Fue voluntaria contra la desnutrición en Uganda y la acusan por la muerte de cientos de niños
Renee Bach es una estadounidense que hace años decidió convertirse en voluntaria para combatir la desnutrición en África. Para ello fundó en Jinja, una ciudad del este de Uganda la organización Serving His Children (SHC). Su acto de altruismo fue digno de elogio de la población local y los medios internacionales. Pero algo no estaba del todo bien.
Ahora, un grupo defensor de mujeres de ese país africano demandó a la fundadora de SHC por operar esa organización como un centro médico sin tener licencia, y sin ser ella misma tampoco una doctora en medicina. La acusan de que su accionar provocó "la muerte de cientos de niños".
Bach se defendió de las acusaciones al asegurar que su organización tenía más de un 96 por ciento de "tasa de éxito" en el tratamiento de niños desnutridos. "Se cometieron errores y se aprendieron lecciones, pero los errores y las lecciones de la vida nunca causaron daño a ninguna persona", dijo la misionera, de 30 años, a NBC News en un mensaje de correo electrónico.
Según lo que admitió la propia Bach a la cadena de noticias estadounidense, 119 niños murieron entre 2010 y diciembre de 2018 en la fundación, pero ella no lo relaciona con el accionar de SHC. La mujer aseguró también que ella tenía un "entrenamiento médico laico" y un certificado de RCP, pero que no tenía un título de médica.
"Nunca me puse en la posición de realizar tratamientos a los niños enfermos como una doctora. Pero con frecuencia me veía envuelta en esas situaciones, y no tenía opción ", dijo Bach.
Sin embargo, testimonios de exvoluntarios de su organización y documentos obtenidos por el medio estadounidense, en el período 2009-2015 ella sí se involucró en el cuidado de niños muy enfermos, algunos de los cuales murieron bajo el cuidado de SHC.
Una de estas exvoluntarias incluso alegó que Bach atrajo a madres y niños de hospitales del gobierno a su organización en Jinja.
Un juicio por dos muertes
Bach era, en 2009, una joven de 20 años de la localidad de Bedford, estado de Virginia cuando decidió mudarse a Jinja como una misionera cristiana, y fundó Serving His Children, una organización benéfica exenta de impuestos destinada a combatir la desnutrición.
Jinja es una ciudad de unas 72.000 personas a orillas del lago Victoria y no escapa a la realidad de Uganda, donde unos existen más de dos millones de niños menores de 5 años con retraso en el crecimiento y otros 300.000 demasiado delgados para su estatura, según la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. 45 por ciento de las muertes infantiles en dicho país están relacionadas con la desnutrición.
Puntualmente, Bach y su organización son demandadas ahora por un tribunal civil ugandés en nombre de dos mujeres de ese país, Gimbo Zubeda y Kakai Annet. Las presentaciones judiciales de ambas mujeres alegan que la misionera operaba un centro médico ilegal que fue el causante de sus hijo y de "cientos" de otros.
La demanda de las madres fue presentada por Women's Probono Initiative, un grupo de defensa de las mujeres, a las que brinda servicios legales de manera gratuita.
Según lo que se presentó en la causa, Zubeda y Annet, las madres de Tawai y Elijah, respectivamente, los niños muertos en SHC, supieron recién después del deceso de sus hijos que Bach carecía de título de médica. Tawali murió el julio de 2013 y Elijahn en enero de 2018.
David Gibbs, abogado de la misionera, aseguran que la organización no es responsable por la muerte de los dos niños. Según su versión, Elijah fue rechazado del SHC porque no estaba desnutrido. Bach asegura, además, que le dijeron a la madre del niño que lo llevara a un lugar adecuado para su tratamiento, pero "ella eligió irse a casa".
"Me imagino que, como madre, podría sentir algo de arrepentimiento y buscar a alguien a quien culpar. Yo también ", dijo Bach, y agregó que lamentaba mucho la pérdida del hijo de Annet.
En cuanto al hijo de Zubeda, Tawali, Bach dijo que ella no estaba en Uganda en el momento en que fue tratado. "Nunca lo conocí, nunca conocí a su madre. Pero puedo decir con confianza se me rompe el corazón por su situación", dijo Bach.
"Reclutaba niños del hospital", dijo una voluntaria
Existe un grupo llamado No White Saviors que trata de crear conciencia -en su cuenta de Instagram con 194 mil seguidores- sobre el impacto negativo que muchos voluntarios "principalmente blancos" han provocado en "comunidades negras en nombre de obras de caridad o trabajo misionero". El caso de Bach fue publicado con frecuencia como un ejemplo de lo que es un "salvador blanco", que son los occidentales que se lanzan a países pobres a entregar ayuda cuando no están capacitados para desarrollarla.
Por supuesto, el abogado de la misionera dijo que estos activistas eran "terroristas de reputación" y que atacaban a Bach con "acusaciones falsas".
Pero esta organización no es la única que testificó contra la fundadora de SHC. Dos voluntarias del centro contra la desnutrición relataron que Bach tenía un papel activo en el tratamiento de niños enfermos.
