Desde la izquierda y la derecha, ambos aspirantes a la presidencia chilena se impusieron con una gran ventaja de votos contra todo pronóstico
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La primarias presidenciales celebradas este domingo en Chile demostraron, una vez más, la profunda reconfiguración del mapa político que se está dando en el país sudamericano.
El resultado fue sorpresivo: contrario a lo que pronosticaban las encuestas y muchos expertos electorales, no triunfaron los políticos más tradicionales de las coaliciones en competencia, sino dos líderes nuevos y que encarnan un radical cambio generacional.
Gabriel Boric, del bloque de izquierda Apruebo Dignidad, y Sebastián Sichel, de la derechista Chile Vamos, se impusieron con una amplia ventaja —del 60,4% y el 49,1%, respectivamente— sobre sus contrincantes desde el inicio del conteo de votos y en la mayoría de las regiones del país.
Así, los postulantes que se perfilaban como los posibles ganadores —Daniel Jadue, del Partido Comunista, y Joaquín Lavín, de la UDI— terminaron marginados en una competencia que para algunos analistas es el “gran golpe final” a los partidos tradicionales.
Esta tendencia viene de los últimos sufragios celebrados en Chile —entre ellos el de los 155 constituyentes que escribirán la nueva carta magna—, en los que los electores han favorecido a los candidatos independientes y ajenos a los pactos políticos.
Boric y Sichel no serán los únicos competidores de las elecciones presidenciales chilenas previstas para el 21 noviembre de este año, con una posible segunda vuelta el 19 de diciembre.
Se espera que en los próximos días la centroizquierda —que gobernó Chile entre 1990 y 2010— decida quién será el candidato o candidata que los representará. Entre los nombres que se barajan está el de la presidenta del Senado, Yasna Provoste, y el de la actual carta del Partido Socialista, Paula Narváez.
La carrera hacia la presidencia, sin embargo, no será fácil para quien decida competir con los ganadores de las primarias, pues ambos lograron captar votos que no se esperaban y tienen la capacidad de atraer a nuevos adherentes que, de acuerdo con analistas, ni Jadue ni Lavín tenían debido a sus posiciones más extremas.
Pero, ¿quiénes son y qué representan Boric y Sichel?
Gabriel Boric: “No le tengan miedo a la juventud”
Gabriel Boric irrumpió en el escenario político chileno en 2011.
Siendo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), lideró el importante movimiento estudiantil de ese año, que por medio de masivas manifestaciones pedía terminar con el imperante sistema educativo chileno y mejorar su calidad y cobertura.
En los años posteriores, el egresado de derecho de la Universidad de Chile fundó el movimiento Marca AC, que buscaba redactar una nueva Constitución mediante el establecimiento de una Asamblea Constituyente.
En marzo de 2014 asumió como miembro de la Cámara de Diputados por la región de Magallanes, donde nació.
Desde esa posición ha liderado la postura de su conglomerado político, el Frente Amplio, que irrumpió hace un par de años y que ha venido a desafiar el poder de las dos fuerzas políticas tradicionales chilenas.
Gracias a quienes hoy han confiado en nosotros. Tomo este triunfo con alegría, humildad y sobre todo con sentido de responsabilidad. Gracias también a @danieljadue con quien he conversado y trabajaremos unidos. Para ganar en noviembre hay que convocar más aún. Seguimos!
— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) July 19, 2021
El exlíder estudiantil de 35 años tiene propuestas que se enmarcan en la justicia social, la descentralización, el feminismo y la sostenibilidad ambiental.
Propone enfrentar la emergencia sanitaria y la crisis económica con un modelo distinto al del actual gobierno, “y que apunte a la superación del neoliberalismo”, según indica su propuesta de plan de gobierno.
“No le tengan miedo a la juventud, porque tenemos la experiencia de quienes lucharon antes que nosotros, aprendemos de sus errores y aciertos, y tomamos su posta”, dijo Boric en su discurso triunfal.
Sebastián Sichel, exministro e independiente
Sebastián Sichel, de 43 años, era el precandidato más joven de la derecha para estos comicios y el único que había transitado por distintas veredas políticas: antes de formar parte del gobierno de Sebastián Piñera, fue militante del partido chileno de centroizquierda Democracia Cristiana (DC), también estuvo en el pacto de centro, Ciudadanos, e incluso trabajó para el gobierno de la expresidenta socialista Michelle Bachelet.
Esta vez, a pesar de ser impulsado por la derecha, se presentó como candidato independiente, sin pertenecer a ninguno de los partidos tradicionales de esta coalición y definiéndose como una carta “de centro”.
El abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica fue reclutado por Piñera en 2018 para liderar la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
Luego fue ministro de Desarrollo Social entre 2019 y 2020, y finalmente presidente del Banco Estado, donde se mantuvo hasta diciembre del 2020.
Gracias por todo.
— SichelPresidente (@sebastiansichel) July 19, 2021
Se pudo! #SichelPresidente
Las propuestas de Sichel incluyen el apoyo al emprendimiento y al deporte, mejoras en los procesos judiciales y el fomento a la actividad productiva en las regiones.
“Ahora Chile Vamos es uno solo: partidos, independientes, gente de la calle, somos una coalición que se prepara para ganar la elección presidencial, porque sentimos que el proyecto que representamos para Chile, de justicia y libertad, es el mejor proyecto para los chilenos”, dijo Sichel tras su victoria.
Los tres candidatos derrotados de la derecha confirmaron ayer su apoyo a Sichel para las presidenciales de noviembre.
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