar Sánchez, si se lo propusiera, que son varias.
- A saber:
a) Con PSOE y Ciudadanos; sumaría cómodamente 180 legisladores. Pero tiene la enorme dificultad del discurso en contra de ese acuerdo que hizo el líder del partido liberal, Albert Rivera. Hoy su segundo, José Manuel Villegas, habló de "sentarse a la mesa" para dialogar.
b) PSOE más Podemos y fuerzas minoritarias sin los independentistas catalanes: suman 175 legisladores, apenas por debajo de la mayoría de 176. La haría viable si logra al menos una abstención en votación de segunda vuelta en el Congreso.
c) Con la izquierda y con los independentistas más fuerzas minoritarias: llegaría a 198 legisladores, aunque posiblemente terminen siendo algo menos, ya que hay partidos regionales que declaran oposición a un acuerdo con el independentismo catalán.
Lo que beneficia a Sánchez es que, sea cual fuere la opción elegida -incluso la de intentar gobernar en solitario y sin alianza firme- la suma de la derecha queda muy por debajo de los 176, con lo cual, sus posibilidades de bloqueo son muy reducidas.
El PP, con el liberal Ciudadanos y la derecha radical de Vox arroja 149 legisladores. Una fragmentación que terminó debilitando su cosecha de escaños. El viejo y famoso "divide y vencerás", en el que el arco de la derecha, se zambulló solito. Con el precio a la vista.
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