Una de ellas es Ashley Laverty, de Ottawa, Canadá, que trabajó como voluntaria en SHC a principios de 2010 luego de conocer a Bach en una iglesia de Jinja. Laverty dijo que en principio en la fundación se servía almuerzo a los niños del lugar dos veces por semana.
Pero con el tiempo, según esta testigo, el enfoque de SHC se centró en brindar atención médica a niños gravemente desnutridos, a pesar de que Bach no tenía capacitación médica y el centro no tenía licencia para brindar tratamiento médico.
"Ella comenzó a recibir referencias de amigos, sobre niños que sufren de desnutrición, por lo que los llevaría a su casa y les daría una leche alta en calorías llamada F-75", dijo la canadiense.
Mientras Bach atraía atención positiva en las redes sociales, señala Laverty, comenzó a reclutar pacientes, ingresando en el hospital de niños administrado por el gobierno en Jinja y "buscando a los niños más gravemente enfermos y moribundos que pudo encontrar, y convenciendo a sus madres para que huyan con ellos".
La mujer dice que Bach citaba a los familiares y a sus niños "en el estacionamiento" para llevarlos a su centro. La canadiense aseguró que, luego de conocer estas circunstancias, ella dejó ese voluntariado y cortó su amistad con Bach.
Obviamente, la misionera negó estas acusaciones y señaló que solo recibió pacientes a pedido del hospital local.
"Ella misma realizó procedimientos médicos", dijo otra voluntaria
SHC no estaba registrado como centro médico. La oficina de registro de la ONG de Uganda le otorgó permiso para "llevar a cabo sus actividades en los campos de promoción del evangelismo, proporcionar bienestar a los necesitados, empoderar a las familias y los necesitados con medios sustentables ".
El abogado de Bach, sin embargo, proporcionó documentación que muestra que la organización recibió una licencia de salud ocupacional en marzo de 2014.
Laverty no fue la única voluntaria que dio un testimonio no favorable sobre la misionera de Jinja. Jackie Kramlich, una enfermera de Dakota del Norte, viajó a Uganda en 2011. Recién graduada en la universidad, dijo que se sorprendió por lo que encontró en SHC. Describió que en el lugar había falta de higiene básica y no se preocupaban mucho por la desinfección de las manos.
En ese momento, dice Kramlich, había una enfermera en el personal pero ningún médico. "Sabía que no estaba capacitada, pero tenía una presencia que creías que lo estaba", dijo la voluntaria sobre Bach.
Las preocupaciones de Kramlich aumentaron cuando se dio cuenta de que Bach no estaba al tanto del síndrome de realimentación, un desequilibrio que se da cuando a los niños desnutridos se les ofrece comida y bebida demasiado rápido, y que puede ser fatal.
La voluntaria aseguró también que fue testigo de que Bach realizó procedimientos médicos ella misma, incluida el de medir medicaciones, abrir vías y realizar transfusiones de sangre.
La gota que colmó el vaso, según Kramlich, fue cuando vio a una niña llamada Patricia entrar en lo que describió como shock anafiláctico después de que Bach le dio una transfusión de sangre.
"Estaba horrorizada", dijo Kramlich, que a los tres meses y medio de llegar a SHC abandonó el lugar.
"Patricia entró en shock anafiláctico, sí. Eso sucede en Uganda. No es raro. Las personas contraen el VIH por transfusiones de sangre ", dijo Bach acerca del caso denunciado por Kramlich.
La demanda civil
Dyogo Peter, médico y Oficial de Salud del Distrito de Jinja, confirmó el cierre de SHC en 2015 y la transferencia de los niños a un centro de salud del gobierno en una llamada telefónica con CNN.
La demanda civil basa su afirmación de que Bach y SHC han causado la "muerte de cientos de niños", entre otras cosas, citando a un ex empleado que afirma haber entregado los cuerpos de los niños que murieron en las instalaciones a sus aldeas de origen.
En una declaración jurada, el ex conductor de SHC, Charles Olweny, declaró que trabajó allí durante ocho años y que "llevaba al menos de siete a diez cuerpos de niños a sus aldeas cada semana". Dijo que ofrecía cincuenta mil chelines de Uganda, un pequeño ataúd y una bolsa de harina de maíz a cada familia como una forma de condolencia, según el documento.
En respuesta, Gibbs describió el testimonio de Olweny como "tremendamente inexacto", y aseguró que había declaraciones juradas que cuestionaban su "integridad y veracidad".
El abogado de Sachs, en respuesta a todas las acusaciones, sentenció: "Ella nunca se representó a sí misma como doctora o enfermera, pero hizo que la atención nutricional brindada por profesionales médicos calificados fuera más accesible para las familias en las áreas rurales".
La próxima audiencia en la demanda civil está programada en Jinja para el 21 de enero de 2020. No estaba claro por qué la próxima audiencia se había retrasado.
Bach, quien desde entonces regresó a Estados Unidos, le dijo que no asistiría. "A menos que el relato cambie, no tengo planes de estar allí", dijo, y agregó que esta decisión se debía a que estaba preocupada por su seguridad.
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