Fuerte aumento del rechazo a Jair Bolsonaro por su reacción a los incendios en la Amazonia

RIO DE JANEIRO.- En medio de la crisis por los incendios en la Amazonia, el rechazo al gobierno de Jair Bolsonaro tuvo un pronunciado crecimiento: según una nueva encuesta de Datafolha, la desaprobación subió cinco puntos en los últimos dos meses y hoy el 38% de los brasileños cree que su gestión es mala o pésima, el peor resultado para un presidente brasileño en sus primeros ocho meses de mandato.

La aprobación de Bolsonaro, en tanto, cayó del 33% que tenía en julio al 29% actual, mientras que la cantidad de quienes califican su gobierno como regular se mantuvo estable, del 31% pasó al 30%, dentro del margen de error de dos puntos porcentuales del sondeo, realizado el último fin de semana.

El rápido desgaste en la imagen del presidente brasileño coincide con una radicalización de su discurso de ultraderecha en los últimos meses, así como con las críticas internacionales al manejo que hizo del aumento récord de incendios en la selva amazónica. En estos meses, sin embargo, el gobierno también se anotó un importante triunfo con la aprobación en la Cámara de Diputados de la propuesta de reforma previsional presentada por su equipo económico neoliberal, considerada esencial por los mercados para dar impulso a la debilitada economía. En este sentido, resulta llamativo el derrumbe del índice de aprobación de Bolsonaro entre los brasileños más ricos, que cayó 15 puntos, del 52% para 37% actual.

El rápido desgaste en la imagen del presidente brasileño coincide con una radicalización de su discurso de ultraderecha en los últimos meses

Así, Bolsonaro se mantiene como el presidente electo que en un primer mandato exhibe las peores calificaciones en sus primeros ocho meses de gobierno desde Fernando Collor de Mello, quien en 1990 enfrentaba un 20% de rechazo. A esta altura del mandato, la desaprobación de Fernando Henrique Cardoso era del 15%, la de Luiz Inacio Lula da Silva era del 10%, y la de Dilma Rousseff era del 11% (Itamar Franco y Michel Temer asumieron sus respectivos gobiernos en 1992 y en 2016 tras los impeachments de los presidentes Collor de Mello y Rousseff, por lo que no son comparados con los jefes de Estado elegidos).

Más allá de los cuestionamientos a la polémica forma de Bolsonaro para llevar adelante su gobierno, Datafolha ya había advertido que el 75% de los brasileños estimaba que era legítimo el clamor internacional por los incendios en la Amazonia, reforzado por el discurso y las medidas anti-ambientales del presidente.

"Como consecuencia, la respuesta del gobierno a la inquietud fue rechazada por la mayoría absoluta de los entrevistados. Existe la percepción predominante en la opinión pública de que tanto las quemas como las reacciones pasionales de Bolsonaro contra otros líderes mundiales perjudican las inversiones extranjeras en el país", resaltaron Mauro Paulino y Alessandro Janoni, director general y director de Encuestas de Datafolha respectivamente.

Para los analistas, "la persistencia en el tono belicoso (del mandatario) tiende a deshidratar la popularidad de Bolsonaro a niveles cercanos a su núcleo fiel: entre el 10% que lo considera un presidente muy bueno y el 14% de los bolsonaristas duros". El sondeo apuntó también que el 44% de los entrevistados no confía nunca en lo que el presidente dice, mientras que para el 32% Bolsonaro no se comporta de forma adecuada al cargo que ocupa.

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