Frente a Irán, la retórica de guerra es el arma de presión
Las amenazas israelíes sobre un posible ataque aéreo alimentan el juego diplomático
LONDRES.- Mientras crecen las tensiones por el controvertido programa nuclear de Irán, nunca han sido tan fuertes los rumores que indican una posible incursión aérea israelí para atacar blancos nucleares en territorio iraní. Pero en el mundo de engaños característico de la geopolítica de Medio Oriente, esas versiones suelen ser más bien un arma diplomática, y a veces incluso una alternativa a las acciones concretas.
Hasta cierto punto, la reciente ola de especulaciones no es otra cosa que un paso más de un eterno juego de palabras. Teherán dice que su programa nuclear es puramente pacífico, pero Occidente insiste en que si el programa no cesa, Israel podría tomar acciones unilaterales y bombardear las instalaciones nucleares.
Sin embargo, ni Estados Unidos ni Israel llegaron al punto de afirmar que el ataque pueda ser inminente.
La discusión sobre la opción militar y otras alternativas -y el intenso debate público entre Estados Unidos e Israel sobre los próximos pasos por seguir- quedarán más al descubierto mañana, cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llegue a Washington para encontrarse con el presidente Barack Obama.
Mientras los funcionarios norteamericanos insisten en que buscan disuadir a Israel de atacar a Irán, la oposición republicana no deja de criticar a Obama por ser muy duro con Israel y demasiado condescendiente con la república islámica, en vista a las elecciones presidenciales del 6 de noviembre próximo.
Netanyahu quiere más apoyo norteamericano, incluso un aval a cualquier acción militar que Israel pueda emprender.
"Los tambores de guerra suenan cada vez más fuerte", dice Michael Denison, director de investigaciones de la consultora Control Risk, con sede en Londres, y ex alto asesor del Foreign Office británico. "Pero eso no significa que sea inminente".
El mensaje desde Israel ha cambiado, en especial respecto del tiempo que le llevaría realmente a Teherán estar en condiciones de construir una bomba nuclear. Pero la conclusión es la misma: a medida que avanza el desarrollo nuclear de Irán y que sus instalaciones se hunden más en la tierra, el tiempo se va acabando.
Según los analistas, poder anticipar el ataque tendría sus ventajas. Los mercados financieros estarían mayormente preparados, lo que reduciría el impacto económico. Pero la agenda real, según sospechan algunos, tiene más que ver con un avance en el terreno diplomático.
"[El ministro de Defensa Ehud] Barak y Netanyahu piensan que los rumores sobre un ataque israelí son la única herramienta que pone a los jugadores en movimiento", dijo la semana pasada Udi Segal, corresponsal diplomático de la cadena de noticias líder de Israel, Channel Two.
"Y aunque sea una pantomima, es una pantomima que debe seguir su curso, porque amedrenta a los iraníes, impulsa a la acción a los norteamericanos, obliga a los europeos a aplicar sanciones, y todo el mundo está pendiente".
Límites
Si Netanyahu realmente hubiera decidido atacar, lo habría hecho sin dar partes a la prensa, afirman muchos expertos. Pero la realidad es que Israel está enormemente limitado. Un ataque podría provocar un efecto rebote masivo, tanto diplomático como a través de los grupos apoyados por Teherán, como Hezbollah en el Líbano y Hamas en la Franja de Gaza. Teherán podría amenazar con bombardear los cargueros internacionales de petróleo que atraviesan el estrecho de Ormuz.
Además, aunque el conflicto armado fuese relativamente breve, podría disparar los precios internacionales del petróleo y atentar contra la ya frágil economía global.
Los temores de un impacto generalizado en la región fueron los que al parecer disuadieron a Israel de atacar en 2008-2009, otra época de fuertes rumores. Se cree que en ese momento, Israel, tal vez en colaboración con Estados Unidos, se decidió por una estrategia más encubierta, que incluyó el uso de un virus informático con el que infectaron el programa nuclear iraní.
Pero, según dicen los expertos, esos ataques son sólo efectivos en parte, y el asesinato de científicos nucleares -del que se culpa mayormente a Israel, que no ha hecho comentarios al respecto- genera cada vez más polémica.
Algunos analistas se preguntan hasta qué punto cambiaría el juego estratégico si Irán contara con una bomba nuclear. Aunque Irán lograra ensamblar las cuatro bombas que según Israel puede armar con el uranio que tiene, Israel seguiría teniendo más, así como mayor capacidad para infligir a Irán daños catastróficos.
"Lo importante es que los israelíes creen que estará amenazada su existencia", dijo un funcionario occidental estrechamente ligado a la cuestión de Irán. "Ese es el punto. Desde siempre, el punto ha sido ése."
Traducción de Jaime Arrambide
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