Fuerte de Brégançon, el "Elíseo de verano" que Macron busca reflotar como reducto de poder
PARÍS.- El presidente francés, Emmanuel Macron , se va de vacaciones… a una fortaleza amurallada. Pero no cualquier fortaleza, sino el fuerte de Brégançon, una residencia oficial conocida como el "Elíseo de verano" que sus dos predecesores habían desdeñado y que el mandatario quiere reflotar como reducto de poder.
Se trata de una bella fortificación construida sobre una prominencia rocosa con grandes vistas al Mar Mediterráneo, y que después del receso al que la sometieron el conservador Nicolas Sarkozy y el socialista François Hollande , comienza a ganar protagonismo estelar ya desde el primer día.
Recién instalado con su mujer, Brigitte Macron, el mandatario recibe hoy mismo a la primera ministra británica, Theresa May , que llega desde Italia con su marido, en una visita privada donde la pareja presidencial francesa será la anfitriona informal del matrimonio británico.
Sarkozy prefirió que el fuerte de Brégançon, situado frente al pueblo de Bormes-les Mimosas, en una pequeña península en la Costa Azul, entre Toulon y Saint-Tropez, descansara su mujer, la actriz y cantante Carla Bruni . Hollande, por su parte, sólo lo usó una vez, en el verano de 2012.
Pero Macron tiene otros planes para este castillo del siglo XVII, que mandó reformar con tiempo para que estuviera todo preparado para su estadía de 20 días con Brigitte.
Según fuentes del gobierno, su intención es transformarlo en un escenario de reuniones diplomáticas, tal vez en "busca de más intimidad, como lo hacen los presidentes norteamericanos en Camp David". Allí, además del descanso frente al mar, y con más tranquilidad que en París, espera hacer avanzar la agenda de gobierno con reuniones de alto vuelo.
El fuerte tiene una playa privada para uso de los presidentes, que sin embargo los deja expuestos a los tediosos paparazzi, como bien lo sabe Hollande, que en su única salida fue fotografiado en traje de baño.
Dispuesto a evitar un déjà vu a sus expensas, Macron decidió proteger la privacidad con un cerramiento en la pileta del jardín a prueba de indiscretos, y volvió así la fortaleza en un recinto inexpugnable para la voracidad de los curiosos.
"El edificio no tiene nada de lujoso, de ostentoso. Se parece a una residencia burguesa provenzal, con sus muros blancos y sus baldosas. Son los jardines y la vista de 360 grados lo verdaderamente excepcional", dice el periodista Gillaume Daret, autor de un libro sobre el castillo.
Macron inaugura su nuevo estilo de poder veraniego pisando fuerte: la visita de Theresa May y su marido se da en el marco de las negociaciones británicas del Brexit, la salida de las islas de la Unión Europea (UE), prevista para finales de marzo de 2019 y cuyos términos no están resueltos.
El nuevo canciller británico, Jeremy Hunt, se reunió con su par francés, Jean-Yves Le Drian, en París, en un intento de obtener respaldo en medio de las difíciles negociaciones. Pero esta vez se trata de un contacto al más alto nivel.
Después de una reunión de trabajo, May y Philip están invitados a una cena privada con Macron y Brigitte. El presidente francéscomienza a hacer valer así los 150.000 euros anuales que demanda el mantenimiento de la fortaleza, desde donde seguirá trabajando en los asuntos de Estado. Pero con vista al mar.
Agencias AFP y ANSA
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